La Gran Plaza se ha convertido en una fuente inagotable de problemas burocráticos que son una amenaza a su terminación. Para empezar, ningún funcionario del gobierno estatal quiere hacerse responsable de informar qué pasa con el edificio de la Presidencia Municipal. La secretaria de Infraestructura, María Esther Monsiváis, tiene semanas que no se para en estos lares, mientras que su colega de Finanzas, Jesús Ochoa, se la pasa diciendo que todo va bien. En la Secretaría de Desarrollo Regional nadie responde por el proyecto y al subsecretario Gerardo Berlanga sólo se le ve cada quincena. Esto ha provocado que cualquier cuestionamiento le llegue de rebote al secretario de Gobierno, Miguel Riquelme, aunque ya no tenga nada que ver. El último detalle es que el “forrado” de la Presidencia se detuvo por problemas con la empresa contratista.
Según autoridades estatales y la propia empresa, hubo un pequeño problema de logística que provocó el retiro de los andamios del edificio. Sin embargo, según nuestros subagentes, la verdadera historia es otra y tiene que ver con el eterno problema de la falta de pagos, pero se dice que la empresa contratada para la obra no quiso balconear a nadie por temor a represalias, pues ya habían sido advertidos por funcionarios estatales. El problema de los pagos se remonta hasta la empresa que hizo la estructura metálica, a la que se le debe todavía parte del trabajo, así como a los proveedores de otros materiales. Y eso es nada más con el edificio, porque la explanada también tiene sus detallitos, concretamente problemas con los accesos a la plaza y con el estacionamiento, que fueron hechos con las patas en el proyecto original y que llevaron al alcalde Eduardo Olmos a buscar asesoría externa, para pesar de su director de Obras Públicas, Miguel Algara, que no tolera observaciones. Este mes se cumplen ya dos años de que el entonces gober Humberto Moreira anunció con bombo y platillo el controvertido proyecto, que hasta ahora no es más que una mancha en el centro de la ciudad. Dicen que el gober Rubén Moreira está muy enterado de toda esta situación, pero hace como que la Virgen le habla.
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Finalmente quedó completo el Cabildo de Torreón luego de las licencias de los regidores panistas Marcelo Torres y Rodolfo Walss, aunque el calibre de la bancada panista se redujo de manera considerable. La nueva adición al Cabildo es el suplente de don Marcelo, José Armando González, mejor conocido como “Lumba” o el “MDH”, en referencia a la balconeada que recibió cuando se reveló una conversación telefónica que tuvo con el exdelegado de Desarrollo Social y aspirino al Senado, Luis Fernando Salazar, en la que se refirió a los beneficiarios de programas sociales como “muertos de hambre”, lo cual dejó en claro el nivel de sensibilidad política que trae el panista cuya carrera la hizo a la sombra del primer compadre Guillermo Anaya. Al tomar posesión de la regiduría, a don MDH le aplicaron la misma dosis cuando los acarreados del PRI a la sesión de Cabildo le espetaron que él también sería “muerto de hambre” al vivir a costa del pueblo, aunque con el sueldo que recibirá como regidor, nuestros subagentes no creen que se vaya a quejar. Pero el problema es que sus indiscreciones verbales le mojaron la pólvora para dar guerra en el Cabildo. Ahora sólo queda la síndico Luz Natalia Virgil para ponerle piedritas en el zapato al alcalde Eduardo Olmos exhibiendo la ineptitud o las travesuras de algunos de sus colaboradores. Sus compañeras originales, Martha Rodríguez y Margarita del Río están tan invisibles como sus colegas del PRI. Por otra parte, la suplente de don Rodolfo, Diana Quiñones, ya se acomodó en su regiduría pero sin hacer las olas que hizo su antecesor, quien ya busca “hueso” en la campaña del PAN.
