Víctimas. Los niños son los más afectados de la guerra contra el crimen organizado, sobre todo cuando les han matado a su padre o han visto cuando llegan y lo desaparecen.
Fuertes cicatrices deja la violencia a los hijos de padres desaparecidos: según especialista son los más pacientes más difíciles al impartir terapia, pues mientras no aparezca su familiar, viven con la idea de que algún día regresará. Además tienen ya ideas delictivas, sobre todo contra policías.
Ismelda Flores Morales se ha especializado en atención a hijos víctimas de la violencia: actualmente atienden ella y un psicólogo a 30 menores. "No atendemos más porque no tenemos la infraestructura para ello", explica. Pero envían muchos casos al DIF estatal.
Las desapariciones suelen dejar un problema emocional grave en los hijos, más si éstos llegaron a ver cuando se llevaban a su padre.
"Mientras tengan la esperanza, mientras no se sepa nada, esas emociones serán un serio problema para el menor, primero porque espera que regrese y después porque no regresa", comenta.
VEN A LOS POLICÍAS COMO ENEMIGOS
El fuerte problema que existe con estos niños víctimas de la violencia es que muchos de ellos tienen ya la tendencia delictiva después de lo que vivieron, incluso, muchos ven a los policías como sus enemigos porque muy frencuentemente quienes se llevaron a su padre estaban vestidos como ellos, de acuerdo a los testimonios.
Es muy diferente cuando se trata de un hijo que vio como mataban a su padre o que supo que su padre fue asesinado, porque ahí si existe un duelo que pasa y con terapia en cuestión de meses se logra pasar el trago amargo.
Incluso, los hijos de los desaparecidos suelen ser hijos ausentes, son hijos inquietos y con sentimientos encontrados, "no consiguen entender por lo que están pasando", comenta la especialista.
El 40 por ciento de los menores que reciben terapia o que la comenzaron hace un año, se han rehabilitado. Otros aún no, sobre todo los de hijos de padres desaparecidos. "Con ellos el proceso es mucho más largo", agrega.
Incluso, dice que algunos niños han logrado una rehabilitación exitosa, pero apareció el cuerpo de su padre y se remueve lo que había desaparecido en el menor. "Es empezar otra vez", concluyó.
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Jose antonio rodriguez / El Siglo de Durango
