Violencia. Soldados y policías de diversas corporaciones acudieron al llamado de auxilio por las detonaciones de arma de fuego en el Bosque. (EL SIGLO DE TORREÓN)
Algunos alcanzaron a correr para resguardarse de los disparos. Otros no tuvieron tiempo y se arrojaron al suelo con las manos en la cabeza sin saber qué más hacer.
Los disparos se escucharon en los alrededores del Bosque Venustiano Carranza, cuando faltaban quince minutos para que dieran las ocho de la noche.
Unos segundos fueron suficientes para que deportistas y paseantes sufrieran crisis de histeria al creer que los delincuentes habían entrado al Bosque.
"Están disparando en la entrada, corran", gritaban algunos.
Las madres de familia sacaron a sus hijos en brazos del área de juegos, y corrieron a refugiarse detrás de los puestos, de los árboles, y de las canchas de frontenis.
Los juegos mecánicos se quedaron vacíos y la risa de los niños se convirtió en llanto cuando sus madres los jalaban para sacarlos.
Algunos corredores ayudaron a las mamás a sacar a sus hijos de los juegos, y las personas de la tercera edad sólo se arrojaron al suelo con las manos en la cabeza sin poder dar un paso.
Saira trabaja en uno de los puestos del Bosque. Estaba con sus hijos cuando escuchó los disparos y luego el impacto de los carros.
"Me asusté porque pensé que habían entrado al Bosque, sólo vi a la gente corriendo desesperada y en lo único que pensé, fue en proteger e mis hijos".
Raúl tomaba un jugo cuando se registraron los disparos: "creí que no la contaba, alcancé a ver cuando disparaban".
Por unos minutos el Bosque se quedó en silencio.
"Me quedé paralizada del miedo, no sabía si correr, esconderme o aventarme al suelo, escuché los disparos y luego el impacto de los carros", dijo Sofía, una corredora.
Cuando llegaron las patrullas de la Policía de Torreón, a la calle Juan Pablos, las personas comenzaron a salir de los lugares donde se escondieron.
Los más curiosos se acercaron a ver los automóviles y camionetas chocadas, mientras los policías les pedían retirarse para resguardar el área.
"Vengo de Durango para atender unos asuntos y aproveché para traer a mis hijos a pasear al Bosque y justo se desata la balacera, pero jamás regreso a Torreón", dijo un padre de familia.