Interesante cónclave reportaron nuestros subagentes que hubo en una casa de los rumbos de Torreón Jardín la semana pasada. El fuerte despliegue de seguridad alrededor de la vivienda, sobre todo con policías federales, indicaba la presencia de uno o varios peces gordos. Tras un fino trabajo de inteligencia, como ése que dicen los policías que despliegan para agarrar malandros, los subagentes detectaron la presencia de Luis Cárdenas Palomino, el poderoso jefe de Seguridad Regional de la Secretaría de Seguridad Pública y muy cercano al jefazo Genaro García Luna. Dicen que don Genaro lo mandó a Torreón a darle seguimiento a quejas en el ámbito empresarial por el aumento de los secuestros, que se han disparado a pesar de (o quizá debido a) que en Torreón opera una unidad de la Policía Federal dedicada precisamente a combatir este delito.
Don Luis es reconocido como uno de los principales expertos en secuestro del país, pero cuentan que no pudo calmar la molestia de los “ipecos” sino que nada más vino a exponerles su “rollo” sobre el combate a la delincuencia. La visita se dio posterior al asesinato de dos agentes federales en Torreón, que prendió focos rojos en la Ciudad de México porque quedó claro que los grupos criminales siguen operando a sus anchas en Torreón. Lo curioso, reportan los subagentes, es que en la reunión no hubo presencia de algún mando del Ejército, lo que confirmaría que los de verde olivo y los de azul marino siguen distanciados y cada quien jala por su lado en lo que se supone que son operativos “conjuntos”. Otro detalle es que don Luis ni por equivocación se refirió a los rumorcillos que han circulado en el sentido de que los policías federales andan haciendo travesuras en eso de los secuestros y de las extorsiones, pues obviamente no se iba a poner a criticar a sus muchachos. Pero la sospecha continúa porque hasta ahora nadie ha podido explicar por qué los plagios aumentaron desde que llegó el grupo especializado de federales. ¿Coincidencia?
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Por cierto, en la reunión estuvo el gober Rubén Moreira y si bien el convivio transcurrió en armonía, al menos un empresario no se aguantó la tentación de cambiar de tema y reclamarle al gober la falta de pago por las obras pendientes. En concreto, se trató del dueño de la empresa que tiene a su cargo el revestimiento de la nueva Presidencia Municipal y que tiene más de seis meses que no ve un centavo, por lo que tiene la obra detenida. Nuestros subagentes ignoran cuál fue la respuesta del gober, pero sospechan que le dio “bolita” porque el desastre financiero que tiene atoradas las obras en Torreón todavía no se arregla. De hecho, don Rubén tampoco ha definido la estructura de gobierno para atender a La Laguna a pesar de que su administración estatal ya va para nueve meses y si un niño se hace en ese tiempo, pues con más razón una secretaría. Al parecer el “representante personal” del gober en La Laguna, Gabriel Calvillo, ni siquiera tiene nombramiento y todavía no se sabe qué va a pasar con los despojos de la Secretaría de Desarrollo Regional. Dicen los subagentes que a pesar de la “limpia” de funcionarios que se hizo en el Edificio Coahuila, la nómina sigue intacta. Se rumora que los nombres de varias personas despedidas de esa secretaría siguen apareciendo en la nómina pero son otros los que cobran esos sueldos. O sea que el argumento de que no hay dinero no se sostiene mucho, pues sí hay billetes, sólo que para otras cosas.
