Más de medio centenar de personas murieron hoy en Siria en distintos actos de violencia, alrededor de la mitad de ellas en los alrededores de la capital, informaron grupos opositores y de derechos humanos.
Los activistas Comités de Coordinación Local señalaron en un comunicado que al menos 56 personas perdieron la vida en el país, 20 de ellas en varias zonas ubicadas a las afueras de la capital.
El Observatorio sirio de Derechos Humanos elevó a 59 el número de fallecidos y confirmó que los bombardeos del Ejército causaron la muerte de catorce personas en la localidad de Hameh, en las inmediaciones de Damasco.
En una zona cercana, en Qadsaya, once personas fallecieron en combates entre las fuerzas sirias y los rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS), agregó el Observatorio.
Dichos enfrentamientos se desataron en lugares próximos a uno de los palacios presidenciales, situado en la carretera que une los suburbios de Qadsaya y Al Hama, al oeste de Damasco, con la plaza de los Omeyas, en pleno centro de la capital.
Además, al menos seis personas murieron en la ciudad de Homs (centro) y otras seis en la de Deir al Zur (este), que volvieron a ser escenarios de bombardeos de las fuerzas del régimen sirio.
Al menos doscientos soldados de las Fuerzas Armadas sirias desertaron hoy en la provincia de Idleb, cerca de la frontera con Turquía, informó el consejero de comunicación del ELS, Fahd al Masri.
La agencia de noticias oficial siria Sana indicó, por su parte, que decenas de "terroristas" murieron hoy en enfrentamientos entre las autoridades y "grupos armados" en Al Hama.
Estas informaciones no han podido ser verificadas de forma independiente debido a las restricciones impuestas por el régimen de Bachar al Asad a los periodistas para trabajar.
Mientras, la ONU ha decidido mantener la suspensión de las operaciones de los observadores en Siria ante la continuación de la violencia en el país árabe, dijo hoy al Consejo de Seguridad el subsecretario general para Operaciones de Paz de Naciones Unidas, Hervé Ladsous.
El jefe de los "cascos azules" aseguró que las condiciones sobre el terreno son todavía "demasiado peligrosas" para los militares desarmados que integran la misión de la ONU.
Después de dieciséis meses de conflicto, se calcula que han muerto en Siria más de 15,000 personas, unas 230,000 se han desplazado de forma interna y más de 60,000 han buscado refugio en países limítrofes, según datos de Naciones Unidas.
