La polémica que causó un reciente estudio del Instituto Mexicano de Competitividad, que puso a la zona metropolitana de La Laguna en e el lugar 44 entre las ciudades más competitivas del país, será acompañada en los próximos días con otro reporte preparado por el Centro de Investigación y Docencia Económicas que presentará su tabla de las ciudades mexicanas más preparadas para atraer inversión y generar riqueza. Algunos datos preliminares de este estudio ya son celebrados en Saltillo, que se ubica en el tercer lugar nacional, sólo detrás de la Ciudad de México y Hermosillo. La Urbe de Adobe, se recordará, fue colocada en el sexto lugar en el reporte del IMCO, que desbancó a La Laguna hasta el fondo de la tabla, muy por debajo incluso de Monclova (lugar 11) y Piedras Negras (lugar 18, con todo y fuga).
Los datos que se adelantaron del reporte del CIDE no ponen a La Laguna en los 10 primeros lugares, lo que confirma la pérdida de competitividad de la región. Lo interesante es que hace cinco años la peronera capital estaba en el noveno sitio en el índice del CIDE, por lo que su avance de seis lugares confirma el impulso que una adecuada planeación y política de atracción de inversiones le da a una región. En 2007 La Laguna estaba en el lugar 17, por debajo de Monclova y de Durango y se anticipa hay una pérdida de competitividad alimentada sobre todo por factores sociales, relacionados con el aumento en la delincuencia. Es evidente que la desventaja que tiene La Laguna para atraer inversiones ya tiene suficientes diagnósticos para apreciar la gravedad del problema, pero lo que sigue ausente es una política de planeación de parte de la administración del gober Rubén Moreira que llene el vacío que han dejado las últimas administraciones. Nuestros subagentes comentan que todas las empresas que han sido cabildeadas en los viajes de don Rubén a Asia y que en algún momento manifestaron su intención de invertir en La Laguna ya perdieron todo interés. Una de las principales razones es que las exigencias de infraestructura para instalarse en Torreón han sido respondidas con puras promesas, cuando en otras ciudades, particularmente en Saltillo, se encuentran con realidades concretas. Y así no se puede.
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Ahora que ya puede lucir la (Gran) Plaza Mayor, el alcalde Eduardo Olmos trae planes para iniciar una recuperación del Centro Histórico, pero nuestros subagentes comentan que el impulso quedará limitado al área alrededor de la plaza y no a todo el sector. Por el contrario, las dependencias municipales que deben mantener el orden en los servicios y la apariencia del Centro de plano se olvidaron. La acumulación de basura, el descuido de la Plaza de Armas, el regreso de vendedores ambulantes a lugares prohibidos y el probable aumento de la prostitución ahora que se han cerrado bares y salas de masaje anticipan problemas para la administración municipal que nadie quiere atender. Por ejemplo, la jefaza de Plazas y Mercados, Amira Darwich, lleva semanas ignorando a los ambulantes que se han colocado en las avenidas Hidalgo y Juárez y el abandono de los horrorosos módulos construidos por el anterior gobierno. El departamento de Limpieza, que comanda Erick Ruvalcaba, no tiene la menor intención de entrarle al desbordamiento de la basura en las calles del Centro, mientras que la Plaza de Armas ya está mostrando los estragos de la falta de mantenimiento, apenas dos años después de su remodelación. Si la Plaza Mayor se proyectaba como un “ancla” en la recuperación del Centro, hasta ahora ni siquiera se han atendido los problemas que durante años han azotado al sector. Algunos de estos problemas van a requerir “mano dura” contra intereses políticos, como el caso de los ambulantes, pero es obvio que en tiempos electorales nadie le va a entrar.
