N O se necesita que sea el día internacional de la mujer para hablar de ellas, porque ellas marcan nuestras vidas desde el mismo momento de nuestro nacimiento.
La mujer es por esencia un ser maravilloso, enigmático, voluptuoso, dador de sensaciones y emociones. Un ser sin el cual no se concibe la vida.
Circulan por la red cientos de frases, poemas y pensamientos sobre la mujer. Aquí voy a reproducir algunos añadiendo comentarios que considero pertinentes.
Para comenzar, diré como Benedetti: "Todo se hunde en la niebla del olvido / Cuando la niebla se despeja / El olvido está lleno de memoria".
Así es en la mayoría de los casos, la niebla va cubriendo la memoria y entre ella se pierden imágenes de mujeres que nos han acompañado a lo largo del camino. Las hay, es obvio, de distintas edades y épocas.
Unas más arrogantes, otras dulces y amorosas, pero todas sin discusión hermosas.
La mujer es sublime melodía que ronda noche y día en nuestra mente y en un momento dado, en el menos pensado, se vuelve realidad y omnipresente.
"Cada vez que te vayas de vos misma / no destruyas la vía de regreso / volver es una forma de encontrarse / y así verás que ahí también te espero", dice Benedetti.
Siempre estamos a la espera de una mujer: La que amamos, la compañera de vida, la que nos da felicidad en momentos críticos, la que nos enseñó a amar. Y ahí en la memoria está siempre la espera, aún cuando haya habido una separación, siempre esperamos el regreso.
Y desde luego que no hay instante más dulce que el del encuentro. Ese en que las manos se vuelven como cuerdas y con ellas quisiéramos aprisionarla para siempre.
Por ello el mismo poeta dice: "Paso que pasas / rostro que pasabas / ay no me tientes / que si nos tentamos / no nos podremos olvidar".
Cuántas veces sucede que la mujer simplemente "pasa"; no dice nada, no incita, ni tienta, simplemente pasa. Pero su paso, su figura, su perfume nos subyuga. Y somos capaces se salir del mundo para seguir sus pasos. ¡Ah!, pero si te tienta, si te tienta...estarás irremediablemente perdido.
Contra todo lo que se diga, la naturaleza del hombre tiende a lo carnal. Y no hay nada más atractivo que el calor de un cuerpo desnudo. De un beso dulce y prolongado. El roce de unos pechos bañados de rocío. Y el toque de unas manos sobre una piel ansiosa.
Nada más relajante que ese sueño postrero, luego de jugar el juego de la seducción y del encuentro amoroso.
"Déjame dormir aquí a tu lado, déjame dormir acurrucado entre sábanas blancas y tu cuerpo nacarado. Quiero soñar por siempre en este único e irrepetible momento. No permitas que el viento rompa tan bello hechizo".
La mujer es todo eso y mucho más, pues quienes más se acercan a su descripción son sin duda los poetas, pero también aciertan los escritores y los cantantes. Porque la mujer todo lo inspira, todo lo llena, todo lo satisface cuando se sabe conquistarla.
¿Un día de la mujer? ¡Qué locura!, si todos los días son "sus" días, porque siempre estamos pensando en ellas. Y así como hay mujeres que representan lo sublime, también la hay que son grandes guerreras, luchadoras incansables y no por ello pierden su hermosa feminidad. Pero de las guerreras hablaremos en otro momento.
Hoy rindamos solamente tributo a la mujer.
Por lo demás: "Hasta que nos volvamos a encontrar que Dios te guarde en la palma de Su mano".