¿Y qué querían?, ¿que lo escondiera? Es un lujo en este país, que amenaza con desbaratarse, que sólo unos cuantos pueden darse. Un senador electo lo presume, lo que le ha ganado acerbas críticas de los que quisieran tener uno y no pueden, su auto que no es un "bochito" pues tiene un costo de ¡más de un millón de pesos! o séase que posee un coche cotizado en la bonita suma de 133 mil 500 dólares. Lo tildarán de desfachatado, pero no de hipócrita. El dinero para eso es, para darse esos pequeños gustos. Si los tiene y han sido producto de un trabajo honesto ¿por qué no? gastar su dinerito en rodearse de comodidades habla bien de su sano criterio al saber elegir lo que le conviene, ¿en cuál catecismo político se dispone que los senadores priistas deben viajar en autobuses chatarra, cuando acuden a desempeñar sus patrióticas labores, rodeados de chusma?, ¿o deban trasladarse a la sede de su chamba a pie, caminando, con el peligro de menos que se ensucie la bastilla de su casimir inglés o lo peor, sea encañonado por malos mexicanos que no pueden ver la fortuna ajena sin que no le roben su cartera?
¿Es el PRI un partido político que cobije a personas de vastos recursos?, 'pos' sí. Se acabaron los tiempos de hambre cuando el partido estaba integrado por trabajadores, campesinos y gente de escasos recursos aglutinados en lo que se llamó la CNOP o simplemente sector popular. El senador michoacano fue captado cuando se iba a celebrar una reunión con el candidato, el virtual presidente de la república, Enrique Peña Nieto. Llegó cuando la Revolución hace buen rato que se bajó del caballo y ahora sabemos, gracias al senador purépecha, que se subió a un auto Porsche Panamera de cuatro puertas.
(Aunque a lo mejor le sienta mal que le digan purépecha dado que los aborígenes usan camisa, calzón de manta y huaraches). Cuenta la leyenda que en el año de 1530 los Tarascos veían cosas satánicas por lo que pidieron a fray Juan de San Miguel, que había llegado de España, bendijera el lugar. Al arrojar agua bendita el diablo apareció hincado en una piedra pidiendo perdón, para enseguida desaparecer, quedando su rodilla grabada en la piedra. El parque donde se encuentra la huella está en Uruapan (y me consta que la marca está ahí por haberla visto personalmente, hace varios años).
Volviendo al hombre de las 4 ruedas, algunos twiteros comentan que mientras las finanzas públicas de Michoacán se encuentran en quiebra el senador electo que, lideró la Confederación Nacional de Organizaciones Populares, se pasea en un auto que tiene un costo de más de un millón de pesos, dando una idea de algo huele mal dejando en el ambiente un fuerte olor, no precisamente a rosas.
Se comenta que el senador electo, el que recientemente pretendió ser candidato de su partido a gobernador del estado de Michoacán, cuya designación recayó finalmente en Fausto Vallejo, quien dijo en estos días que la deuda pública de Michoacán es la "más enorme, inaudita y grave del país", advirtió que si el Congreso local no aprueba reestructurarla y no recibe apoyo de la Federación, el pasivo provocará un shock social pues la administración estatal no podrá pagar a médicos, maestros ni a trabajadores del gobierno, lo que dicel el actual ejecutivo sería una catástrofe.
El cuantioso pasivo tuvo lugar en la recién terminada administración a cargo del perredista Leonel Godoy. Según el corte más reciente, la deuda estatal es de 43 mil millones de pesos, la mayor parte adquirida durante su gobierno. Cabe decir que Godoy reconoce sólo un endeudamiento de 16 mil millones. El dirigente estatal panista, Héctor Gómez, mete su cuchara y le llama a esa deuda "un desfalco financiero", que agrega no puede quedar como una anécdota. O sea le llama al pan pan y al vino vino. El Diccionario de la Lengua Española nos señala que por desfalcar debe entenderse "tomar para sí un caudal que se tenía bajo obligación de custodia".
En fin, es obvio que Héctor tiene razón. No es un suceso circunstancial o irrelevante, ni tampoco es un hecho curioso que se relata a manera de entretenimiento. Es a algo muy grave que golpea las finanzas públicas, pues son dineros de los contribuyentes, por lo que procede se abra una fase de investigación para aclarar el destino que se les dio, castigándose a los responsables si hubiera delito que perseguir.
