Según concluyó un estudio, el maltrato infantil está vinculado con resultados negativos en la infancia tardía y en la vida adulta temprana. INGIMAGE
El maltrato infantil está vinculado con resultados negativos en la infancia tardía y la vida adulta temprana, concluyó un estudio que difunde esta semana la Academia Estadunidense de Pediatría.
La investigación “Niños y adultos: resultados del maltrato infantil”, coordinado por Melissa Jonson-Reid, de la Escuela de Trabajo Social George Warren Brown, de la Universidad Washington, en San Louis, Missouri, confirmó el vínculo de algunos problemas de salud mental, delincuencia violenta y abuso de drogas con una niñez de maltratos.
En el análisis participaron cinco mil 994 niños de bajos recursos de San Louis, Missouri, entre ellos tres mil 521 con reportes de maltrato infantil, con edades de 1.5 a 11 años en el momento del muestreo, que fueron seguidos durante el periodo 1993 al 2009.
Los datos incluyeron registros administrativos y tratamientos que indicaron abuso de sustancias, atención de salud mental, lesión cerebral, enfermedad de transmisión sexual, intentos de suicidio y delincuencia violenta antes de los 18 años, así como tratamiento de salud mental o abuso de sustancias entre jóvenes adultos.
Se trató de un análisis multivariado controlado por factores potenciales de confusión, que predijo resultados negativos en forma lineal de una niñez de maltrato. Los intentos de suicidio antes de los 18 años mostraron el mayor aumento proporcional con el maltrato repetido.
Una vez que los controles de otros resultados adversos del niño se añadieron en los modelos multivariados de consumación de maltrato infantil y problemas de salud mental, la relación dosis-respuesta se redujo y desapareció el vínculo establecido entre el abuso de sustancias para adultos y el historial de maltrato.
Los investigadores aseguran que la medición en el tiempo del maltrato infantil, a través de informes oficiales, es un indicador sólido de los futuros resultados negativos en serie sistemática durante el desarrollo del niño, pero esta relación puede desistir en la vida adulta, desplazados por otros factores adversos.
Aunque la prevención primaria y secundaria siguen siendo importantes enfoques, este estudio sugiere que una prevención terciaria mejorada puede ofrecer altos beneficios a través de una amplia gama de dominios médicos y de comportamiento.