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La reaparición en la esfera pública del exgober Humberto Moreira causó revuelo en los corrillos políticos de la Urbe de Adobe, pero también a nivel nacional. Don Humberto abandonó su exilio de los reflectores para bautizar a su hija, pero en lugar de hacerlo de manera discreta, como correspondía a su perfil desde que dejó la dirigencia del PRI, el exgober se fue a meter a la Catedral de Saltillo, donde se topó con manifestantes que le reclamaron no haber hecho nada ante el problema de cientos de personas desaparecidas durante su administración. Según nuestros subagentes, en los círculos cercanos al exgober sospechan que fue el obispo de Saltillo, Raúl Vera, el que “cilindreó” a los manifestantes para que hicieran su protesta. Si es cierto, queda claro que don Humberto se lo buscó al meterse en la guarida de quien es considerado el “gurú” del movimiento por los desaparecidos, y además por llevarse a oficiar el bautizo al cardenal Norberto Rivera, con quien monseñor Vera mantiene fuertes diferencias dentro del Episcopado, pues dicen que entre ellos no se tienen mucha caridad cristiana. O sea que todo estaba puesto para que hubiera polémica. También llamó la atención la ausencia del gober Rubén Moreira en el bautizo de su sobrina, pues se comenta que optó por irse a la fiesta de cumpleaños del presidente Felipe Calderón en Los Pinos. Se dice que don Rubén ha detectado que su hermano y antecesor se vuelve cada vez más incómodo, sobre todo al insistir que podría lanzarse de candidato a alcalde de Saltillo. El prospecto de tener a don Humberto en la palestra electoral resulta una mala noticia para el PRI, aunque difícilmente el tricolor lo postularía, por lo que el profe Moreira podría regresar a su gremio magisterial para ser candidato de Nueva Alianza. ¿Será?
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En el cierre del sexenio del presidente Felipe Calderón ya comienzan los balances sobre su gestión y nuestros subagentes comentan que uno de los puntos a considerar en la región lagunera es lo inútil que resultó la cercanía de dos políticos de Torreón con el “preciso”. En efecto, al inicio del sexenio se pensaba que el exalcalde Jorge Zermeño y el senador Guillermo Anaya podrían ser piezas clave para que don Felipe volteara con frecuencia a La Laguna para temas de infraestructura, inversión y, sobre todo, seguridad. Por un lado, como presidente de la Cámara de Diputados en 2006, don Jorge fue el artífice para que don Felipe pudiera tomar protesta en el Congreso. Por el otro, el compadrazgo entre el presidente y don Memo comentado unos meses antes del arranque del sexenio también se suponía que podría rendir frutos. Pero si la esperanza era que ambos grillos panistas trajeran más a don Felipe a La Laguna, en realidad la cercanía sirvió para que el presidente sacara a don Memo y a don Jorge de la región. Mientras que don Jorge fue enviado a España y quedó desvinculado de los temas locales, el compadre Memo prefirió hacer la grilla en la Ciudad de México y ocuparse de La Laguna sólo para mover sus piezas políticas. ¿Y La Laguna? Bien, gracias.
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Regresando al ámbito empresarial, nuestros subagentes en el círculo “ipeco” reportan que hubo comentarios negativos en algunas agrupaciones por la designación de Jaime Russek como subsecretario de Fomento Económico para La Laguna. La percepción es que esa dependencia no ha servido de nada para la promoción de inversiones, pues a sus titulares nunca los pelan. Pero también se comenta que don Jaime no tiene el “calibre” que se requiere para esta chamba pues no tiene experiencia en temas de desarrollo económico y su trayectoria ha sido sólo en el de turismo, con su efímero paso por la subsecretaría del ramo en la primera mitad del gobierno anterior y uno que otro viaje a McAllen. Los subagentes dicen que algunos empresarios tomaron esta designación como una muestra más de la falta de interés por “apretar” en la atracción de inversiones para La Laguna, sobre todo porque la estrategia de promoción que ha hecho el secretario Javier Guerrero hasta ahora le ha aportado más frutos a otras regiones. Se comenta que de todas las empresas cabildeadas en dos misiones comerciales a Japón para conseguir que invirtieran en la Comarca, ya ninguna está interesada en voltear para acá. Ahora don Javier ya prepara maletas para irse a Alemania y a España en otro viaje de promoción. De ésos que mucho han servido para traer inversiones… a Saltillo.
