Este misterioso personaje ha sido identificado como un abogado lagunero que fue compañero de don Enrique en la Universidad Panamericana, pero que mantienen hasta ahora una relación personal. Se comenta que el abogado en cuestión funge como enlace de la campaña con los priistas locales, pero envía reportes alternos sobre la situación de la campaña al “cuarto de guerra” que manejan los cercanos al candidato, como Luis Videgaray y Luis Miranda. Y que son estos reportes los que merecen más credibilidad allá en el DF. ¿Será?
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Finalmente sucedió lo que tenía que suceder y el tema de la deuda de Coahuila fue a insertarse de lleno en la campaña presidencial, concretamente en la candidatura del priista Enrique Peña Nieto. La revelación de que autoridades de Estados Unidos investigan al exzar financiero del Estado, Javier Villarreal, y que le quieren echar el guante a sus propiedades y cuentas bancarias, reactivó el escándalo y nuestros subagentes reportan que en el “cuarto de guerra” de don Enrique, el tema ya se considera el nuevo callo de la campaña. Tan es así que el suspirante tricolor tuvo que salir a declarar el consabido lugar común de que el asunto debe investigarse, lo cual no es tan relevante como el hecho de que don Enrique normalmente evita el tema y sólo lo ha tocado en dos ocasiones en los últimos seis meses. El problema para los priistas es que el caso de don Javier no se queda solo en una corruptela coahuilense, sino que pegó un brinco a la acusación de que parte del dinero de la deuda habría financiado la campaña de don Enrique, lo cual ya resulta más delicado. La denuncia del dirigente del PAN, Gustavo Madero, cayó en tierra fértil y seguirá dando de qué hablar, sobre todo porque la investigación de los gringos deja claro que la lupa sobre don Javier estaba echada desde hace dos años, cuando él era funcionario de todas las confianzas del entonces gober Humberto Moreira. Lo más interesante, apuntan nuestros subagentes, es que los únicos que hasta ahora han acusado formalmente que don Javier se robó el dinero de Coahuila son las autoridades de Estados Unidos, pues en México ni siquiera la PGR se ha atrevido a tanto en sus denuncias contra el exjefazo del Satec y sus cómplices (y, por supuesto, en Coahuila menos). Hasta ahora el proceso enMéxico sólo es por falsificación de documentos y simulación de actos en las solicitudes de créditos, pero no por desvío de recursos. Pero la conexión es fácil de hacer, de ahí que los panistas se han agarrado del tema como la nueva artillería contra Peña Nieto. Ahora el gober Rubén Moreira tendrá que hacer acrobacias para zafarse del tema, no vaya a ser que bajen sus bonos con el candidato presidencial del PRI. Por lo pronto, el pretexto de que toda la deuda se usó en obra y que fue necesaria para el Estado nada más se lo creen los funcionarios del “Gobierno de Todos”.
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A un mes del arranque de la campaña por la Presidencia, la Comarca Lagunera sólo ha recibido la visita de uno de los candidatos, el perredista-petista-movimientociudadanista Andrés Manuel López Obrador. La cancelación de una gira del priista Enrique Peña Nieto a Gómez Palacio y Lerdo provocó dudas sobre la importancia que da el candidato a La Laguna, mientras que la panista Josefina Vázquez Mota tiene programada una gira a Torreón en los próximos días aunque no hay nada definido. Pero el problema, comentan nuestros subagentes, es que las agendas de los candidatos han dividido a La Laguna entre Coahuila y Durango, pues ninguno ha planeado una gira conurbada. Hasta ahora, la división estatal ha prevalecido en el pensamiento de los estrategas de las campañas, que no caen en la cuenta de que la región es una unidad geográfica que requiere una visión global. Se dice que una de las razones por las que los candidatos no combinan las giras es porque los grupos políticos a nivel local no quieren compartir a los abanderados con las contrapartes al otro lado del Nazas. En el caso del PRI esto obedecería a que los gobernadores buscan acaparar las visitas del candidato tricolor. El problema es que si esta visión parcial se da desde la campaña, cuando uno de ellos llegue a la Presidencia lo más probable es que en su gobierno impere la misma lógica de ver a La Laguna como dos partes separadas, cuando esa misma idea ha dañado profundamente a la región.
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Y hablando de los que ven a La Laguna como dos partes separadas, nuestros subagentes en Durango comentan que el gobierno de Jorge Herrera Caldera se fue por la libre con el tema de la planta potabilizadora aún cuando en Coahuila ya se rechazó ese proyecto como una alternativa para el abasto de agua potable. Según los subagentes, el jefazo de la Comisión de Aguas del Estado, Miguel Calderón, ya licitó un estudio para la planta utilizando 50 millones de pesillos del Fondo Metropolitano que, a estas alturas, servirían más si se aplican en otra cosa. Se comenta que en el gobierno de Coahuila están molestos con sus contrapartes de Durango por insistir en un proyecto que cuesta mucho dinero, alrededor de 4 mil millones de pesos, y que no resuelve el problema de fondo, que es la sustentabilidad del acuífero. Al parecer, el secretario de Gestión Urbana de Coahuila, Óscar Pimentel, piensa contraatacar con un proyecto para impulsar la tecnificación de riego, de manera que disminuya el consumo agrícola del agua. Pero mientras cada gobierno corre con sus propias agendas, queda claro que ni en Saltillo ni en Durango hay voluntad de hacer las cosas de manera coordinada para beneficio de La Laguna.
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Nuestros subagentes en la Federación Mexicana de Futbol comentan que en la polémica por empalmar un partido de la Liguilla con el debate de los candidatos presidenciales se intentó echarle la culpa al Santos por forzar la programación del juego Morelia-Tigres a la misma hora que los partidos habían acordado para el debate. Según el presidente del Morelia, Álvaro Dávila, la intención no era programar el partido el domingo a las 8 de la noche, y que se vieron forzados a hacerlo porque la directiva del Santos escogió el domingo a las 6. El detalle está en que Santos llevaba “mano” para escoger el horario por haber quedado en primer lugar de la tabla, de modo que no se puede culpar a los laguneros de poca convicción democrática. Más bien lo que pasa es que los michoacanos son “maletas” para el fútbol.
