Los representantes "ipecos" en el Comité del Impuesto sobre Nóminas quieren estrenar pantalones con su oposición a los proyectos presentados por el "Gobierno de Todos" para ser financiados con ese gravamen y amenazan con descarrilar la imagen "ciudadana" que el gober Rubén Moreira le quiere dar a decisiones de su administración. Dicen nuestros subagentes que tras la reunión del comité hace unos días en el que dejaron pendiente la decisión sobre las obras que se construirán con el ISN, los representantes empresariales se pusieron en "pie de guerra" contra los secretarios de Finanzas, Jesús Ochoa, y de Gestión Urbana, Óscar Pimentel. En concreto, la oposición contra don Óscar viene de una molestia porque el funcionario prácticamente les impuso un plan de obra diseñado en la peronera capital.
Según los subagentes, los “ipecos” consideran que ese plan no responde a su propuesta de mejorar el hospedaje industrial, pues incluye proyectos “reciclados” de la pasada administración, como el parque para Pymes y empresas de tecnología. Por otra parte, hay enojo contra el jefazo de Finanzas por la negativa a que el Estado aporte un peso adicional a cada peso recaudado de ISN, tal como se manejaba antes. El problema es que el exgober Humberto Moreira los dejó mal acostumbrados pues su administración aportaba dos pesos adicionales, aunque luego resultó que esa “generosidad” era tan artificial que el actual gobierno ya no tiene manera de continuarla. Por eso también existe la sospecha de que don Rubén planea usar el ISN, así como el Fondo Metropolitano, para financiar proyectos que deberían pagarse con otras partidas. El caso es que el plan de obras quedó estancado y se espera una nueva reunión del comité a fin de mes para desatorarlo. Dicen los subagentes que en los feudos de don Óscar y don Jesús ya se habla de sacar a los “ipecos” de la jugada para darle la facultad de decidir las obras al Congreso si es que los empresarios continúan “rejegos”, lo cual terminará por darle en la torre a la “ciudadanización” que presume el gober. ¿Será?
Aunque autoridades municipales han recurrido a todo tipo de argumentos para defender el convenio de “coordinación” con el Estado y rechazar que signifique una imposición, hay un detalle que pasó desapercibido para el alcalde Eduardo Olmos y el secretario del Ayuntamiento, Miguel Mery, cuando firmaron el documento y que revela dos cosas: una, que probablemente no lo leyeron; dos, que el gobierno estatal armó un “machote” para imponerlo a los municipios, y tres, que ambos ni siquiera gobiernan en Torreón. El detalle parece trivial pero no lo es, pues resulta que don Lalo y don Miguel firmaron en las líneas donde aparecían sus nombres, pero con los respectivos títulos de “Presidente Municipal de Saltillo” y “Secretario del Ayuntamiento de Saltillo”. Quién sabe a qué hora ambos mudaron su domicilio a la Urbe de Adobe, pero el detalle dejó a nuestros subagentes sorprendidos con la facilidad con la que andan echando la firma. Lo más probable es que los autores del convenio armaron un documento para presentarlo a los municipios y ni siquiera se tomaron el cuidado de adecuarlo a cada uno. Los subagentes comentan que una lectura textual del convenio indica un ánimo de colaboración y coordinación entre el Estado y el Municipio, aunque los mal pensados dicen que, dada la cultura política que impera en Coahuila, la obligación para que el Municipio se “coordine” con el Estado en realidad significa que se hará lo que se dicte en el Palacio Rosa.
Por cierto, hablando del secretario del Ayuntamiento, Miguel Mery, resulta que en estos días “santos” fue el único que se quedó encargado del changarro pues tanto el alcalde Eduardo Olmos como los directores municipales hicieron maletas y se fueron de vacaciones. Seguramente los funcionarios piensan que los problemas del Municipio también se tomaron vacaciones en estos “días de guardar”, pero eso resulta improbable. Don Miguel se ha dedicado a recorrer los pasillos vacíos en las oficinas del Banco de México, pero se dice que eso no le molesta mucho pues anda haciendo méritos para buscar la alcaldía el próximo año.
Aparte del secretario del Ayuntamiento, el otro funcionario de primer nivel que se quedó a chambear fue el jefazo de la Policía, Adelaido Flores, que anduvo muy atareado con los operativos de seguridad. Si bien don Adelaido no tomó vacaciones, sus muchachos le han dado unas vacaciones prolongadas, pero a la ley. Dicen nuestros subagentes que los policías municipales siguen muy entusiastas con el gatillo y con la política de disparar primero y “viriguar” después. Se comenta que hace unos días, durante un operativo para supervisar bares, varios policías municipales se toparon con una riña callejera y no se les ocurrió mejor idea que detenerla a balazos, pues sacaron las armas y dispararon al aire con el consiguiente pánico entre vecinos. No es la primera vez que sucede, pues se tiene el antecedente de otros policías que detuvieron a balazos a un par de ladrones de cable que iban desarmados. Como ambos casos ocurrieron en colonias residenciales, no es difícil imaginar el borlote que armaron. Se supone que, desde hace rato, los agentes municipales iban a recibir instrucciones sobre el uso de fuerza, pero tal parece que el curso también se fue de vacaciones.
Al calor de las campañas electorales, nuestros subagentes en la peronera capital comentan que el exgober Humberto Moreira no se quiere quedar atrás y anda “grillando” de manera activa. El problema para los priistas no es tanto que don Humberto ande metido en las campañas, sino que está metido contra el tricolor. Se dice que el exgober no estaba muy contento con la designación de Enrique Martínez Morales, hijo de su antecesor Enrique Martínez y Martínez, como candidato a diputado federal por el distrito 7 de Saltillo. Por lo mismo, según el rumor, don Humberto quiere meter las manos a favor de la candidata de Nueva Alianza, María Teresa Banda, quien cuenta con todo el apoyo del sindicato de maestros, donde el exgober todavía tiene influencias con la maestra Elba Esther Gordillo.
Y en esto de las campañas, mientras el PRI y el PAN ya están a todo lo que da con la propaganda de la elección al Congreso, los que se mantienen invisibles son los del PRD-PT-Movimiento Ciudadano. Hasta ahora ningún de los candidatos a diputados en La Laguna y al Senado en Coahuila y Durango han asomado la cabeza, seguramente porque saben que tienen nulas posibilidades de ganar la elección y nomás se dedicarían a disfrutar las prerrogativas. El PRD lanzó al Senado por Coahuila a Rosa Esther Beltrán y a Jesús González Schmall, que el año pasado compitió por la gubernatura por el PT y se quedó como candidato “comodín” para lo que se ofrezca. En La Laguna, Rogelio Martínez no ha iniciado su campaña en el distrito 5. Del lado de Durango, el PRD lanzó a Iván Ramírez y a Primitivo Ríos, este último de larga militancia en el partido. En La Laguna va la regidora Nora González, cuyo primer acto de campaña fue pelearse con las estructuras del Movimiento Ciudadano. De Partido Nueva Alianza mejor ni hablamos, ellos están todavía más escondidos.