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Por cierto, hablando de los panistas, el suspirante a diputado por el distrito 5, Javier López, tiene su casa muy iluminada de tanta veladora que prendió para que la dirigencia del PAN no lo baje de la candidatura ahora que el IFE regañó al partido por no cubrir la cuota de género y postular al 40 por ciento de mujeres al Congreso. Nuestros subagentes reportan que, hasta anoche, don Javier andaba peleando con las uñas su postulación, pero lo más probable era que el Comité Nacional panista se la iba a retirar para lanzar a Blanca Eppen, lo cual prácticamente equivale a dar por perdido el distrito. Y es que el PAN enfrenta un difícil panorama pero doña Blanca no tendría de qué preocuparse pues va en buen lugar en las listas de plurinominales y tiene asegurado su regreso a la nómina de San Lázaro. El que ya quedó fuera fue el curuleco Jesús Ramírez Rangel, quien buscó presentarse como todo un “caballero” que se “sacrificó” por el bien del partido al declinar su candidatura al Senado y cederle su silla a una dama. Pero los subagentes comentan que en realidad a don Chuy lo bajaron de la contienda ante la amenaza de que le iban a hacer la vida imposible. Y es que el legislador de Piedras Negras terminó peleado con todos, desde su compañero de fórmula, Luis Fernando Salazar, hasta la candidata Josefina Vázquez Mota por no apoyarla, pasando por el primer compadre Guillermo Anaya, que quería la posición para uno de los suyos. Dicen que don Chuy también acabó mal con el exsuspirante a la candidatura presidencial, Ernesto Cordero, pese a que le coordinó la campaña en Coahuila, y como en la segunda posición de la fórmula no tenía muchas posibilidades, mejor optó por retirarse.
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El gober Rubén Moreira presume en su currículum que en sus tiempos de diputado fue presidente de la Comisión de Derechos Humanos y miembro de la comisión para atender delitos contra periodistas. Además, el tema de los derechos humanos ha sido uno de los ejes de su discurso (que lo sea de su gobierno es otra cosa). Con estos antecedentes, debería echarle un ojo a un reciente informe de agresiones a medios de comunicación que pone a Coahuila empatado en tercer lugar en ataques a periodistas durante 2011 y en el honrosísimo primer lugar en ataques con arma de fuego o explosivos a instalaciones de medios. Con 15 agresiones a periodistas el año pasado, Coahuila se advierte como foco rojo en el país y no sólo por el número de ataques sino también por el hecho de que ninguno de ellos ha sido aclarado y no hay ningún responsable detenido. En descargo del gober Moreira, ninguno de los ataques ha sido durante su gobierno, pero sí fueron durante las funciones de un equipo de seguridad (Fiscalía, Procuraduría o como se llame) que hasta no ha sido tocado por su administración para que se ponga las pilas en la prevención y combate de los delitos. Y como don Rubén también ha revelado diversos ataques y amenazas en su contra, no estaría de más que cayera en la cuenta de que no es el único y echara el ojo a otros que también están bajo fuego. Porque pertenecer a comisiones de seguimiento o manejar el discurso de la preocupación y consternación no sirven de mucho.
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Los priistas de Coahuila se sintieron reivindicados con el reporte de la Secretaría de Hacienda según el cual el gobierno de Felipe Calderón aumentó la deuda externa un 50 por ciento, a más de 54 mil millones de dólares. Con esto reforzarán su argumento de que no sólo el gober Humberto Moreira andaba de irresponsable con las finanzas, sino que es una situación generalizada, aunque omitan decir que mal de muchos es consuelo de ya saben quiénes. Pero el otro detalle es el grado de irresponsabilidad, pues mientras el Gobierno Federal elevó la deuda externa a una quinta parte de su presupuesto anual, la deuda de Coahuila rebasa la totalidad de su gasto. O sea que si el gobierno de don Felipe tiene algunas explicaciones que dar sobre el aumento de la deuda, en Coahuila también están muy pendientes.