Los latinos andan de capa caída en EU. Una vez más los republicanos los desairaron. Ni el senador Marco Rubio, ni la gobernadora Susana Martínez fueron elegidos por Mitt Romney como compañeros de fórmula. Por el contrario, Romney eligió a Paul Ryan, otro hombre blanco, que no habla el idioma de la ñ, como le dice Consuelo Sáizar al español, y que no tiene ningún vínculo con los latinos, como su candidato a la Vicepresidencia.
Sin embargo, esto podría cambiar para 2016, como aseguraron algunos de los especialistas en el voto hispano más importantes de EU, quienes estuvieron en México la semana pasada.
En una conferencia realizada en el ITAM y titulada "Yo Decido: Voto Latino EUA", los politólogos Matt Barreto y Mark Hugo Lopez, del Pew Hispanic Center, así como Monica Lozano, tal vez la latina más importante en los medios de comunicación estadounidenses, y Arturo Vargas, de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos (NALEO, por sus siglas en inglés), lamentaron el desaire a los latinos, pero coincidieron en señalar que 2016 podría ser el año en el que un latino sea candidato presidencial de alguno de los dos partidos.
Para Vargas ese latino que podría ser el primer candidato presidencial es el senador republicano de Florida Marco Rubio, pero lo cierto es que hay varias razones para pensar que esta posibilidad no es remota, ni para Rubio ni para cualquier otro político hispano.
De entrada porque esta semana arrancan los espectáculos de las Convenciones de ambos partidos. Realmente estas reuniones sirven para un par de cosas. Lo primero es para oficializar a los candidatos presidenciales, de ambos partidos, que competirán en noviembre y para presentar las plataformas electorales con las que los candidatos republicanos y demócratas intentarán ganarse al electorado. Lo segundo para lo que estas convenciones sirven es para presentar a las nuevas estrellas de ambos partidos, tal y como se presentó a Obama al electorado nacional en la Convención Demócrata de 2004.
Este año los latinos en efecto tendrán un papel central en ambas convenciones, tanto en la de los republicanos, que empieza hoy en Tampa, Florida, pero principalmente en la de los demócratas, a realizarse del 4 al 6 de septiembre en Charlotte, Carolina del Norte.
Del lado de los demócratas, dos de los oradores principales serán el actual alcalde de Los Ángeles, Antonio Villaraigosa, y el alcalde de San Antonio, Julián Castro.
Castro y Villaraigosa son los dos hispanos que tendrán mayor visibilidad en la Convención Demócrata, pero además de ellos hay otros políticos latinos que participarán ahí, buscando afianzar el voto latino para Obama y consiguiendo el respaldo financiero de los empresarios hispanos, pero del lado de los republicanos también habrá latinos, como la gobernadora Susana Martínez, el candidato al Senado Ted Cruz y hasta el mismo Marco Rubio, aunque la verdad es que realmente poca diferencia hará para ellos.
De entrada porque Romney parece haber renunciado a tratar de conseguir el histórico apoyo del 44% que obtuvo Bush en 2004. Si bien le va, Romney conseguirá apenas el 31% que consiguió McCain en 2008.
Romney parece haber renunciado a los latinos no sólo por la selección de Paul Ryan, el "archi mocho" como lo llamara Jorge Castañeda, como candidato a vicepresidente, sino además porque la plataforma electoral de los republicanos ataca los programas de subsidios de Obama y a la misma reforma de salud, la Obamacare, que goza del apoyo del electorado latino.
Precisamente Barreto, López, Lozano y Vargas, los conferencistas que menciono líneas arriba, descartaron que Romney pueda hacer un milagro para los republicanos y superar el voto latino de 2004 en las elecciones de noviembre. De hecho, sus escenarios son bastante negativos para los republicanos.
Casi todos los analistas que hablan hoy del voto latino coinciden en ese punto, en que los republicanos ya necesitan una nueva estrategia con el votante latino, en que Obama tiene prácticamente ganado casi el 70% del voto hispano y con ello su permanencia en la Casa Blanca, en que los latinos serán clave sobre todo en los 10 estados más competidos, pero más allá de todo ello lo importante es pensar a futuro.
Pensar a futuro invita a crear la narrativa de cuando uno de los dos partidos nominará a un latino a la Casa Blanca. Pensar a futuro es ver los números que indican que para 2050, EU tendrá casi 440 millones de habitantes, de los cuales los latinos serán el 30% del total de la población y que este número también se refleje en la composición del Congreso Federal, de los locales y de las gubernaturas.
Si ya en 2008 los demócratas hicieron historia al casi nombrar a una mujer como su candidata y al acabar eligiendo a un afroamericano, la segunda minoría en EU, no resulta nada descabellado pensar en que 2016 o 2020 haya un candidato presidencial que entierre de una buena vez la tesis de Samuel Huntington de que los latinos no se integran a EU al poner una ñ en la Casa Blanca.
Politólogo e Internacionalista
Twitter @genarolozano