El más favorecido con la disputa por el segundo lugar que libran Josefina Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador es Enrique Peña Nieto, quien a pesar de continuar con una caída -lenta pero constante- en las preferencias electorales, mantiene una cómoda ventaja porque aproximadamente el 50% de los votos se reparte, casi en partes iguales, entre los otros dos candidatos.
Por primera vez en las últimas cuatro elecciones presidenciales en mayo del año de la elección la contienda electoral no se convierte en una carrera parejera entre los dos punteros, sino entre los dos segundos. En 1994, a partir del único debate que se celebró precisamente en mayo, la contienda se centró en los candidatos del PRI y el PAN, Ernesto Zedillo y Diego Fernández de Cevallos; en el 2000, desde el inicio la batalla fue entre Francisco Labastida, del PRI, y Vicente Fox, de la Alianza por el Cambio; en el 2006,a partir del primer debate, en abril, el candidato tricolor, Roberto Madrazo, prácticamente desapareció y las preferencias electorales se dividieron entre Felipe Calderón, del PAN, y Andrés Manuel López Obrador, de la Coalición por Bien de Todos.
En este caso la disputa se libra nuevamente entre los abanderados del blanquiazul y la coalición de la izquierda, pero ahora por ubicarse claramente en el segundo lugar. Sin embargo, lograr posicionarse en dicha posición, a pesar de lo que dicen las encuestas electorales sobre las segundas preferencias y los rechazos definitivos (por el que nunca votaría) puede cerrar la elección.
Es un hecho que desde septiembre del año pasado, cuando concluyó su encargo como gobernador del Estado de México, a la fecha, el abanderado de la coalición Compromiso por México, perdió alrededor de 12 puntos porcentuales en las preferencias electorales, las caídas más pronunciadas se dieron de noviembre a febrero, donde cayó 8 puntos porcentuales, producto de las definiciones en los otros partidos y para transmitirle 5 puntos a la abanderada blanquiazul y 2 al del Movimiento Progresista; la segunda, es ahora de abril a mayo, donde cae 3 puntos porcentuales, mismos que gana AMLO.
Esto, aunado a la caída de 4 puntos porcentuales de Vázquez Mota entre febrero y mayo, es precisamente lo que permite que hoy el segundo lugar se encuentre en el aire. De hecho si Josefina hubiese mantenido la tendencia y el impulso que logró entre septiembre y febrero (desde el momento en que renunció a la Cámara de Diputados para contender por la candidatura blanquiazul y unas semanas después de que obtuvo oficialmente la candidatura), donde logró ganar 9 puntos porcentuales, en este momento la contienda estaría muy cerrada entre ella y Peña Nieto. Pero Josefina se desplomó a partir de su toma de protesta y, desde entonces, no logra revertir la tendencia a la baja, con lo cual en lugar de disputarle el primer lugar a Peña Nieto, lucha por no perder el segundo lugar ante López Obrador.
Las encuestas postdebate, muestran que, entre los punteros, el que logró capitalizarlo es López Obrador, pues capturó unos 3 puntos porcentuales más de preferencia electoral, mientras que Peña Nieto y Josefina pierden 3 y 2 puntos porcentuales.
La importancia de la definición del segundo lugar estriba en que le permitiría a quien lo logre (si alguno de los dos logra posicionarse claramente como segundo) ganar de inmediato entre 5 y 6 puntos porcentuales, lo que muy probablemente sí cerraría la diferencia con el primer lugar a menos de los 10 puntos porcentuales.
Los dos eventos que permitirían tener una contienda cerrada por la Presidencia de la República, son que Peña Nieto se ubique alrededor del 40% de las preferencias electorales, lo no está muy lejano en estos momentos; y que AMLO o JVM logré rebasar la barrera de los 30 puntos porcentuales, lo cual les permitiría ubicarse en el segundo lugar y captar el voto útil. Así el efecto combinado arrojaría un escenario en el que Peña Nieto ronda el 40% y el segundo lugar el 35% (30 que logró por su propio esfuerzo y los 5 puntos porcentuales del voto útil).
En esos momentos puede empezar a suceder otro fenómeno que puede favorecer también al segundo lugar, un porcentaje indeterminado de votantes de Peña Nieto lo son más por fatalidad, que por convicción, es decir, lo votarán porque creen que irremediablemente ganará y prefieren estar con el ganador; pero cuando surge una opción con posibilidades reales de triunfo, se cuestionarán el sentido de su voto y pueden optar por el segundo lugar.
Lamentablemente, para Andrés Manuel y Josefina, el tiempo para que esto suceda se les agota, pues ya pasó más de la mitad de la campaña y les restan menos de 40 días de campaña, lo cual ya no es mucho tiempo para lograr generar los impactos necesarios para aspirar a obtener la mayoría de votos. También es una realidad que la tendencia de Vázquez Mota, desde febrero, es a la baja; y la de López Obrador, a la alza.
Los dos desaprovecharon la exposición que les dio el primer debate para diferenciarse entre ellos y apoderarse del segundo lugar, por estar muy ocupados en lastimar al primero. Y, conforme pasan los días, es más difícil que tengan el tiempo suficiente para lograr implementar una estrategia en dos fases: primero, el segundo lugar; y, desde allí, luchar por el primero, como hizo Felipe Calderón hace 6 años.
Pero si no logran romper este empate en el segundo lugar, el gran beneficiario será Peña Nieto.