Exponerse a luz artificial, como la de la televisión, por la noche, provoca efectos relacionados a la depresión. INGIMAGE
El organismo está diseñado para responder de distintas maneras a la luz y la oscuridad, y cuando la exposición a estas se altera también se provocan alteraciones en el organismo.
Tal afirmación fue demostrada por un estudio realizado por neurólogos del Centro Médico de la Universidad Estatal de Ohio.
En la investigación, los especialistas expusieron a hámsters a luz artificial tenue durante la noche y descubrieron importantes alteraciones en su comportamiento, que se vinculan a síntomas de depresión.
Los hámsters expuestos a la luz artificial mostraron cambios en su hipocampo que son similares a los que se presentan en la gente deprimida, además tenían mayores niveles de una proteína llamada factor de necrosis tumoral, que actúa cuando existe algún daño en el cuerpo y reacciona generando inflamación en su intento por reparar ese daño.
Con tales resultados, los neurólogos coincidieron en que en el caso del ser humano, exponerse a luz artificial como la generada por la televisión o la computadora durante la noche, aún cuando uno está dormido y dejó el televisor encendido, podría generar efectos similares a los registrados en los hámsters.
El lado positivo del estudio, cabe señalar, es que si se vuelve al ciclo normal de luz-oscuridad, el daño es reversible, por lo que la gente que se queda hasta tarde viendo 'tele' podría normalizar su ciclo y evitar alteraciones emocionales.
^AC