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Dos “quemones” mediáticos ha recibido Coahuila en los últimos días, con el recordatorio de un par de asuntos heredados por el gober Humberto Moreira. El primero fue el inicio del juicio para recuperar dinero y propiedades que el exzar financiero del “Gobierno de la Gente”, Javier Villarreal, invirtió en esa vieja parte de Coahuila que hoy se llama Texas y que supuestamente es producto del lavado de millones de pesos sacados ilegalmente de las arcas estatales. El juicio que se llevará a cabo en San Antonio puso bajo relieve la lentitud de autoridades federales y estatales para darle trámite a los procesos abiertos en México. Ya pasaron nueve meses de la última vez que se tomó alguna acción legal contra el extitular del Satec, ya sea por parte del gobierno federal o del estatal. Allá por febrero la Procuraduría General de la República libró órdenes de aprehensión contra don Javier y cuatro exfuncionarios del Satec y dos de Hacienda, aunque sólo estos últimos han sido detenidos. Por las mismas fechas, la entonces Fiscalía de Coahuila declaró prófugo a don Javier, luego de varios meses que burló las apariciones ante el juzgado que le sigue el proceso por falsificación de documentos. A lo mejor la PGR podría dar una sorpresa antes de que termine la administración de Felipe Calderón, porque lo más probable es que la de Enrique Peña Nieto le eche tierra al asunto y solamente tendremos noticias de los juicios que están por empezar en Estados Unidos. El otro escándalo que fue recordado estos días fue el de la presunta colusión de Humberto Torres Charles, hermano del exfiscal Jesús Torres Charles, con grupos criminales que operan en Coahuila. El “balconeo” de este caso que estaba dormido desde marzo, cuando se destapó el escándalo, vino por cortesía de la PGR que publicó un aviso de recompensa por la captura del exjefe de una unidad de la Policía del Estado que habría estado al servicio de grupos criminales. La recompensa de tres millones de pesos se hace extensiva a la ubicación de excomandantes de la Agencia Federal de Investigaciones y de la Policía Federal metidos en la red de protección que también involucraba a militares ya detenidos. Este aviso salió de la nada, pues durante meses la PGR no se había movido, y nuestros subagentes comentan que podría tratarse de un ajuste de cuentas de parte del Gobierno Federal con autoridades de Coahuila. ¿Será?
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Se comentaba aquí la semana pasada que algunos flamantes senadores de Coahuila y Durango ya habían empezado a arrastrar el lápiz legislativo, aunque fuera con llamadas a misa (perdón, “puntos de acuerdo”), pero cuando nuestros subagentes voltearon a ver a la Cámara de Diputados resulta que ahí no se nota el mismo ímpetu. El único que ha asomado la cabeza es el curuleco y todavía primer compadre Guillermo Anaya, que salió con una iniciativa para limitar la contratación de deuda en estados y municipios, una reforma legal necesaria, sin duda, pero que para efectos locales era más necesaria cuando don Memo cobraba en el Senado y no le movió por aquellos lares. Los demás laguneros, como los priistas Salomón Juan Marcos y Alma Marina Vitela, o el panista Marcelo Torres, aún no han sacado papel y pluma para escribir aunque sea un exhorto, quizá porque están atareados en el juego de las sillas para las comisiones o, en el caso de don Marcelo, porque andaba “rasurando” la reforma laboral para que quedara acorde a los intereses del PRI y los sindicatos. De los demás curulecos de Coahuila y Durango tampoco se ha visto nada. Al parecer todos están ocupados buscando espacios en comisiones como Presupuesto o Desarrollo Metropolitano, donde se pueden lucir con el reparto de billetes.
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Mientras se entretiene en la comisión para “evaluar y mejorar” al PAN, el exalcalde Jorge Zermeño ya acomoda sus fichas para buscar de nuevo la presidencia municipal. Nuestros subagentes comentan que don Jorge ha anunciado en varias conversaciones su intención de buscar la candidatura blanquiazul y que anda muy entusiasmado. El exembajador en España estaría confiado en que su ausencia de cuatro años de las lides políticas locales no afectó la imagen que tiene en la ciudad y que su reconocimiento de nombre podría darle una ventaja. Eso todavía está por verse, pero primero deberá sortear el obstáculo mayor que está dentro del mismo PAN, donde el grupo que comanda Guillermo Anaya quiere mover las piezas ya sea a favor de don Memo o del delegado de Comunicaciones y Transportes, Jesús de León, que buscaría sacarse la espina de la elección pasada. Como don Memo y don Jorge ya rompieron lanzas y están en plan de confrontación, la mejor opción para este último sería una designación directa desde el Comité Nacional del PAN. Para ello, el resultado de la reforma interna que inició el partido tendría que relegar al grupo del futuro expresidente Felipe Calderón y sobrevivir la carnicería interna que seguramente vendrá.
