La próxima semana se cumple el plazo para que la Secretaría de Infraestructura de Coahuila, que maneja (es un decir) Francisco Saracho, entregue a los empresarios del Comité del Impuesto sobre Nóminas el expediente sobre el Sistema Vial Alianza para justificar el uso de 20 millones de pesillos de esa bolsa para la terminación de una obra iniciada hace cuatro años. Nuestros subagentes comentan que los “ipecos” en el comité no están muy convencidos de los argumentos que esgrime don Francisco sobre la necesidad de usar el ISN para pavimentación, alumbrado y drenaje del complejo vial, porque es impensable que esas obras no estuvieran contempladas en el plan original, a menos que los ingenieros del gobierno anterior pretendieran construir una terracería.
Como esas obras seguramente aparecen en el proyecto ejecutivo, los empresarios querrán saber en qué se usó el dinero que se presupuestó para esa obra desde 2007 y ahí es donde las explicaciones se vuelven complicadas, sobre todo porque durante meses nadie en el Estado dijo que faltaba dinero sino que se la pasaban prometiendo la terminación inminente del sistema. Don Francisco estuvo en Torreón la semana pasada para hacer un recorrido por la obra y se cuidó de dar plazos, aunque se comenta que ya empezó a ablandar a los empresarios para que no se pongan muy rejegos con la aprobación del dinero que falta, pues necesitará un control de daños en torno al boquete financiero que va a salir. Se dice que el gobierno estatal contempla dos salidas. Una es mantener oculto el proyecto ejecutivo original y los detalles sobre el financiamiento de la obra, para agarrar “a lo chino” los 20 millones de pesos y sortear la polémica con cariñitos a los empresarios. La otra sería echarle la culpa al “villano favorito” de la deuda estatal, Javier Villarreal, que supervisó el dinero del ISN cuando era el zar financiero del “Gobierno de la Gente” y como está prófugo resulta fácil endosarle la bronca. El problema es que eso no justificará utilizar dinero comprometido para proyectos nuevos en corregir las metidas de pata del pasado y será interesante ver cómo reaccionan los “ipecos” ante el agujero millonario que se va a abrir en el ISN_que según esto iba a contribuir al desarrollo “futuro” de Torreón.
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Por cierto, hablando de Javier Villarreal, nuestros subagentes siguen escuchando con insistencia el rumor comentado aquí la semana pasada sobre el arresto de uno de sus antiguos subordinados en la Secretaría de Finanzas. Se dice que el detenido es uno de los exfuncionarios que, por órdenes de don Javier, acudían a la Secretaría de Hacienda a presentar los documentos falsos para obtener autorizaciones de créditos. Los subagentes reportan que fue la Procuraduría General de la República la que le echó el guante, pues hasta ahora las órdenes de aprehensión que hay en la Procuraduría de Coahuila nomás acumulan telarañas. El detalle es que el arresto habría ocurrido hace más de 10 días, por lo que resulta extraño que no haya sido presentado ante un juez, como sí ocurrió con los dos exdirectivos de la unidad de Deuda Pública de Hacienda que estaban confabulados con los coahuilenses. La única explicación posible para tener “guardado” al exfuncionario sin consignarlo es porque los muchachos de Marisela Morales le estarían bajando toda la “sopa” sobre el paradero de don Javier, que ha logrado evadir a la justicia durante casi un año. Es posible que ya exista un arreglo y que la PGR podría dar un golpe mediático antes de entregar el changarro el 1 de diciembre, pues después de esa fecha se da por sentado que el nuevo gobierno de Enrique Peña Nieto le va a echar toda la tierra encima al expediente de la deuda, por más que el presidente electo insista en que no tiene amigos. ¿Será?
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Si bien la llegada de Lázaro (perdón, Francisco) Dávila al comité municipal del PRI ocurrió de manera tersa gracias a la disciplina tricolor, esto fue sólo en la superficie, pues en el fondo nuestros subagentes comentan que hay descontento en algunos cuadros del partido, sobre todo en los históricos. Al parecer varios “grillos” tricolores le cargan a don Paco el auge del PAN en Torreón cuando hace 10 años se pasó al PRD porque no salió de candidato a la presidencia municipal. Esa deserción le provocó al PRI una fuga de votos que le costaron la elección a la candidata Laura Reyes Retana y le entregaron la alcaldía a Guillermo Anaya, cuya carrera política tomó un impulso que le permitió convertirse luego en senador, compadre presidencial y operador del Gobierno Federal en Coahuila. La elección de 2002 se ve como la causa directa de que el PRI haya quedado fuera de la presidencia municipal durante siete años y como a los cuadros históricos del tricolor les encanta la nostalgia de las glorias pasadas, pues todavía no se la perdonan a don Paco, que ahora tendrá que provocarles un episodio de amnesia. Pero más allá del trauma histórico, el flamante dirigente también batallará con el histórico líder Mario Cepeda, que no debió quedar muy contento de que le arrebataran la presidencia del PRI a su hija Isis y buscará mantener sus tentáculos en la operación territorial, lo cual puede causar muchos dolores de cabeza en la próxima elección.
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Tras la polémica por la renovación en el patronato de la Unidad Deportiva nuestros subagentes comentan que en la Presidencia Municipal está en curso una auditoría a la gestión del antiguo patronato que presidió el empresario Omar Gutiérrez de Anda, quien peleó ferozmente la convocatoria para cambiar de administración. La revisión aún está en curso, pero se comenta que han salido detalles interesantes sobre el destino de las taquillas. Se comenta que gran parte del dinero de las entradas a la Deportiva no está comprobado y resultó sospechoso que en unos cuantos meses de la nueva administración la taquilla aumentó. Otro detalle es que en las cuentas aparecen recibos de una empresa vinculada a don Omar, lo que también llamó la atención de los contadores. Los resultados de la auditoría estarán en unas semanas y habrá que ver las acciones que decide tomar el alcalde Eduardo Olmos. Existe la posibilidad de que se acuse una represalia debido al activismo de don Omar, sobre todo porque la Cámara de la Propiedad Urbana, que preside, forma parte del movimiento que promueve el Estado de La Laguna. Pero al margen de las posturas políticas es muy necesario conocer el manejo de un activo tan importante de la sociedad lagunera como es la Deportiva.
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Todavía no se acomoda en su nueva oficina como subsecretario de Desarrollo Social del Estado, pero el exdirigente estatal del PRI, Salvador Hernández Vélez, ya tiene la mira puesta en un futuro académico. Nuestros subagentes comentan que don Salvador buscará la rectoría de la Universidad Autónoma de Coahuila, que se renovará el año que entra. Uno de los indicadores más interesantes sobre las intenciones de don Salvador es el rumor de que ha sostenido varias reuniones con los hermanos Eliseo y Manuel Medina, que por mucho tiempo controlaron los tejes y manejes en la UAC, y ha mostrado inusual interés en algunos procesos electorales de las escuelas universitarias. Don Salvador tiene viejas ligas con la Universidad, donde fue coordinador de la Unidad Torreón, aunque ya son muchos semestres de aquello y ahora tendrá que desempolvar algún vínculo que le permita postularse. Por la elección no hay problema, pues en los últimos años ha sido un mero trámite para formalizar el “dedazo” del Palacio Rosa. El actual rector, Mario Ochoa, compitió sin rival en 2007 y 2010 porque así lo decidió el entonces gober Humberto Moreira. La duda en este caso es si don Salvador ya está otra vez en la gracia del gober Rubén Moreira luego del descalabro electoral que sufrió el PRI en julio.