Alternativa. Los 'dueños del bosque' pueden vender la madera derivada de la tala por plagas a diferentes precios, teniendo en cuenta que la calidad sería variable.
Hay que combatir lo más pronto posible a la plaga que afecta cerca de 54 mil hectáreas de bosque en Durango; sin embargo, la presencia de las lluvias se ha convertido en el principal aliado de las autoridades forestales y los ejidatarios en esta severa lucha.
Hay seis mil 915 hectáreas afectadas en su totalidad por la plaga del gusano descortezador, comentó Javier Cendejas Elizondo, subgerente de Conservación y Restauración de la Comisión Nacional Forestal (Conafor).
El funcionario federal enfatizó que el hecho de que casi siete mil hectáreas de bosque sean catalogadas como las más afectadas, no significa que todos los árboles que se encuentran en dicha superficie tengan la plaga.
Hay lugares en los que se detecta la plaga y se procede a la tala y aplicación de insecticida, primero teniendo en cuenta hacia dónde avanza el problema, para tratar de evitar la propagación.
La plaga se presenta por la falta de humedad, ya que el pino pierde las propiedades para defenderse, pero cuando las lluvias se presentan se reducen los riesgos de propagación y afectación.
La superficie con mayor daño se presenta en las inmediaciones de Otinapa, ya que prácticamente el 80 por ciento de la plaga que se registra en la entidad está en dicho lugar.
Por esta razón sería necesaria la tala inicial de 140 mil árboles en la zona; sin embargo, debido a la normativa de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), solo se cortaría el 75 por ciento de esta cantidad.
IMPACTO Cendejas Elizondo comenta que hay zonas en la Sierra de Durango con mucha densidad de árboles, pero en el caso de Otinapa, incluso puede haber sólo 20 ejemplares por hectárea.
Para contrarrestar el problema, la Conafor aporta mil pesos por hectárea afectada, el 80 por ciento se usa para tratamiento y el 20 para asistencia técnica; mientras tanto, los ejidatarios pueden comercializar la madera que se obtiene del tratamiento, la cual se encuentra en distintos niveles de calidad y por ende tiene precios variados.
Mientras tanto, la Conafor prevé reforestar 750 hectáreas en las inmediaciones de Otinapa, lo que representa más de un millón de plantaciones, de las cuales se espera un 70 por ciento de supervivencia, de acuerdo con las condiciones que se presentan en la zona.
Dicha cantidad rebasaría por un número considerable el número de árboles derribados a consecuencia de la plaga del gusano descortesador.
El siglo de durango