Violencia eleva la atención psicológica

Al menos 100 madres de familia con hijos desaparecidos reciben atención especializada en el Centro Integral de la Salud Mental (Cisame) de Torreón, pero la violencia también ha provocado que los niños requieran de tratamientos psicológicos, psiquiátricos y farmacológicos.

Osiris Pazarán Galicia, directora del Cisame, comenta que las personas víctimas de la violencia presentan estrés postraumático, ansiedad y angustia, padecimientos que de no recibir atención especializada pueden terminar en una psicosis.

"Tal vez una persona puede ver muerto a su vecino y no le importa por su tipo de personalidad, pero otra puede ver morir a un desconocido y presentar estrés postraumático o ansiedad o angustia, incluso, un brote psicótico, las repuestas son diferentes".

El estrés postraumático es una enfermedad que se puede presentar después de presenciar un hecho violento, "la persona no puede dormir y recrea una y otra vez la misma imagen como si siguiera viviendo la situación, y esto genera más y más angustia".

Al mes, en el Cisame se atienden 500 pacientes, y alrededor de 100 corresponden a madres con hijos desaparecidos, "nunca más vuelven a saber de ellos, y lamentablemente en esos casos todo mundo especula que si andaba en malos pasos o era consumidor, pero las señoras no lo asumen".

Las historias de víctimas de la violencia van desde una mujer policía que le pide a su hija no salir de casa y horas después al atender un reporte de balacera le dicen que hay una niña herida y al llegar se da cuenta que es ella, hasta el caso de menores de edad en estado psicótico porque presenciaron la muerte de una persona.

"Tengo un niño en estado psicótico porque asesinaron a un albañil que trabajaba en su casa, le tocó presenciar varias balaceras y además era acosado por los grupos delictivos para que trabajara como halcón, y por eso vive en un estrés constante hasta que comenzó a escuchar voces, dejó de ir a la escuela y no salía de su cama, y no tiene ni diez años de edad".

Entre los pacientes del Cisame, hay al menos unos 100 niños que reciben atención especializada, debido a que fueron víctimas de hechos violentos o los presenciaron.

"Tenemos casos de niñas que han sido secuestradas y abusadas sexualmente, con síntomas de sicosis, que es una pérdida del contacto con la realidad y construye ideas ilógicas, y comienza a sentir, ver y escuchar cosas que no existen".

De continuar esta situación se puede presentar el rompimiento de la estructura familiar, porque los hijos, de un día para otro no saben más de sus padres o viceversa, sin tener la certeza si están vivos o muertos y esto dificulta el proceso del duelo.

"Tenía el caso de una señora que iba todos los días al Semefo para ver si uno de los cadáveres era el de su hijo, y jamás lo encontró. Siempre tienen la esperanza de que aparecerán porque no ven nunca el cuerpo de sus seres queridos y no pueden elaborar un duelo normal".

La doctora dijo que si la violencia continúa, el número de víctimas aumentarán a la par de los casos de estrés postraumático, ansiedad, depresión y psicosis. "Estamos caminando entre cadáveres y muchas personas siguen como si nada, pero hay otras que presentan trastornos emocionales".