Observación. Fotografía de la agencia de noticias SANA, que muestra a varios observadores de la ONU mientras inspeccionan una central eléctrica de la zona de al-Oaboun en Damasco, Siria.
Las fuerzas del gobierno sirio cañonearon la ciudad sureña de Daraa, donde causaron la muerte de al menos 17 personas, dijeron activistas, mientras que en Damasco, residentes describieron una noche de disparos y explosiones como la peor vivida en la capital desde el inicio de la rebelión contra el régimen del presidente Bashar Assad hace 15 meses.
Las casi 12 horas de lucha en Damasco muestran la audacia a la que han pasado los rebeldes armados, que no habían emprendido acciones notables en la capital. El régimen, por su parte, también mostró su disposición a intensificar el uso de la fuerza contra vecindarios rebeldes de la misma manera como lo ha hecho para aplastar a la oposición en otras partes. Por primera vez en la sublevación, los tanques del régimen abrieron fuego en las calles de la capital y los obuses caían en edificios de condominios, dijeron los testigos.
La intensificación más reciente de las acciones de violencia en diversas partes de Siria asestan un nuevo revés al plan de paz del enviado internacional Kofi Anan para poner fin al derramamiento de sangre en el país. Annan medió un alto el fuego que entró en vigencia el 12 de abril, pero es violado casi a diario sin que haya entrado en marcha a cabalidad.
El sábado, observadores de las Naciones Unidas que supervisan la cesación del fuego difundieron las primeras imágenes de un video independiente tomadas del lugar donde ocurrió la semana pasada una masacre en la aldea agropecuaria remota de Mazraat al-Qubair.
Los activistas dijeron que 78 personas, entre estas mujeres y niños, fueron asesinadas el miércoles anterior a tiros, otras con cuchillos y mutiladas, y otras más quemadas en Mazraat al-Qubair.
El video, tomado durante la visita de observadores un día antes, contenía imágenes de paredes salpicadas con sangre y que presentaban impactos de disparos, así como de un colchón ensangrentado. Un obús perforó la pared de una vivienda.
