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Verdades y Rumores

EL AGENTE 007

Dos apuntes interesantes dejó el primer informe de gobierno de Barack Obama… perdón, de Rubén Moreira, pero es que con el cerco de seguridad nuestros subagentes pensaron que querían protegerse hasta de Al Qaeda. Dos apuntes, pues, resaltaron del mensaje que el gober Moreira dio el jueves en el Teatro Nazas. El primero fue el distanciamiento más claro que ha tenido de su fraterno antecesor Humberto Moreira. Al señalar que recibió un desorden en las finanzas, programas sociales insostenibles y nadie a cargo de la seguridad, don Rubén reconoció que heredó un desastre a cuya compostura tuvo que dedicar su primer año. El gober reportó superada la "emergencia", una interesante elección de palabras porque anuló de un plumazo su lema de campaña "Más Mejor", pues nadie prometería mayor y mejorada emergencia como eje de gobierno.

Con este mensaje, don Rubén cubre el expediente de distanciarse de un gobierno al que en un momento quería dar continuidad y ahora podrá enfocarse en construir su propio legado. El distanciamiento se notó hasta en el estilo, pues la sobriedad de la ceremonia contrastó con los despliegues que acostumbraba el exgober Moreira y como está difícil meter acarreados al Teatro Nazas el tono cambió de manera radical. Llamó la atención la ausencia de don Humberto entre los exgobernadores asistentes, Francisco Madero, Eliseo Mendoza Berrueto, Rogelio Montemayor, Enrique Martínez y hasta Jorge Torres, a quien ahora le quieren endosar parte del paquete de la deuda. Sin embargo también fue notorio que, ya encarrerado, el gober no haya sido más específico al detallar los escándalos en materia financiera y de seguridad que recibió, pues si algo faltó en su análisis de la herencia que recibió fueron los actos de corrupción de los que están acusados actores del pasado gobierno. Ojalá y esa parte, que se fue sin mencionar, sea atendida con acciones de castigo en contra de los responsables para que no nada más se quede en el discurso.

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El segundo apunte interesante del informe fue el "destape" del secretario de Desarrollo Social, Miguel Ángel Riquelme, como candidato del PRI a la alcaldía de Torreón. Leyendo los peculiares códigos de la política priista, nuestros subagentes concluyeron que si don Miguel fue el único secretario del gabinete que mereció dos menciones en el discurso del gober Moreira y fue el que mayor ovación se llevó, la intención era pavimentarle el camino a su postulación el próximo año. Esto resulta interesante porque hasta hace unas semanas el futuro de don Miguel parecía amarrado a la Secretaría de Desarrollo Social, desde donde manejaría la operación electorera en la renovación de las alcaldías. Sin embargo, parece que don Miguel iba a tener dificultades para sacar adelante su principal encomienda, que es desmantelar las redes clientelares que todavía responden al exgober Humberto Moreira, y habría empezado a considerar la posibilidad de regresar a Torreón. Ahora, el apapacho que recibió del gober al ser señalado como actor principal en las políticas sociales en su actual cargo, y de seguridad cuando era secretario de Gobierno equivalen a una "presentación en sociedad". Los subagentes notaron al funcionario un tanto sonrojado por tantas flores, pero dispuesto a recibir los abrazos que le prodigó la "clase política" congregada en el Teatro Nazas. Pero como suele suceder en política, a ver si del plato a la boca no se le cae el hueso.

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Y en la calentura por la grilla de la Presidencia Municipal continúan las especulaciones sobre la salida del alcalde Eduardo Olmos a inicios del próximo año. Nuestros subagentes comentan que estos rumores tienen que ver con la incertidumbre por la designación de delegados federales y se dice que don Lalo pudiera caer en uno de esos cómodos colchones burocráticos. La delegación más codiciada será la de Desarrollo Social, que también quisiera agarrar el alcalde de la Urbe de Adobe, Jericó Abramo, pero como trae el impulso del exgober Humberto Moreira quién sabe si se le haga. De ahí que el nombre de don Lalo haya sido soltado como una forma de contrarrestar los impulsos del hiperactivo saltillero. Lo cierto es que nada está definido pues el ya presidente Enrique Peña Nieto no ha dicho quién estará a cargo de designar delegados, pues puede reclamar esa facultad, delegarla a sus secretarios o pasarla a los gobernadores, algunos de los cuales ya se frotan las manos ante lo que ven como una ampliación de la nómina para repartir huesos. Como quiera, el misterio quedará resuelto en las próximas semanas.

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Por cierto, el anuncio del gabinete de Enrique Peña Nieto trajo una sorpresa interesante para Coahuila con el nombramiento del exgober Enrique Martínez como secretario de Agricultura. Don Enrique ya le había anticipado a algunos cercanos que podría sacar un hueso en el próximo gobierno, pero a otros los mandaba con la finta de que ya quería alejarse de la política activa. Su cercanía con su tocayo presidencial cuando éste era gober del Edomex y el coahuilense era delegado del PRI en esa entidad le rindió buenos frutos no sólo para su bienestar personal en la sagrada nómina sino también para establecer un nuevo centro de poder en el Estado. Con la cartera de Agricultura, don Enrique tendrá un papel clave en uno de los principales motores económicos de la entidad, particularmente de La Laguna. Habrá que ver cómo se tomó el gober Rubén Moreira la noticia, pues aunque la lleva bien con su antecesor, éste todavía tiene algunas facturas pendientes con el moreirismo. En cuanto al actual gobernador, se espera que su esposa Alma Carolina Viggiano agarre chamba ya sea en Gobernación o Desarrollo Social, en alguna área de enlace con organismos de la sociedad civil. Del otro lado del Nazas, resultó notable la ausencia de duranguenses en el gabinete peñista, aunque eso no necesariamente le cae mal al gober Jorge Herrera Caldera pues no tendrá a nadie que le haga sombra.

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Nuestros subagentes infiltrados de guaruras en el informe reportan que al jefazo de la Policía de Torreón, Adelaido Flores, se le pasó la mano con el cerco de seguridad en el Centro. Se comenta que en la víspera del informe la Policía Estatal, que coordinó el operativo, había dejado establecido que el cierre se limitaría a un perímetro de tres calles y avenidas, pero el jueves por la mañana don Adelaido mandó a sus muchachos a cerrar desde el bulevar Independencia hasta el Revolución, con el consabido caos vial de conductores que habían sido informados de otra cosa. En la Policía del Estado no se dieron cuenta del desastre que causaron sino hasta varias horas después, cuando los recordatorios maternos en las redes sociales estaban a todo vapor y ya se reportaba ausentismo escolar y laboral. El jefazo de la Policía estatal, Rubén Delgado, tuvo que ir cuadra por cuadra a levantar los cierres excesivos, pero al final su plan quedó patas para arriba y tuvo que reabrir las vialidades hasta unas horas antes del informe. Lo curioso es que si terminaron aplicando el cerco sólo durante siete horas y no pasó nada, no se explica por qué el plan original contemplaba que los cierres duraran 15 horas. Más curioso aún es que los voceros del gobierno estatal hayan presumido que ser sede del informe era una "distinción" para Torreón y luego vinieran a hacer un batidero.

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