La visita a Torreón de la suspirante presidencial del PAN, Josefina Vázquez Mota fácilmente se pudo haber confundido con cualquier evento priista por la magnitud de la “cargada” y las manifestaciones de “unidad partidista” que se prodigaron los blanquiazules. Como tropel de búfalos se dejaron ir los próceres panistas de la localidad, como Jorge Zermeño, Guillermo Anaya, Luis Fernando Salazar, Rodolfo Walss, Marcelo Torres y Luis Gurza, y hasta los saltillenses Carlos Orta y Tomasa Vives. No importa que algunos de estos personajes sean de grupos antagónicos que se la pasan dándose patadas bajo la mesa, el evento del miércoles pasado dejó en claro la necesidad que tienen de permanecer aferrados a la nómina. Todos se peleaban “civilizadamente” por salir a un lado de doña Josefina en las imágenes de los medios y la precandidata tuvo elogios para todos. De don Memo dijo que Coahuila había perdido a un “excelente gobernador”, aunque el primer compadre se mantuvo un tanto alejado del montonero quizá para no mandar una señal equivocada a Los Pinos, donde la línea se mantiene por Ernesto Cordero. El que se llevó la mejor tajada de las flores que echó doña Josefina fue el exalcalde Jorge Zermeño, a quien la precandidata calificó como una “excelencia” en todos los huesos que ha tenido. De manera sorpresiva, el que siguió en el nivel de elogios fue el rival de don Jorge, Luis Fernando Salazar, que apenas la semana pasada estaba negociando su transferencia al equipo “chepinista”, lo cual seguramente le rindió frutos porque ya lo presentaron como miembro del equipo de campaña. Don Luis se colgó del favor y pronto puso a circular en Internet un video en el que doña Josefina supuestamente pide a la militancia votar por él en la elección para candidato al Senado. Obviamente esto enfureció a las huestes de don Jorge que para pronto fueron con el chisme a los operadores de la precandidata asegurando que no se vale pues el exembajador era considerado como su “gallo”. Pero en la recta final de la contienda por las candidaturas panistas es claro que ya se vale todo tipo de triquiñuelas.
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En el PRI ya están prácticamente definidas las listas de candidatos a las diputaciones federales que se registrarán la próxima semana. Como se había anticipado, por La Laguna van Verónica Martínez en el quinto distrito, la secretaria de Turismo Norma González Córdova por el sexto y el exjefazo del PRI estatal, José Luis Flores Méndez por el segundo de San Pedro y Madero. Doña Norma es la única que no está totalmente amarrada, quizá porque convertirse en “chapulín” con apenas dos meses cobrando en la nómina estatal no sería bien visto. En la peronera capital, nuestros subagentes comentan que el exjefe del Congreso, Fernando de las Fuentes, y Enrique Martínez Morales, hijos de exgobernadores homónimos, sobrevivieron la “prueba del ácido” que aplicaron en el PRI nacional a los aspirinos de Coahuila y que consistía en medir su exposición al escándalo de la deuda. Tanto don Fernando como don Enrique fueron personajes centrales en todo el borlote, el primero como pastor de los diputados y el segundo como miembro de la Comisión de Hacienda. Sin embargo, los operadores del gober Rubén Moreira calculan que ese lastre no afecta las posibilidades de un “carro completo”. De cualquier manera, hay otros cuadros que también tuvieron que ver con el tema de la deuda desde el Congreso estatal, como doña Verónica y Chuy Mario Flores, que iría por Piedras Negras. Dicen los subagentes que los únicos focos rojos están en el distrito tres y el distrito seis de Torreón. El primero por las pugnas entre grupos de Monclova y Sabinas y el segundo porque después de que el PRI le arrebató la ciudad al PAN, lo único que logró fue que los votantes ahora se enojaran con ellos.
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Interesante estuvo la conferencia que los analistas de la firma calificadora Fitch Ratings dieron a empresarios de Torreón el jueves pasado. Los especialistas en finanzas públicas expusieron la gravedad del problema de la deuda de Coahuila y la irresponsabilidad en el manejo del dinero, pero se blindaron de las críticas al hacer un balance positivo de las finanzas de Torreón, para que luego no digan que son parciales. Pero más interesante fue la explicación de por qué los “ipecos” desairaron el encuentro. La conferencia fue organizada por la Cámara de la Construcción para conocer a detalle la evaluación de las finanzas estatales y municipales, pero resulta que sólo se pararon unos diez empresarios y la mayor parte del recinto se quedó vacío. Según nuestros subagentes, varios socios de la Cámara fueron citados en la peronera capital precisamente a la misma hora para una reunión con el secretario de Finanzas, Jesús Ochoa. Funcionarios del gobierno estatal juran y perjuran que no tuvo que ver una cosa con la otra, pero nuestros subagentes comentan que los empresarios que sí asistieron a la conferencia no pudieron sacudirse la sospecha de que les aplicaron un “madruguete” para evitar que los socios de la cámara asistieran a la balconeada que Fitch le pegó al gobierno. Según esto, el pretexto de la reunión en Saltillo fue para que don Jesús discutiera con los empresarios lo que el Estado les debe de pagos pendientes por obras y servicios, aunque se dice que los que viajaron a la peronera capital regresaron igual que como se fueron, con las manos vacías aunque la boca llena de atole con el dedo.
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La dirección de Servicios Públicos de Torreón necesita una buena sacudida ante la creciente deficiencia en algunos servicios o la ineficacia para resolver los problemas. Por supuesto que el “coco” de este departamento es el alumbrado, donde los apagones de luminarias siguen a la orden del día (o de la noche), sobre todo en sectores transitados como el bulevar Independencia o el primer cuadro. La recolección de escombro y ramas es otro problema que abruma las calles de la ciudad, donde la limpieza también deja mucho que desear. Y para colmo, en los últimos días se han reportado descargas de aguas negras en el canal de riego que atraviesa la ciudad, asunto sobre el cual los funcionarios de Servicios Públicos y de Simas parece que no están enterados. Claro que el pretexto siempre es que no hay dinero para hacer las cosas, mientras el deterioro de la imagen de la ciudad no tiene freno.
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Nuestros subagentes han recogido algunos comentarios sobre la efectividad de los llamados “consejos ciudadanos” que según esto supervisan diversos aspectos del gobierno de Torreón, como seguridad pública, vialidad, anuncios o Simas. Las críticas van en el sentido de que nadie les hace caso, lo cual alimenta la percepción de que no sirven para nada. Algunas perlas: el consejo de seguridad acaba de cuestionar el lanzamiento de la Policía Metropolitana de La Laguna sin que los gobiernos estatales la dotaran de un marco legal y nadie les hizo caso. El consejo de vialidad se la pasa reportando los problemas de tráfico, los cruceros “tronados”, el pésimo estado de los semáforos y nadie les hace caso, ni los toman en cuenta para proyectos que se emprenden, como la ciclopista del Constitución. El consejo de anuncios se supone que sirve para regular la colocación de espectaculares y sin embargo éstos proliferan fuera de las normas. El consejo de Simas se cansa de reportar la mala situación financiera de la empresa o la pobreza técnica de sus funcionarios y nadie les hace caso. La cosa está en que no se sabe cómo se eligen estos consejos, a quiénes representan, qué hacen, qué tipo de conocimientos en la materia tienen los integrantes de cada uno o si nada más están ahí por ser cuates de alguien. Próximamente se estrenará otro de estos organismos, el comité técnico del Impuesto sobre Nóminas, cuya representatividad no está clara y cuya efectividad tampoco, pues el anterior no pudo evitar el desorden que imperó en algunas obras del pasado gobierno estatal.
