Una deuda de sangre

Ernesto tiene 14 años y una deuda prácticamente impagable: una deuda de sangre que sólo con sangre se salda. Permanece en un hospital hasta que esta deuda sea pagada. Le han dicho que necesita 140 donadores altruistas. Cinco han colaborado. Le faltan 135.

Laura, su madre, lo acompaña desde febrero del presente año en el nosocomio. Tiene otros tres hijos de 12, 10 y cuatro años, que están bajo el cuidado de una hermana y de quien fuera su marido en Nuevo Progreso, en el estado de Tamaulipas.

Viajó a la ciudad de México porque afirma que Nuevo Progreso no cuenta con hospitales para atender a paciente con enfermedades de alta complejidad como lo es la hemofilia tipo "A" de su hijo mayor. Además, los vasos sanguíneos y el colon de Ernesto son frágiles y se inflaman con serias hemorragias.

Tiene también una malformación en el intestino.

La hemofilia es un trastorno de la sangre (hereditario) en el que ésta no coagula normalmente cuando hay una herida o lesión.

Las personas que padecen hemofilia pueden tener una hemorragia espontánea en cualquier zona, pero los sitios más comunes son las articulaciones, donde puede ocurrir una hemorragia interna (rodillas, tobillos, codos), así como en los músculos y en el aparato digestivo.

Ernesto ha requerido 140 unidades de sangre que se han utilizado en tres cirugías, así como para resolver varias crisis hemorrágicas.

Su madre asegura que en ningún momento el hospital en el que está le ha negado la sangre que requiere su hijo, pero se manifiesta inquieta, pues sabe que debe reponer este líquido vital al banco de sangre.

"Cada vez que sale de la emergencia me llaman para pedirme a los donadores voluntarios, que no tengo", dice Laura.

En días recientes le han comentado que la salud de su hijo es mejor y que su vida por ahora ya no está en riesgo, pero la "deuda de sangre" aún no saldada podría complicar que el joven sea dado de alta y así limitar su regreso a casa.

Para ella ha sido prácticamente imposible conseguir donadores, pues no tiene familiares en la ciudad de México ni cuenta con el tiempo necesario para salir a buscar personas que quieran donar sangre de manera altruista.

Laura lleva en su pecho un tatuaje con el nombre de tres de sus hijos.

En días recientes, y en un acto de desesperación, ofreció toda su sangre a una trabajadora del hospital cuando ésta le reclamó "que no percibía una adecuada disposición de su parte para reponer este fluido".

Los médicos le han dicho que no es candidata, pues es diabética.

Rocío Canales Guzmán, presidenta de la Asociación de Donadores Altruistas de Sangre en México, indica que sólo tres de cada 100 mexicanos son donadores altruistas de sangre.

"El incremento de los accidentes, la existencia cada vez mayor de unidades de medicina intensiva y las apremiantes necesidades de algunos enfermos que antes eran considerados irrecuperables han provocado una demanda creciente de sangre. Por lo tanto, existe una necesidad constante de donaciones regulares, altruistas y frecuentes", comenta.

 UNA ALIANZA PARA ERNESTO EN LAS REDES SOCIALES

Desde hace dos años, Rocío Canales ha apostado por una campaña en internet a través de https://www.facebook.com/DonadoresAltruistasdeSangre.

La Asociación de Donadores Altruista de Sangre (ADAS) que ella dirige, promueve la cultura de la donación sanguínea y fue justamente como parte de su trabajo que Laura entró en contacto con Rocío Canales.

La campaña por Ernesto aún continúa, con la esperanza de que más donadores se contacten a donasangredasvida@gmail.com. Ernesto es tipo "O" positivo.

Para Vivian Ubiarco López, médico internista adscrita al servicio de emergencia del Centro Médico ABC y cofundadora de la Asociación de Donadores Altruistas de Sangre (ADAS), el mexicano no cuenta con cultura como donador voluntario de sangre debido a los mitos sobre el tema y a la falta de difusión.

 MITOS Y REALIDADES SOBRE LA DONACIÓN DE SANGRE

Según explica, en México se cree que debemos donar sólo cuando un amigo o familiar la necesita, cuando en realidad donar en los momentos en que ocurre un accidente puede ser tarde, "pues la sangre debe someterse a pruebas que requieren tiempo, y es necesario contar con un mínimo suficiente de donaciones examinadas antes de que se produzcan las emergencias", comenta.

También se cree que la sangre tiene vencimiento inmediato, cuando en realidad tiene distintos vencimientos dependiendo de sus componentes. Los glóbulos rojos duran hasta 45 días, el plasma un año y las plaquetas cinco días.

Se cree también que donar sangre engorda, cuando en realidad no engorda ni adelgaza.

Para la médico, y desde su experiencia, en el servicio de emergencia del hospital en el que labora la escasez de sangre aún es un problema, y lo es aún más obtenerla de manera altruista o voluntaria.

"En el departamento de urgencias podemos detener un choque hemorrágico (síndrome que se desarrolla cuando el volumen sanguíneo circulante baja a tal punto, que el corazón se vuelve incapaz de bombear suficiente sangre al cuerpo); sin embargo, esto es momentáneo, pues lo único que salva la vida de una persona que llega con una hemorragia es reponer la sangre con sangre", asegura.

