La vida política, en toda su extensión, está vinculada a los ciclos de gobierno. A nivel federal y estatal, en sexenios. A nivel municipal, en cuatrienios o trienios. Es necesario revisar los resultados al final de cada ciclo. El sexenio de Felipe Calderón, que está a cinco días de concluir, en términos generales no fue bueno para la Comarca Lagunera. La seguridad y la economía, los temas más sensibles para la ciudadanía, registraron una caída importante en el período que agoniza. En cuanto a infraestructura federal, pocas obras quedan para la región.
De acuerdo al análisis realizado por El Siglo de Torreón, indicadores económicos como empleo e inversión registran un retroceso en el actual sexenio en comparación con el anterior de Vicente Fox. Según las cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social, de diciembre de 2006 a diciembre de 2011 se habían perdido en la región alrededor de 23 mil empleos. De enero a octubre de 2012, en Torreón se generaron sólo 9,700 puestos de trabajo, cifra que contrasta, por ejemplo, con los 17 mil creados en Saltillo.
Esta debacle en el empleo se explica por la caída del Producto Interno Bruto per cápita que registró la región en el período 2006-2011. Dicha caída fue de 1.2 por ciento, dato que se extrae del crecimiento poblacional que fue de 9.1 por ciento en ese lapso, en contraste con el crecimiento económico que fue apenas de 7.9 por ciento. Y también se explica por la disminución en el volumen de inversión privada, que 2011 fue de 772 millones 905 mil pesos, un 52.5 por ciento menor a la registrada en 2006, que fue de 1,627 millones 187 mil.
En el tema de seguridad, el área conurbada de la Laguna presentó incrementos preocupantes. El dato más revelador es el de los homicidios dolosos. Mientras que en 2006 ocurrieron 65 asesinatos, en 2011 la cifra fue de 995, es decir, 15 veces más. Y en 2012, del primero de enero al 15 de noviembre, las muertes violentas en la zona metropolitana sumaron 888. Este incremento se ha dado a pesar de la aplicación de distintos operativos de seguridad. El más reciente, llamado “Laguna Segura”, inició en octubre de 2011 y no ha cumplido con el objetivo de bajar los índices de robos. Mientras que el año pasado el promedio mensual de robos fue de 81 a persona, 147 a vivienda, 176 a negocio y 345 de vehículo, en 2012 es de 200 a persona, 195 a vivienda, 187 a negocio y 394 de vehículo, con datos hasta septiembre.
Respecto al tema de infraestructura, el gobierno federal que termina queda a deber a La Laguna. De obras importantes en la región sólo destaca la rehabilitación de la carretera Torreón-Saltillo; el distribuidor vial de la Curva del Japonés en Lerdo, realizado con dinero del fondo metro y al cual aún le faltan detalles; la ampliación de la vía San Pedro-Cuatro Ciénegas, que no tiene fecha de terminación, y el inicio de la aplicación del programa de filtros contra arsénico, también con recursos metropolitanos, pero que se ha visto enturbiado por la discrecional selección del método en la Laguna de Durango.
El balance, pues, en la región se carga hacia lo negativo. Y si bien es cierto que no se le puede atribuir toda la responsabilidad al gobierno que termina, puesto que hay que cuestionar también el papel de las administraciones estatales y locales, es posible concluir que el de Calderón fue un sexenio difícil para La Laguna. Lo importante ahora es ver de qué forma los gobiernos de Coahuila y Durango, los ayuntamientos, así como la sociedad en su conjunto, se preparan para hacer voltear la mirada del próximo presidente hacia la región con el objetivo de ayudarla a salir del atolladero en el que se encuentra y comenzar a aprovechar las ventajas geográficas y naturales que tiene y que tanto se pregonan.
