Los agentes de la Policía de Torreón resultaron ser dignos herederos del General Villa (tanto Francisco como Bibiano) en aquello de disparar primero y “viriguar” después. Nuestros subagentes comentan que los muchachos de Adelaido Flores tienen los dedos muy sensibles con el gatillo y no son muy dados a la prudencia cuando sacan la pistola. Esto se puso en evidencia hace unos días cuando policías municipales hacían un recorrido en una colonia residencial. La noticia que se multiplicó en las redes sociales era que se trataba de una balacera en la madrugada que había atemorizado a los vecinos, pero en un recuento de los hechos resultó que los agentes se habían topado con unas personas que robaban alcantarillas y cable de cobre y que, al descubrirlos, no se les ocurrió mejor manera de advertirles que disparar sus armas, causando pánico en las viviendas cercanas.
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Está de más señalar que en una ciudad que se ha vuelto hipersensible a los balazos, disparar en la madrugada en un sector habitacional no es lo más conveniente, sobre todo cuando resulta que los malandros que querían detener ni siquiera iban armados. Se comenta que en los altos mandos de la Policía y la Presidencia Municipal tuvieron que darle un jalón de orejas a los agentes por atrabancados y que el incidente dejó claro que, aún cuando la Policía municipal se ha profesionalizado y se ha vuelto más efectiva para enfrentar delincuentes, ahora necesitan jalarle las riendas a los agentes y darles algunas lecciones sobre el uso adecuado de la fuerza, pues la política de disparar a lo que se mueva a veces no es lo más prudente. Como quiera que sea, los agentes municipales son hasta ahora los únicos que están produciendo detenciones, pues los policías operativos e investigadores del Estado siguen durmiendo el sueño de los justos.
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Y hablando de la Policía del Estado, resultan confusas las señales que se han enviado sobre el futuro del Fiscal Domingo González Favela. Por una parte, nuestros subagentes en la urbe de adobe mejor conocida como Saltillo, habían reportado que don Domingo habría perdido la confianza del gober Rubén Moreira tras la revelación de una red de protección criminal en la Fiscalía que involucraba a personas que estaban bajo su mando, y que eso ponía en riesgo su nombramiento como secretario de Seguridad Pública. Sin embargo, tras el enfrentamiento de delincuentes y elementos del Grupo de Armas y Tácticas Especiales de la Fiscalía en Piedras Negras, el gober Moreira pareció darle tremendo espaldarazo al Fiscal cuando lo puso a explicar en una conferencia de prensa cómo había estado la balacera. Esto resulta curioso pues se dice que don Domingo no tiene el control directo sobre el GATE, que hasta ahora es la única unidad policiaca del Estado que realmente se ha puesto las pilas contra los balandros. Por otra parte, el Fiscal todavía tiene que explicar por qué han mantenido en precarias condiciones laborales y de seguridad a los elementos de la nueva Policía Metropolitana y a los custodios de los Ceresos del Estado, asuntos en los cuales le ha pateado el balón al secretario de Gobierno, Miguel Ángel Riquelme, que ha tenido que meterse a solucionar broncas que nunca debieron ocurrir, si es que iba a en serio eso de reforzar las estructuras de combate al crimen.
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Nuestros subagentes reportan que en algunos círculos del gobierno estatal, particularmente en la Secretaría de Infraestructura hay funcionarios que se quejan por las constantes balconeadas de las obras que se arrastran desde la administración pasada y que no se han concluido por falta de pagos. Se dice que en los feudos de Jesús Ochoa y María Esther Monsiváis no logran entender por qué se les critica y luego se enojan con los medios de comunicación que exhiben los retrasos, de los cuales el más descarado es el Sistema Vial Alianza que debió haber terminado hace dos años y aunque habían dicho que para marzo estaría terminado, volvieron a patear el bote más adelante. Lo curioso de esta situación, apuntan los subagentes, es que los funcionarios quejosos no están enojados por el desastre que heredaron del pasado gobierno, sino porque ese desastre se ha hecho más que evidente. De ahí que lo más probable es que no estén enojados porque metieron la pata, sino porque no pueden meter la pata a gusto y sin que nadie los vea.
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En esto de los retrasos, queda claro que el gobierno estatal no tiene el monopolio, sino también el Municipio le entra con ganas. Nuestros subagentes reportan que el contralor Lauro Villarreal tiene detenida la obra del drenaje pluvial en el sur de la ciudad porque no ha soltado el anticipo a las tres constructoras que ganaron el contrato. Se dice que las empresas andan a vuelta y vuelta en la Tesorería, donde el jefazo Pablo Chávez Rossique le echa la bolita a don Lauro, lo cual comprueba una vez más que la mala leche que se tienen ambos funcionarios lo único que logra es atorar las obras que necesita la ciudad. Atravesado en esta disputa va el director de Obras Públicas, Miguel Algara, pues se dice que tampoco quiere que empiece la obra pues tiene “diferencias” con las constructoras que la van a hacer. El problema es que ese drenaje va financiado con recursos federales que se podrían perder si los trabajos no cumplen los plazos, pero las malas lenguas ya se preguntan si no hay algunos interesados en sacarle una tajada.
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Luego del arreglo al que llegó el Municipio con los casinos para que puedan reabrir tras la clausura por evadir impuestos y violar normas de protección civil, nuestros subagentes comentan que el alcalde Eduardo Olmos va a aprovechar la oportunidad para detectar a aquellos funcionarios que andan más ansiosos porque reabran las casas de juego. Aunque se había anunciado que la Policía municipal retiraría los sellos de clausura ayer por la mañana, de manera intempestiva llegó la orden de echar “pa’tras los filders”, lo cual generó confusión tras el anuncio de que esos establecimientos reiniciarían operaciones. Los subagentes dicen que fue una medida para descubrir quién dentro de la administración levantaba la cabeza para cuestionar el retraso, ante las sospechas de que los casinos habrían presionado su reapertura a través de varios funcionarios. Hasta ahora no se sabe si alguno se puso de oficioso a abogar por el levantamiento de la clausura, pero la prueba de fuego vendrá en las próximas semanas cuando se pueda observar si los casinos cumplieron en realidad con el pago de impuestos, el cumplimiento de normas de seguridad y el respeto de los nuevos horarios de operación.
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Algunos operadores del PRI estatal, que dirige Salvador Hernández Vélez, andan medio nerviosos ante algunas encuestas que muestran empate técnico en la contienda por la diputación del distrito 6 de Torreón, donde se medirán la priista Norma González Córdova y el panista Marcelo Torres. Se dice que el PAN podría recuperar ese distrito que perdió en 2009 debido a la naturaleza volátil del electorado del distrito que abarca buena parte de la zona urbana de Torreón y que lo mismo vota tricolor que blanquiazul, dependiendo de los tiempos. Se dice que problemas como la inseguridad y falta de obra pública, así como el escándalo de la deuda ya hicieron mella en la ventaja que tenía el PRI, aunque nuestros subagentes comentan que don Salvador todavía sueña con el carro completo. De los siete distritos de Coahuila, el sexto es el más vulnerable para los priistas. A lo mejor por eso el gober Rubén Moreira le está “guardando” a doña Normal a Secretaría de Turismo.
