Cuando el movimiento de estudiantes #YoSoy132 empezó a bajar de su nube al candidato presidencial del PRI, Enrique Peña Nieto, varios jerarcas panistas de la localidad manifestaron la esperanza de que los votos perdidos del tricolor se pintarían de blanco y azul, pues en Torreón la merma priista siempre ha beneficiado al PAN. Esto tomó particular relevancia en el distrito 6, donde esperaban que el aspirino panista, Marcelo Torres, “cachara” los votos de indecisos o de quienes habrían cambiado de opinión sobre el “gavioto” y también podrían alejarse de su rival priista Norma González. Pero nuestros subagentes reportan que el efecto de apuntalar a Andrés Manuel López Obrador que tuvo el movimiento a nivel nacional se replicó en La Laguna y el aumento en la intención de voto fue para el PRD.
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Una encuesta publicada recientemente señala que la suspirante por el distrito 6, Isabel Vesuña, anda rondando el ocho por ciento de preferencias, algo insólito que no sucedía desde hace una década cuando Francisco Dávila dejó el PRI para postularse a la alcaldía por el PRD. De modo que el mentado movimiento 132 en realidad sirvió para dividir el voto anti-PRI, lo cual siempre beneficia al tricolor. Dicen los subagentes que doña Norma anda más tranquila pues este escenario le anticipa llegar a cobrar a la nómina de San Lázaro. Sin embargo, hay un foco rojo en el tricolor, y es que varios líderes territoriales del PRI se quieren pasar a otros desfiles. Se dice que la candidata del PRD trae consigo a varios operadores priistas que antes trabajaban en la extinta vicegubernatura de Desarrollo Regional y que eso le estaría costando votos al tricolor. Mientras esos votos se vayan al PRD, los priistas no están preocupados, pero como medida de precaución, los dirigentes del tricolor le están abriendo las puertas a varios panistas que ya están saltando del barco blanquiazul ante la ominosa probabilidad de quedarse fuera del presupuesto y pasar a vivir en el error y que buscan un salvavidas.
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Hablando de las campañas, los priistas de Torreón que estaban emocionados con una visita de Enrique Peña Nieto en la tercera semana de junio no deberían hacerse muchas ilusiones. Según nuestros subagentes en encopetados el “cuarto de guerra” de don Enrique, el candidato no ha decidido si se avienta una segunda gira por La Laguna, ahora en la parte de Coahuila, porque sería en la recta final de la elección y para ese tramo se tienen otras prioridades. Se dice que en el cierre de campaña, el candidato buscaría tener más presencia en estados donde también hay elecciones para gobernador, como Jalisco, Guanajuato y Morelos, pues hay altas probabilidades de que el PRI recupere algunas. De ahí que en los altos círculos del PRI estatal se manejen varias fechas para la supuesta visita. Unos dicen que el 20 de junio, otros que el 21, otros que el 22. Lo cierto es que no todavía hay nada definido, no sólo en cuanto a fechas, sino en cuanto al beneficio que ven los estrategas priistas de darse la vuelta por acá. De no darse la visita, el único contacto de don Enrique con La Laguna de Coahuila durante su campaña sería haber aterrizado en el aeropuerto cuando vino a Gómez Palacio, de manera que hay poca esperanza de que el candidato entienda cómo funciona la zona metropolitana.
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Por cierto, en el tema de la zona metropolitana, vaya revuelo el que causó el gober Rubén Moreira con su propuesta para “controlar” el flujo de personas entre Torreón y Gómez Palacio. Por dar una entrevista banquetera y salir al paso de cuestionamientos sobre el alza de la violencia en Torreón, la declaración de don Rubén fue interpretada como una propuesta para cerrar los cruces, que fue agarrada al vuelo por los alcaldes de Gómez Palacio, Rocío Rebollo, y Lerdo, Roberto Carmona, para aparecer más sensatos en la forma en que ellos “combaten” (es un decir) a la delincuencia. El gober Moreira tuvo que salir a decir que no dijo lo que dicen que dijo, cosa totalmente entendible si tomamos en cuenta que tiene entre sus asesores al exvocero de Vicente Fox, Rubén Aguilar, experto en el arte de “lo que quiso decir”. Pero en el fondo quedaron dudas sobre la estrategia de combate a la delincuencia que trazan en el “Gobierno de Todo” y el conocimiento que tienen en la Urbe de Adobe de la vida cotidiana en la zona conurbada de La Laguna. Lo cierto es que junio acumula un promedio de cinco homicidios diarios y que eso no se va a solucionar con retenes en los puentes, pues los grupos armados siguen circulando por la zona con impunidad, dejando un reguero de muertos.
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En este asunto de la seguridad, nuestros subagentes comentan que llegó a Torreón un refuerzo de policías federales prometido por el jefazo de Seguridad Pública, Genaro García Luna, según esto para apuntalar los operativos contra el crimen organizado, particularmente en el aumento de los secuestros. Sin embargo, nuestros subagentes comentan que los agentes federales vinieron más bien de paseo, pues no se les ha visto muy activos. También se dice que hay algunas fricciones entre los muchachos de don Genaro y los policías municipales. Dicen que las huestes de Adelaido Flores andan enojados con los federales porque no los han apoyado en los ataques que han sufrido en las últimas semanas y que de plano no hay ánimo de coordinación y cooperación entre ambas policías, ni entre los federales y el Ejército. ¿Será?
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Allá en la capirucha del esmog circula el rumor de una cena organizada por la lideresa de los maestros, Elba Esther Gordillo, con varios gobernadores del PRI para pedirles (más bien, exigirles) su apoyo a los candidatos a diputados de Nueva Alianza, a cambio de poner a su partido a operar a favor de Enrique Peña Nieto. La maestra les habría dicho a los gobernadores que andaba muy “sentida” por los ataques en su contra y que necesitaba prolongar su reinado con una bancada propia en la próxima Legislatura. Se dice que la cena fue en casa de un importante magnate de medios de comunicación y que por ahí anduvo el gober de Durango, Jorge Herrera Caldera, junto con colegas del Edomex, Hidalgo, Veracruz, Tamaulipas, Querétaro y Veracruz. O sea, los “sospechosos comunes” que también habían asistido a una reunión con jerarcas priistas para apuntalar las campañas del PRI al Congreso, por lo que los convidados quedaron en una disyuntiva delicada: apoyar a los candidatos de su partido o a los candidatos de la maestra. El que se salvó fue el gober de Coahuila, Rubén Moreira, que no asistió a la cena con doña Elba, aunque se dice que don Rubén sí pasó a saludarla a una fiesta familiar (como si fuera asamblea de Nueva Alianza) que la jefaza del magisterio tuvo hace poco, por lo que queda claro que la relación de Coahuila con la maestra goza de cabal salud.