T Odo empieza el día en que se parte la Rosca de Reyes. La tradición indica que será el seis de enero, en tanto la costumbre indica que en la rosca se oculta un niño. A quien le toca en el pedazo de pan deberá hacer una cena a base de atole y tamales, el día 2 de febrero siguiente, Día de la Virgen de la Candelaria. El padrino deberá vestir al niño Dios y presentarlo en una festividad litúrgica en recuerdo al pasaje bíblico de la presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén y la purificación de la Virgen María después del parto. Cristo, la luz del mundo, viene a iluminar a todos como las velas o las candelas, de donde deriva el nombre de Candelaria.
Desde ahora adelantamos que este affaire del gobernador de Veracruz es agua de borrajas o sea una cosa a la que no se le da importancia. La Procuraduría General de la República informó que al vencer el término constitucional no teniéndose pruebas que acrediten la comisión del delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita se decretó la libertad con las reservas de ley a los inculpados. El gobierno veracruzano argumenta que esos recursos son lícitos destinados a pagar servicios para la realización de fiestas populares.
Para tal fin se dotó al enviado de un avión propiedad del gobierno estatal. No obstante, quedan muchas preguntas y pocas respuestas. No es común, en estos tiempos, que se hagan operaciones donde se cubra algún servicio con moneda de curso legal contante y sonante. Pero, todo puede ser.
Nadie podrá demostrar lo contrario. A menos que el gobierno veracruzano quiera echarse la soga al cuello, revelando la verdad y solamente la verdad. No le demos vueltas y revueltas a los 25 millones enmaletados: eran para cubrir por adelantado los festejos de estos días.
Recordemos que el ritual es resultado del sincretismo de dos culturas y religiones: la católica que como ya dijimos remite a cuando la Virgen María llevó al niño Jesús al Templo, y la prehispánica, en la que se llevaban tamales al rendir culto a los dioses.
La celeridad del gobierno en pagar un servicio de esa naturaleza se explica porque los tamales, con el paso del tiempo tienden a enfriarse. Además para empujar los bocados de ese delicado manjar no hay como el atole champurrado, calientito que hace las delicias del paladar más exigente.
Bien a bien no se sabe quién los surtiría. Total, el escándalo ha sido mayúsculo. El secretario de Finanzas del gobierno de Veracruz trató de explicar lo inexplicable de por qué el pago no se efectuó por transferencia bancaria y dijo que por "la premura del tiempo" se hacía en efectivo.
Pues sí, viéndolo bien podría ser, podría ser, por qué no. (Perdón, en este instante me distrajo la radio. Un conjunto musical interpreta una pegajosa canción, que repite el estribillo "que no quede huella que no y que no").
El dramaturgo William Shakespeare tituló una de sus obras "mucho ruido para nada", estrenada en el año de 1600. En nuestro país el dicho es: mucho ruido y pocas nueces. Advierte sobre los charlatanes y sobre quienes aparentan actitudes que luego no se corresponden con la realidad. En fin, así están las cosas billetes van billetes vienen.