En este sentido, y aunque la ciencia ha evolucionado a grandes pasos, aún no existe la sangre artificial.

Los hombres pueden donar sangre cinco veces al año y las mujeres sólo en cuatro ocasiones.

Las personas que se hayan realizado tatuajes deben esperar un año para ser donantes. Se cree que aquellos que tuvieron hepatitis no pueden ser donantes, cuando quienes la tuvieron antes de los 12 años pueden ser donantes tranquilamente.

Para la doctora Julieta Rojo Medina, directora general del Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea (CNTS), es importante decir que la donación de sangre es un acto altruista y solidario, lo que significa que los dadores de sangre lo hacen simplemente por el hecho de ayudar al prójimo, sin intención de recibir recompensa alguna, puesto que en México está prohibida la compra-venta de sangre.

Una unidad de sangre donada (es decir, 435 mililitros) representa sólo el uno por ciento del total que tiene una persona que pesa más de 50 kilos; además, el organismo es capaz de reponer el volumen de la sangre en las siguientes 24 horas, y sus elementos en cinco semanas con la alimentación normal que ingerimos, reporta la Cruz Roja Mexicana.

 NECESARIA, UNA CULTURA DE DONACIÓN VOLUNTARIA DE SANGRE

La Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene como meta que para el año 2020 todos los países obtengan la totalidad de la sangre de donadores altruistas; "de ahí que sea necesario consolidar una mayor cultura altruista, pues la sangre obtenida por donación voluntaria y periódica es más segura", agrega Rojo Medina, del CNTS.

"Al donar no sólo se beneficia a un paciente, sino hasta a tres: a alguien que necesite glóbulos rojos, a otro que requiera plaquetas y a otro que requiera plasma", dice.

Estadísticas de centros estatales de donación sanguínea indican que entidades como Chihuahua están alcanzando casi 30 por ciento de donación voluntaria; le siguen San Luis Potosí, Baja California Sur, Coahuila, Jalisco, Quintana Roo y Sonora, donde hay captación a través de unidades móviles que circulan por los municipios, así como campañas permanentes para fomentarla.

Desde el Gobierno federal se impulsa la donación voluntaria, pues 93% proviene de donadores por reposición (donantes que se piden al familiar del paciente antes de realizar una cirugía). "Solo tres de cada 10 personas en México son donadores voluntarios de sangre, mientras que en España, donde existe una gran cultura de donación, nueve de cada 10 lo son.

"Este país se ha empeñado en convertir la donación altruista de sangre en un hecho habitual, y sus ciudadanos saben que una de las mejores maneras de conservar la salud y su control es donar sangre y productos sanguíneos seguros", concluye Rocío Canales, quien llama todos los días a Laura, la mamá de Ernesto, para darle parte del resultado de la campaña de adquisición que se hace por parte de ADAS, no sólo para Ernesto, sino para 42 personas en el Distrito Federal que necesitan sangre de manera urgente, así como 14 más en la República Mexicana.

 LOS LLAMAN HÉROES ANÓNIMOS

Teresa Galicia Olvera, de 28 años, es hija de José Alfredo Galicia Medina. Fue él quien inculcó la cultura de la donación altruista a cada uno de sus tres hijos, pero Teresa es quien no deja de donar sangre cada dos meses, aproximadamente. Comenzó a hacerlo desde que tenía 18 años.

Teresa es artista plástica y colaboradora de la Asociación de Donadores Altruistas de Sangre, y se mantiene en contacto a través de Twitter para saber dónde se requiere del fluido vital y hacia allá se dirige.

Para ella este acto se ha convertido en un asunto de dar una parte de sí misma a los demás, pues de esta manera está apoyando a su comunidad. "Uno nunca sabe a quién llegará su sangre, pero sé que al donar actúo como agente multiplicador y difusor de este acto humanitario", afirma Teresa con convicción.

Su padre comenzó a donar a los 40 años y así lo hizo a lo largo de dos décadas y media, y sólo renunció a ello hasta que por su edad ya no le fue permitido continuar.

"Hubo una época en que había camiones en la plancha del Zócalo recolectando sangre de manera altruista. Yo pasaba por ahí rumbo a mi trabajo y donaba regularmente, y después, hubiera o no campañas de recolección, nunca dejé de hacerlo hasta que me fue permitido", dice don José Alfredo, para quien donar el fluido vital, no es más que ceder una pequeña parte de algo que podemos fácilmente reponer, pues la cantidad donada solamente representa el 10 por ciento de la sangre que normalmente se posee y este porcentaje no interfiere con el funcionamiento normal del organismo", dice es hombre de 75 años.

Sus hijos, y Teresa en particular, han decidido preservar la actitud responsable y solidaria de su padre, a quien definen como un gran hombre que les enseñó a ver más allá de sí mismos.

"Mi padre es mi referente, porque ciertamente es excepcional la persona que se presta a ayudar a un desconocido y él lo hizo a lo largo de dos décadas. Yo también lo haré mientras pueda", asegura.

"Por cierto -concluye Teresa-, hay un joven que se llama Ernesto que necesita mucha sangre. Yo ya fui al hospital para donar, pero hacen falta 135 donadores más. ¡Sumémonos!".