Ayer, Chivas cerró su preparación para enfrentar a Pumas de la UNAM con un entrenamiento a puerta cerrada en la cancha del Omnilife. (Jam Media)
El peso del tiempo se siente sobre todo en las rachas negativas. Han pasado ya 30 años de aquella chilena. Al minuto 89, el 7 de febrero de 1982, Manuel Negrete mandó el esférico al fondo en el Estadio Jalisco. El 1-0 fue suficiente. Desde entonces, Pumas acumula tres décadas de frustración cada vez que visita a Chivas.
Hoy a las 17:00 horas, dos equipos grandes del futbol mexicano se verán las caras una vez más. Ahora, el escenario será el estadio Omnilife, nueva casa del Guadalajara. La UNAM tiene frente a sí una nueva oportunidad de acabar con el maleficio.
La escuadra universitaria, desde aquel gol de Negrete, ha regresado a la Perla Tapatía 34 ocasiones para enfrentar al Rebaño Sagrado: 30 partidos de fase regular, tres semifinales y una final. En ninguna sacó la victoria.
Tampoco es que siempre se trate de derrotas. Por el contrario, los Chivas-Pumas, cuando se disputan en Guadalajara, se han convertido en duelos extremadamente cerrados. La racha sin triunfo universitario se compone de 13 derrotas en tres décadas y 21 empates.
Otra muestra de la paridad de fuerzas: de esas 21 igualadas en 30 años, 11 fueron 0-0. Los últimos cinco encuentros en Guadalajara terminaron igualados. El último triunfo del Rebaño Sagrado se remonta al Torneo de Apertura 2008, cuando se impuso por 3-0.
Pero la historia y la estadística, dicen los futbolistas, no juegan al momento de estar sobre el terreno de juego. Para hoy, ninguno de los dos equipos llega en su mejor momento. Chivas tendrá, eso sí, el impulso motivacional de haber vencido como visitante a León, en un agónico encuentro; mientras que Pumas acaba de estrenar técnico, pero el debut de Mario Carrillo no fue lo que se esperaba: derrota ante San Luis y cuestionamientos de su afición.