Este viernes se cumplen los cien días de la administración del gober Rubén Moreira, aunque nuestros subagentes apuntan que no hay muchos motivos para el festejo, pues el gober se topó con la cruda realidad de que sus proyectos no podrían lanzarse por el desastre financiero que le heredaron. Quizá por eso, don Rubén ha dedicado mucho tiempo a tareas como integrar consejos para diferentes áreas de gobierno con ciudadanos escogidos por él mismo, mientras anuncia obras que la pasada administración dejó pendientes por falta de pagos a contratistas, que aún no se han cumplido. Su principal logro legislativo es un paquete de reglas contra el alcohol y el juego que parecen más una inyección de moralina que una estrategia contra el crimen, pues en esta área apenas arrancaron una corporación como la Policía Metropolitana mal equipada y peor pagada. Al mismo tiempo, don Rubén ha tenido que lidiar con dos escándalos que han dejado a Coahuila muy mal parado.
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Uno es la fuga del exzar financiero del gobierno anterior, Javier Villarreal, que logró escapar del país bajo las narices de la Fiscalía General del Estado mientras la actual administración sigue quebrándose la cabeza para ver de dónde van a sacar dinero. El otro es la revelación de la red de protección que la misma Fiscalía otorgaba a criminales con la complicidad de la Procuraduría General de la República y el Ejército, aunque sólo estas dos últimas instituciones han hecho algo al respecto. Mientras tanto, la administración estatal no termina de conformarse, con ausencia de nombramientos en diversas áreas del gobierno, particularmente en la Secretaría de Desarrollo Regional, que se encuentra en el limbo pues nadie sabe qué hacen los que siguen cobrando en el Edificio Coahuila. Ojalá los próximos cien días traigan más acciones del gober Moreira para limpiar el cochinero que le dejaron, porque de lo contrario va a tener que aplicar como política pública hacerle cosquillas a los coahuilenses para que sigan sonriendo.
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Ya salió el peine del “doblete” que ganó la diputada con licencia Hilda Flores al ser postulada por el PRI al Senado por la vía de mayoría y la plurinominal al mismo tiempo. Nuestros subagentes sospechaban que la razón era una deuda de la cúpula priista con doña Hilda para que amarrara la senaduría aún perdiendo la elección, peor ahora se comenta que en realidad la candidata repite como “juanita” para abrirle espacio a un dinosaurio del género masculino. Se recordará que doña Hilda ya cumplió esa función en 2009 cuando fue postulada como diputada “pluri” y luego obligada a pedir licencia para que entrara su suplente, Noé Garza Flores, en pago por favores recibidos como delegado del PRI. Ahora lo vuelve a hacer como aspirante al Senado en el lugar 10 de la lista de plurinominales. Dicen nuestros subagentes que la expectativa del PRI es que doña Hilda gane la senaduría en la fórmula con Braulio Fernández Aguirre, por lo que no habría necesidad de ocupar el escaño por la vía de representación proporcional, lo que abriría el camino al onceavo de la lista, el director jurídico del PRI, Raúl Cervantes, de larga carrera en el partido. Mucho compromiso con las cuotas de género ha de tener doña Hilda si ya se ha prestado a burlarlas no una, sino dos veces.
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Y en estos temas electorales, pero del lado del PAN, nuestros subagentes dicen que el exalcalde Jorge Zermeño, casi a punto de tirar la toalla en su aspiración por tumbarle la candidatura al Senado a Luis Fernando Salazar, agarró una nueva bocanada de oxígeno al colgarse de un movimiento de “dinos” panistas que quieren anular elecciones internas en varios estados como Chihuahua, Veracruz o Nuevo León (donde las críticas a la candidatura a diputado del alcalde “quesero” Fernando Larrazábal llegaron a punto de escándalo). Dicen que don Jorge se ha unido a cuadros tradicionales del panismo para reclamar al Comité Nacional las designaciones, que según ellos fueron producto de componendas y uso indebido de recursos públicos. A ver si con este frente común don Jorge y sus camaradas logran rescatar algo o si de plano se van a la congeladora.
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Nuestros subagentes comentan que el alcalde Eduardo Olmos anda “rebotando” el proyecto de la Gran Plaza con varias personas fuera de su círculo interno para que hagan sugerencias sobre la obra que tuvo que quitarle al gobierno estatal, que no tenía para cuándo empezarla. El detalle, dicen por ahí, es que esa decisión no tiene muy contento al jefazo de Obras Públicas, Miguel Algara, pues querría agandallar la autoría del proyecto sin intromisiones incómodas, tal y como lo hizo con la ciclopista del bulevar Constitución, con los resultados de sobra conocidos por todos. Se comenta que don Lalo ha recibido señalamientos sobre algunos detalles que tiene el plano arquitectónico que podrían ser incorporados al proyecto de construcción, pero que don Miguel nomás hace gestos cada que se los mencionan. El problema es que la Gran Plaza es una de las principales obras de esta administración y una que tiene el potencial para revitalizar el Centro, por lo que es demasiado importante para dejarse a los caprichos de los funcionarios. Por lo mismo, será una prueba de fuego para ver si el alcalde sigue privilegiando los cotos de poder en su administración o si incorpora la novedosa idea de poner a jalar a sus funcionarios en concierto para que la obra quede bien.
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El gober Rubén Moreira regresó de su viaje a Asia con la “buena noticia” de que los empresarios japoneses y taiwaneses que visitó no otorgan mucha importancia al tema de la inseguridad en Coahuila a la hora de decidir sus inversiones. El problema, comentan nuestros subagentes, es que eso no es tan claro como lo pinta don Rubén, pues aunque técnicamente no existen alertas de viaje a Coahuila como las que emite Estados Unidos, sí ha preocupación. De hecho, dicen que los ejecutivos de una empresa automotriz siguen esperando del gobierno de Coahuila la explicación sobre el asesinato de cuatro empleados de una planta que tienen en La Laguna. Según esto, los escribanos del gober ya iban a mandar esa carta, pero por alguna razón no consiguieron las estampillas, pues hasta ahora no se ha enviado y se dice que los japoneses ya se molestaron. O sea que se aventaron el viaje hasta allá y ni siquiera un pedazo de papel se pudieron llevar.
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De manera notoria, el gober de Durango, Jorge Herrera Caldera, ha ido cambiando su discurso frente al Gobierno Federal, pues si antes se deshacía en mieles para el Presidente Felipe Calderón y su gente, en las últimas semanas ha agarrado un tono de confrontación. Primero fue con el operativo “Laguna Segura”, al reclamar a la Federación resultados que calificó de pobres y exigirle una revisión de la estrategia, aunque omitió mencionar la tarea que le toca y que no ha cumplido, concretamente la capacitación y profesionalización de las policías locales. Después agarró la bandera de los gobernadores de estados afectados por la sequía, al criticar la lentitud de Conagua para enviar los recursos prometidos por don Felipe. Huelga decir que en este último asunto a don Jorge sí le asiste la razón, pues el dinero federal ha sido más escaso que la lluvia, lo cual ya es mucho decir. Pero quizá el gober se dio cuenta de que las lisonjas a la Federación no le estaban sirviendo para nada y prefirió adoptar otra táctica. Sin embargo, nuestros subagentes en la Ciudad de México comentan la advertencia de funcionarios federales en el sentido de que a don Jorge le convendría pensarla dos veces antes de seguir esa ruta. Y es que en año electoral, en cualquier momento puede caer sobre su gobierno una investigación que lo dejaría muy mal parado, sobre todo en relación con cierto multimillonario de la lista de Forbes que, dicen, vive en Durango.