A manera de bienvenida a tierras laguneras, los criminales que se mueven a sus anchas por la Comarca decidieron enviarle al secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, un recordatorio de quiénes en realidad mandan por estos lares. El ataque a un sepelio no fue solamente una muestra más del deterioro en la seguridad de La Laguna, sino también un desplante porque la balacera ocurrió junto al cuartel de la XI Región Militar, donde se supone que se “coordina” el operativo “Laguna Segura”. El que tres camionetas con hombres armados hayan disparado desde la carretera a unos metros de un batallón de Infantería revela el nulo temor que los grupos criminales tienen al Ejército y, por extensión, a todas las policías, las federales, estatales y municipales en ambos lados del Nazas. Si eso no fuera suficiente, sólo hay que ver los tres ataques contra la Policía Federal en Gómez Palacio, con saldo de tres agentes muertos, sin que hasta ahora haya un solo detenido.
Don Alejandro realizó ayer su tercera visita a Torreón para encabezar puerta cerrada una nueva reunión de “evaluación” de las acciones contra la delincuencia, pero es evidente que los resultados son pobres. Septiembre está ya entre los meses con más homicidios en el año y todavía le quedan cuatro días. Para que luego no fueran a cuestionarlo, la reunión fue a piedra y lodo y se dice que el jefazo de Gobernación pidió a los gobernadores Rubén Moreira y Jorge Herrera Caldera no dar una conferencia de prensa al final. En la reunión se acordó quitarle al alcalde Eduardo Olmos la vocería del operativo y dejar en manos de los procuradores estatales esa chamba, por lo que ahora Homero Ramos y Sonia de la Garza serán los encargados de explicar por qué la violencia aumenta cuando debería bajar. Está por verse si el anuncio de un nuevo refuerzo al operativo “Laguna Segura” va a rendir los frutos que se requieren para bajar la actividad criminal en la Comarca. Por cierto, don Alejandro cambió sus planes a raíz de la muerte del senador Alonso Lujambio, quien fue su profesor universitario, y tuvo que cancelar su viaje a Saltillo para regresar a la Ciudad de México. Este detalle dejó furiosos a algunos dirigentes “ipecos” que fueron convocados a la peronera capital para una reunión y cuando llegaron les dijeron que mejor se regresaran. Al menos se trajeron pan de pulque.
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Antes de estar en Torreón, Alejandro Poiré estuvo en Piedras Negras para tapar el pozo después de que se ahogó el niño con la fuga de 131 reos. Se comenta que el gober Rubén Moreira pidió acelerar los traslados de presos federales al nuevo penal de Monclova y don Alejandro ya le dijo que sí, a lo mejor en agradecimiento por el “detalle” que tuvo el gober de no balconear la lentitud del Gobierno Federal para llevarse a sus detenidos a otro lado. Nomás falta que lo cumpla. Y es que la fuga anuló de un plumazo el avance que habían tenido el Ejército, la Marina y la Policía Estatal en materia de detenciones en la zona fronteriza. Ahora, para hacer “montón”, el nuevo informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos sobre centros penitenciarios resultó devastador para Coahuila, que se ubicó en el quinto sitio entre los estados con las peores condiciones. Curiosamente el penal de Piedras Negras fue el único del país con calificación de cero porque los visitadores de la CNDH no pudieron entrar para hacer su evaluación, lo que reveló “a toro pasado” las condiciones de autogobierno que imperaban. Si la CNDH comunicó esto al gobierno estatal, seguramente el recado todavía está perdido. Por cierto, en este informe el Cereso de Torreón quedó como el peor evaluado en Coahuila después de Piedras Negras. La calificación global de 5.9 resulta más preocupante si se toma en cuenta que el penal sacó uno en ausencia de actividades ilícitas y personal de seguridad. Por su parte, el Cereso de Gómez Palacio sacó tres en estos rubros y fue el peor evaluado de Durango, lo que significa que las condiciones para una fuga son bastante propicias en ambos lugares. A ver si al rato no resulta que de nada sirve agarrar malandros si al rato salen por la puerta grande.
