Por más viajes al extranjero que hagan el gober Rubén Moreira, el secretario de Fomento Económico, Javier Guerrero, o el alcalde Eduardo Olmos para promover inversiones, la triste realidad es que ningún proyecto se ha concretado. Nuestros subagentes comentan que en las últimas semanas dos empresas fuertemente cabildeadas por el “Gobierno de Todos” para instalarse en Torreón decidieron en contra de la zona por motivos de seguridad. El problema es que por más presentaciones que se hagan en las salas de juntas y por más bonitas que sean las diapositivas de PowerPoint, en cuanto los ejecutivos escriben “Torreón” en cualquier búsqueda de Internet lo primero que aparece es la violencia desatada. Más en estos días en que la ciudad tiene la distinción de ser el municipio más violento del país, lo cual es suficiente para tumbar a cualquiera que presuma los campos de golf.
Pero aún suponiendo que algún ejecutivo temerario supere el escollo de la inseguridad, diga “no problem” y emprenda un viaje a la ciudad, se topará con la otra realidad de que no hay dónde poner su empresa. Los subagentes comentan que al menos una firma extranjera ha rechazado instalarse en Torreón por la falta de terrenos y servicios adecuados para construir una nave industrial. Anuncios recientes de empresas norteamericanas y japonesas sólo refuerzan la pérdida de competitividad en La Laguna y arrojan más incertidumbre sobre el futuro económico de la región. Se dice que don Javier anda en busca de opciones fuera del ramo automotriz o metal-mecánico para averiguar si La Laguna tiene alguna ventaja competitiva en otras actividades económicas, pero el problema es la falta de recursos para materializar obras que hagan atractiva a la Comarca.
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Mientras que Torreón adolece la falta de hospedaje industrial, nuestros subagentes en la Urbe de Adobe comentan que en los círculos del gobierno estatal no terminan de reconocer que la magnitud del problema requiere acciones urgentes. Y luego resulta que los funcionarios ni siquiera se pueden poner de acuerdo en sus “rollos”. Es el caso de los proyectos de infraestructura industrial que supuestamente serían financiados con el Impuesto sobre Nóminas y sobre los cuales el secretario de Gobierno, Miguel Ángel Riquelme, y el flamante titular de Infraestructura, Francisco Saracho, han caído en flagrantes contradicciones. Don Miguel admitió el viernes pasado que no contaban todavía con los proyectos ejecutivos de obras que incluyen la habilitación de parques industriales. Pero el lunes, don Francisco aseguró que ya están listos los mentados proyectos ejecutivos. Ante esto, los subagentes concluyen que alguien está mintiendo, pues es imposible elaborar tales proyectos en tres días, porque no se trata nada más de obras para industria sino también de otras como el Paseo Morelos y el drenaje pluvial de Las Fuentes. Lo más probable es que sea el jefazo de Infraestructura el que está ajustando la realidad a sus propios intereses, pues también dijo que las licitaciones están “en curso” cuando ni siquiera se han publicado. Además, don Francisco parece que quiere tomarse su tiempecito para empezar con las obras que ya de por sí están atrasadas, pues toda su dependencia se fue de vacaciones y no hay ni un alma en las oficinas. O sea que no le basta tener menos de una semana en el cargo, pues piensa que puede tardarse más tiempo en empaparse de su nueva chamba. Al parecer don Francisco no ha leído el libro que escribió hace poco su jefe el gober Rubén Moreira y que lleva el apto título de “Más temprano que tarde”.
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Y si la inseguridad y las obras no son obstáculo para atraer inversiones, uno siempre puede contar con el clásica soborno. Nuestros subagentes reportan que en el Municipio quieren cobrar “moche” a la empresa que comenzó a instalar una cadena de tiendas de conveniencia. Dicen por ahí que el “enjuague” se maquina en la dirección de Urbanismo que dirige (es un decir) Arturo Lozano y tiene que ver con la expedición de permisos, aunque no se sabe de qué nivel son los funcionarios involucrados. Las sospechas rápidamente cayeron en esta dirección municipal debido a que ya tenían antecedentes con una empresa constructora a la cual le atoraron unos permisos porque no se ponían “guapos”. Los subagentes comentan que el enojo de la empresa de las tiendas de conveniencia es tal que buscaron la mediación de un prominente empresario local para que interceda ante las autoridades municipales, en concreto el alcalde Eduardo Olmos, para que ya le paren a la extorsión. ¿Será?
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Tremenda sorpresa se llevaron los corrillos políticos coahuilenses con la “noticia” de que el exdirigente estatal del PAN, Reyes Flores Hurtado, había fallecido durante la huelga de hambre que mantiene en el Zócalo de la Ciudad de México para denunciar las supuestas transas del PRI en la elección presidencial. Don Reyes lleva 14 días en huelga para exigir una investigación de las finanzas del tricolor y las acusaciones de compra de votos, arropado en la organización Claridad y Participación Ciudadana que maneja el empresario Armando Guadiana, que sigue enojado con el PRI porque no lo dejan hacer sus “negocios” a gusto. El caso es que un correo falso a nombre de la organización anunció la muerte del abogado saltillero, lo cual causó conmoción en redes sociales, donde ya lo pintaban como “mártir de la democracia” y la noticia tomó tintes de escándalo. Afortunadamente resultó falso y don Reyes se reporta bien de salud, aunque más flaco que antes. Por supuesto que las primeras sospechas que se manejaron en su carpa del Zócalo apuntaron hacia los priistas, cuyas mañas son muy conocidas porque a veces no pueden aguantarse las ganas de hacer una travesura similar. Sin embargo, en el tricolor comentan que todo el borlote fue iniciado por las mismas huestes de Claridad y Participación Ciudadana porque supuestamente pensaron que la protesta y la huelga de hambres estaban perdiendo impacto noticioso y ya nadie los pelaba, por lo que necesitaban atraer de nuevo los reflectores. Mientras son peras o manzanas, lo único claro es que hay gente mal pensada y sin nada que hacer.
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La Procuraduría de Justicia de Coahuila no había terminado de presumir una notable baja en la violencia criminal en Torreón durante los últimos días, cuando tres personas fueron asesinadas por un grupo armado al interior de una casa el lunes. Habían pasado varios días sin que se registraran homicidios vinculados con grupos criminales en Torreón y quizá por eso los muchachos del Procu Homero Ramos se sintieron con la confianza de declarar que la baja en la violencia obedecía a los “ajustes” que según esto hicieron militares y policías tras una despiadada carnicería en la primera quincena de julio. Pero eso les pasa por andar cantando victoria antes de tiempo, algo a lo que son muy aficionados los funcionarios en temas de seguridad. Sin embargo, nuestros subagentes comentan que eso de los “ajustes” no es la causa de la baja en la violencia, que se atribuye a un razonamiento de los grupos delictivos para replegarse luego de que “calentaron” la violencia a niveles insostenibles. Esta hipótesis es sostenida en el hecho de que, aunque disminuyeron los homicidios, el secuestro y el robo a mano armada siguen tan campantes como siempre, lo que evidencia que la autoridad en realidad no ha podido frenar a los delincuentes. Si esto es cierto, debe quedar claro que los malandros regresarán cuando quieran, como lo demostraron con el triple homicidio de hace un par de días, que puede servir como advertencia, a pesar de los “ajustes” del Ejército y las policías. Para este viernes se espera la presencia del secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, para evaluar el operativo Laguna Segura, “ajustes” incluidos. A ver si no le presentan las cuentas alegres y luego se dispara otra vez la violencia.