SE DICE FÁCIL, pero ayer México se dio a sí mismo una lección muy importante: la de que sí puede tener un proceso electoral ejemplar. La lección es a nivel internacional. Una nación inmersa en una guerra declarada en contra del crimen organizado, demostró que las cosas sí se pueden hacer cuando se quieren hacer.
EL INSTITUTO FEDERAL ELECTORAL demostró estar a la altura de las circunstancias y de los tiempos que vive México. Pues organizar unas elecciones del tamaño de la de este primero de julio, no es cosa fácil. El IFE tuvo que organizar e instalar más de 145 mil casillas en todo el país. Proveerlas de la lista nominal de electores con fotografía, dotarlas de las boletas para cada una de las diversas elecciones; instalar las mamparas para la emisión del voto secreto, capacitar a varios millones de ciudadanos que integraron las mesas electorales, registrar a los representantes de los partidos políticos y de los candidatos. En fin, que la ejecución de las pasadas elecciones ha sido uno de los éxitos más significativos que los mexicanos hemos tenido en los últimos años. Las pasadas elecciones vienen sin duda a consolidar y fortalecer a la incipiente democracia que vivimos los mexicanos.
EN ESTA JORNADA Han sido los ciudadanos mexicanos su principal y más importante actor. Estas elecciones vienen a fijar un parteaguas entre el pasado y el presente democrático. El interés que despertaron las elecciones rebasó las expectativas más optimistas. Millones de mexicanos desde muy temprano salieron en busca de su casilla para emitir su voto. La elección que tiene el récord más alto de participación ciudadana fue en 1994 en donde votaron más del 70 por ciento de la lista nominal de electores. Como se ven las cosas quizá esta elección rebase la marca del 1994.
LOS INCIDENTES QUE se hayan podido suscitar no impactan en el proceso general de la elección. El país es muy grande y es natural que en algunas de sus regiones donde existen aún conflictos por resolver, se hayan suscitado algunos incidentes durante el proceso, pero que no incidieron en los resultados que es definitivamente lo importante.
SIN DUDA LOS MEXICANOS hemos dado un paso muy importante en el perfeccionamiento de nuestra incipiente democracia. Sin duda faltan aún muchas cosas que hacer. El principal enemigo de la democracia es sin duda la miseria de las masas. En un país con más de 45 millones de ciudadanos en estado de pobreza extrema, es muy difícil instituir un sistema democrático que sirva para renovar, valga la redundancia, democráticamente a los poderes que gobiernan a esa sociedad.
SIN EMBARGO AÚN SUBSISTE el viejo sistema del clientelismo político que no se ve para cuándo acabe. Todos los gobiernos en funciones, de cualquier partido que sean, tienen como eje y estrategia fundamental para mantener su control sobre los votantes, los llamados programas sociales. Un sistemas de caridad y ayuda para los millones de pobres que viven en este país y a quienes se les exige como contraprestación, la lealtad al momento de emitir su voto. Por ejemplo al PRD en el Distrito Federal le ha dado magníficos resultados el apoyo de las pensiones a adultos mayores, incapacitados y madres solteras. Además de cosas materiales, también entran al clientelismo las ayudas espirituales y artísticas, como es la distracción de los pobres mediante espectáculos con famosos artistas internacionales que llenan el Zócalo con clientelismo pobre o miserable.
TRATAR DE FUNDAMENTAR UN SISTEMA democrático sobre los cimientos de la pobreza y la miseria non nos llevará muy lejos. Son necesarias reformas fundamentales para lograr el crecimiento económico y la creación de empleos bien pagados.
SIN EMBARGO, dejemos por ahora estos prolegómenos para felicitarnos por las elecciones del día de ayer. México avanzó, haciéndose la aclaración que las elecciones sirven únicamente para cambiar a los gobernantes, toda la agenda nacional queda pendiente.
Comentarios
gaasoc@hotmail.com