Con la visita del perredista-petista-morenista Andrés Manuel López Obrador comenzó el desfile de candidatos presidenciales en La Laguna. Luego pasó por aquí el independiente Manuel Clouthier, aunque el IFE ni siquiera le ha dado el registro. Las cartas fuertes del voto local, los suspirantes del PRI y PAN, no se darán la vuelta hasta mayo o junio, dependiendo de cómo soplen los vientos. Nuestros subagentes comentan que el priista Enrique Peña Nieto planea una gira a Coahuila a principios de mayo aunque todavía no se define si el viaje es a Torreón o a la Urbe de Adobe. La idea de los tricolores es que el “Gavioto” vuele un par de veces por el estado, una en cada región. El cálculo del PRI dependería del panorama que enfrenten los candidatos al Congreso y se dejaría la segunda visita, más cercana al día de la elección, para apuntalar la zona donde se necesite más refuerzo, que por ahora parece ser La Laguna. Del lado de Durango se dice que don Enrique se enfocaría en la capital del Estado y dejaría de lado la Comarca Lagunera. En el caso del PAN, los subagentes dicen que se espera una visita de Josefina Vázquez Mota para el 22 de abril, pero no se nota que los candidatos y operadores estén muy emocionados porque ya saben que en el “cuarto de guerra” de doña Chapina como dicen una cosa dicen otra. Además, como se ha comentado, los candidatos al Congreso andan sueltos sin una estrategia conjunta y la campaña tiene muchos jefes como el dirigente estatal del PAN, Carlos Orta, el suspirante a diputado, Javier López, y el exdiputado local Miguel Batarse, que representa al grupo del senador y primer compadre, Guillermo Anaya, además de la candidata al Senado por Durango, Salomé Elyd, y entre ellos se pelean la agenda. Y en cuanto al “panalista” Gabriel Quadri, se entiende por qué no se ha dado la vuelta: venir desde la Ciudad de México en una Combi setentera es bastante tardado.
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Por cierto, hablando de las campañas, La Laguna se distingue por haber producido un verdadero ajonjolí de todos los moles políticos. Se trata del empresario Alejandro Gurza, quien en más de dos décadas ha andado en el desfile de candidatos de todos los colores. En 1988 anduvo pegado a la campaña del panista Manuel Clouthier, pero en 1994 fue anfitrión del priista Luis Donaldo Colosio, para después regresar al PAN con Vicente Fox y luego con Felipe Calderón. Ahora, don Alejandro junto con sus cofrades de la Coparmex, anduvo en primera fila no sólo con el “Peje” López Obrador, sino también con el hijo homónimo del “Maquío”. Nada más le falta subirse a la Combi de Gabriel Quadri.
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Mientras buscan por dónde empezar a arreglar el desastre que recibieron en los cuerpos de seguridad del Estado, los flamantes jefazos de las resucitadas Procuraduría y Secretaría de Seguridad Pública, Homero Ramos Gloria y Jorge Luis Morán, deberían enfocarse en el verdadero diagnóstico de la delincuencia en el Estado. Nuestros subagentes reportan que, hasta sus últimos estertores, la Fiscalía General continuaba manipulando las estadísticas delictivas que reporta al Sistema Nacional de Seguridad Pública, particularmente con la “rasurada” del número de homicidios, que es el principal indicador para medir la violencia en el Estado. Según nuestros subagentes, la responsabilidad de mantener la base de datos de los crímenes recae ahora en la Secretaría de Seguridad Pública , pero se dice que ahí se mantiene una herencia de la época del fiscal Jesús Torres Charles a quien se le achaca la distorsión en el reporte de las cifras. Se trata de Alfredo Udave, quien fue señalado como el responsable de manipular las estadísticas para que Saltillo obtuviera más recursos del subsidio federal para seguridad de los municipios. El conteo real de los delitos es sólo una de las acciones inmediatas para limpiar el cochinero en los cuerpos de seguridad, pero al menos habría que empezar por tener una fotografía fiel de la realidad.