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En la Presidencia Municipal de Torreón, el tercer regidor, José Ganem, se agarró del caos durante un concierto en la Feria que dejó decenas de heridos porque se vendieron boletos de más para lanzarse contra el tesorero Pablo Chávez Rossique. Según don Pepe, el departamento de Espectáculos que depende de la Tesorería no controló la venta de boletos lo que provocó que el recinto rebasara su capacidad cuando al menos 3 mil personas más quisieron “empacarse” en un lugar que ya estaba lleno. Nuestros subagentes comentan que el regidor Ganem quiere reclutar a varios colegas en una cruzada contra don Pablo para exigirle que primero meta orden en su propio departamento antes de apretar las tuercas con las finanzas municipales. A todo esto, el tesorero tuvo que agachar la cabeza porque hasta ahora no tiene idea de qué fue lo que pasó, pues al parecer nadie en su oficina estaba enterado de que el desorden se armó porque había boletos “pirata”. A lo mejor es porque la jefa de Espectáculos, Vanessa Delgadillo, apenas tiene tres meses en el puesto y todavía no encuentra su oficina o porque su antecesor, Óscar Olguín, dejó un tiradero. Si la Tesorería ya trae broncas en áreas como Parquímetros y Catastro, no estaría de más echarle un ojo a Espectáculos.
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Nuestros subagentes en la Urbe de Adobe comentan que hay secretarios del gabinete estatal que andan buscando la puerta de salida con miras a un “hueso” en el próximo Gobierno Federal. Para más señas, se trata de funcionarios rescatados de la administración del exgober Enrique Martínez, que fueron “congelados” durante seis años. Según los subagentes, los titulares de Educación, José María Fraustro, Gestión Urbana, Óscar Pimentel, y Desarrollo Económico, Javier Guerrero, suspiran por la capirucha del esmog. Cada uno de ellos tiene sus palancas por aquellos rumbos, construidas durante su exilio sexenal de Coahuila. Don Chema fue subsecretario de Educación federal y aunque eso fue en tiempos de Vicente Fox, tiene buenos contactos en el sindicato de maestros que comanda Elba Esther Gordillo. Otro que tiene apoyos de “la maestra” es don Óscar, quien además trabajó en la Procuraduría General de la República con Claudia Ruiz Massieu, que ya trae chamba como coordinadora de transparencia en el equipo de transición de Enrique Peña Nieto por lo que ese contacto resulta útil. Por su parte, don Javier es cercano a la exjefaza del PRI, Beatriz Paredes, que espera recibir un encargo del próximo presidente. Así las cosas, ya se anticipa una nueva desbandada en el gobierno estatal apenas termine el año.
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Y hablando de funcionarios estatales, resultó paradójico que fuera el administrador fiscal, Ismael Ramos Flores, el que viniera la semana pasada a pedir al comité del Impuesto sobre Nóminas los 25 millones que van a necesitar para terminar el Sistema Vial Alianza. Sin explicar cómo fue que el complejo vial se planeó sin obras de pavimento, alumbrado y drenaje, que es lo que falta, don Lito salió con que el costo de la obra había aumentado y que por eso se requería el dinero que según esto se iba a usar en proyectos nuevos. La paradoja está en que el hoy administrador fiscal fue en el gobierno anterior secretario de la Función Pública y por lo tanto el encargado de supervisar a las otras dependencias estatales, entre ellas la Secretaría de Finanzas, que debía desembolsar el dinero para el sistema vial. Obviamente don Lito nunca se dio cuenta de las travesuras que se hacían en los dominios de Javier Villarreal, pues si lo hubiera hecho probablemente la obra ya estaría terminada. (Tampoco se dio cuenta de cómo la deuda aumentaba sin control, pero esa es otra historia). El caso es que ahora don Lito se puso otro uniforme y vino con sombrero en mano para que los empresarios se “mocharan” con el ISN y se olvidaran del pasado.