Qué tal amigo lector:
Por considerar de interés para los laguneros conocer parte de nuestra historia regional, sobre todo lo concerniente a nuestros antecedentes agrarios y a propósito que hoy 2 de septiembre inicia la Ruta de Juárez comenzada el 2 de septiembre de 2002 por el cronista de Gómez Palacio, Durango, don Pablo Amaya.
A continuación conoceremos algunos antecedentes del reparto agrario en la Comarca Lagunera, cuya contribución es de la Reforma Agraria delegación Comarca Lagunera, información tomada textualmente de la revista Nueva Presencia abril de 1986 y editada por el Banco de Crédito Rural del Centro-Norte S.C.N.
En el libro de la historia de la lucha agraria en México, los laguneros han escrito páginas brillantes para conseguir el anhelo de los campesinos que es la posesión de la tierra y posteriormente la producción, que viene a satisfacer las necesidades de sus familias y de la comunidad.
El profesor José Santos Valdés, historiador de esta región, menciona en su libro "Matamoros, ciudad lagunera", la primera solicitud de tierras hecha por un grupo de peones agrícolas en el año de 1836, cuando un grupo de vecinos solicitó por su carácter de baldíos, los terrenos que abarcaban desde la Boca de Calabaza para el Este, hasta las tierras hoy Matamoros.
En ese tiempo Leonardo de Zuloaga era dueño del latifundio que en un tiempo perteneció al Marqués de Aguayo y que había comprado a los sucesores de José Ma. Herrera la hacienda de Santana de los Hornos, explotación agrícola que habían fundado los jesuitas de Parras, Coahuila. Esta hacienda quedaba a unos kilómetros de la actual Villa de Viesca en lo que actualmente es el poblado del ejido "Venustiano Carranza".
También don Leonardo de Zuloaga, junto con don Juan Ignacio Jiménez, adquirió de los descendientes del marquesado de Aguayo la hacienda de San Lorenzo de La Laguna cuyo caserío está al pie de la sierrita de ese nombre en el municipio de San Pedro, Coahuila.
La historia registra desavenencias entre los dos socios de este latifundio y don Leonardo se queda con todas la tierras al sur del Nazas, que políticamente eran territorio coahuilense y don Juan Ignacio conserva las tierras del norte del río que formaban parte de Durango en el municipio de Gómez Palacio, Tlahualilo y Mapimí.
Como consecuencia de esos arreglos, los terrenos que dan de la Boca de Calabazas y de Hornos a San Lorenzo de La Laguna, don Leonardo los consideraba de su propiedad, comprada el 24 de abril de 1848 en compañía del señor Jiménez como antes expreso.
Por consecuencia, los vecinos del viejo rancho de San Juan Nepomuceno de la Carrera, un poco hacia el oeste de la ahora ciudad de Matamoros, estaban asentados ahí desde los años de 1830-1839 y aunque en 1842 los indios "Bárbaros del Norte", como entonces les llamaban, habían asaltado el poblado, dado muerte a parte de los vecinos y destruido todo el caserío, éstos abandonaron la región y decidieron fundar un nuevo centro de población en las riberas de la llamada "Vega de Marrufo" centro de población al que pusieron el nombre de Matamoros.
Procedieron así porque tenían más de 10 años en posesión pacífica de la tierra y según otra versión, esa extensión la habían solicitado como baldía más de 20 vecinos. Estos solicitantes consideraban que se hallaban fuera del latifundio del Marqués de Aguayo que equivalía a unos once sitios de ganado mayor.
Don Leonardo de Zuloaga por ningún motivo quiso reconocer el derecho que los matamorenses tenían sobre la tierra. Para él ese grupo de campesinos asentados en las tierras inmediatas a la Vega de Marrufo eran unos invasores y algo más, ladrones. El señor Zuloaga cuantas veces quiso entrar en arreglo con ellos sobre la base de que primero lo reconocieran como el dueño del lugar, igual número de veces los colonos se negaron a considerarlo propietario de las tierras que ocupaban, las que en las avenidas del Nazas se regaban con sus aguas y derivaban por la ya desaparecida "Vega del Caracol".
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