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Y hablando de (in)seguridad, el gober Rubén Moreira presumió el otro día que Estados Unidos ya no considera a Coahuila como una zona insegura. A menos que don Rubén haya recibido una llamada de Barack Obama, quién sabe de dónde sacó eso, porque hasta donde se sabe el reporte de la Secretaría de Estado mantiene la postura de que los gringos deberían posponer viajes no esenciales a Coahuila porque la entidad “continúa experimentando altos índices de crímenes violentos y homicidios relacionados con el narcotráfico”, mientras que los cárteles siguen sus disputas por territorios, incluyendo los cruces fronterizos. Ese reporte fue actualizado en febrero pasado y, de hecho, la cosa esta peor ahora porque en reportes anteriores las autoridades gabachas sólo mencionaban a La Laguna, pero ahora incluyen a todo el Estado. Pero a lo mejor los traductores le fallaron a don Rubén y le leyeron otra cosa.
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Funcionarios municipales de Torreón se han enredado en piruetas verbales para pedir a vecinos de colonias que no empiecen a cerrar calles para protegerse de la inseguridad. El director de Urbanismo, Arturo Lozano, se quiso poner “duro” al señalar que tales cierres son ilegales, aunque la apatía de su dependencia para atender a los vecinos ha provocado que en varias colonias se hayan ido por la libre para levantar bardas o rejas. Según don Arturo, las 50 peticiones pendientes en su escritorio para cerrar calles no serán atendidas. Obviamente, la postura de don Arturo lo único que va a provocar es que más colonias tomen sus propias medidas al margen de la autoridad, porque a estas alturas lo que dicen en el Municipio les tiene muy sin cuidado. Por lo mismo, el jefazo de la Policía, Adelaido Flores, se metió a suavizar las cosas, para solicitar, amablemente y por favor, que los colonos no tomen medidas drásticas. Pero en el fondo, la autoridad municipal carece de bases firmes para pedir a los ciudadanos que no violen la ley cuando la ola de robos está desatada por la ciudad. Claro que seguir el ejemplo de Gómez Palacio, donde simplemente autorizaron los cierres de calles para quitarse de broncas, tampoco es la ruta conveniente por el caos que eso desataría en la convivencia urbana. Pero como la raíz del problema, que es la expansión de la delincuencia común, no ha sido arrancada, cada vez más ciudadanos recurren al “sálvese quien pueda”.
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La campaña de la candidata del PAN al gobierno del Distrito Federal, Isabel Miranda de Wallace, está tan urgida de apoyo que el partido tuvo que desmantelar el 50 por ciento de su bancada en el Congreso de Coahuila para mandarle refuerzos. Claro que la mitad de la bancada la representa sólo un curuleco, Fernando Gutiérrez, que según reportes periodísticos de la capirucha del esmog, es el flamante coordinador de la campaña de doña Isabel. Según esto, en el PAN consideraron que la experiencia de don Fernando en las campañas a la gubernatura de Coahuila, con el compadre Guillermo Anaya, y de Michoacán, con la “primera hermana” Luisa María Calderón, serán un gran apoyo para la Ciudad de México, aún cuando el blanquiazul perdió ambas elecciones. Se comenta que el último remedio que les quedó a los chilangos para arreglar su desorden es contratar a un foráneo. Pero lo novedoso de esta aventura electoral del “Gutis” es que el rival a vencer es el PRD, que en el DF ha refinado las mejores artes del priismo. Según nuestros subagentes, la llegada de don Fernando a la campaña capitalina se debe a que causó buena impresión con la chamba de Michoacán, aunque no se descarta que don Memo le haya dado un empujoncito en su intento por colocar a sus fichas políticas en puntos estratégicos. Y si bien esto es un espaldarazo para el diputado local, el que ahora va a sufrir es Edmundo Gómez, pues se quedó solito con la representación del PAN en el Congreso de Coahuila.
