Virtuosa diseñadora
Hacerse su nombre en la escena pública no fue sencillo. Aunque su despertar en el diseño comenzó temprano -a los 12 años- cuando, reseñan portales de moda, hizo para sí misma una chaqueta, Stella McCartney debió sortear un gran escollo para ser respetada: Trascender el apellido de su padre, el ex Beatle Paul McCartney.
Su primer trabajo sometido al escrutinio de los especialistas ocurrió de la mano de Chloé. Tras su incorporación a esa casa, se generó un debate. Karl Lagerfeld tuvo unas primeras palabras para la diseñadora debutante: "Esperemos que sea tan virtuosa como su padre".
El irónico maestro de la moda, resaltaba, con un dejo de asombro, el origen musical del cual provenía la nueva creativa de Chloé. Criticaba que lo correcto habría sido sacar un nombre con arraigo en la moda.
Pero, Stella McCartney era, en efecto, un nombre surgido, diseñado, moldeado, concebido en la moda. De ésta provenía. Su hoja de vida registra su formación en la Facultad de Diseño y Comunicación de Ravensbourne, el más prestigioso de Inglaterra.
Prestigiada revista reseñó que con aquella propuesta presentada, la joven había disipado las dudas de su vocación y de su talento. Años después, la misma Stella McCartney, nacida en Londres el 13 de septiembre de 1971, manifestaría, sin aludir a Lagerfeld, que ella habría sido una diseñadora famosa aún sin ser la hija de Paul McCartney.
La moda verde
Stella es fiel a una moda joven, apegada a líneas deportivas, a tendencias urbanas. Además, las famosas se han puesto de su lado. Y esto fue así desde el principio. Cuando se inició, fueron sus amigas las supermodelos Naomi Campbell y Kate Moss quienes desfilaron sus trajes inéditos. Hoy lo hacen desde Madonna y Gwyneth Paltrow, quienes de paso estuvieron en su cortejo matrimonial.
Pero hay otro punto que la distingue. Stella McCartney asumió una moda desprendida del uso de cuero y pieles de animales. Emplea algodón biológico y poliéster reciclado, y para la confección de los zapatos se vale, entre otros materiales, de la suela de pulpa de madera.
Se le reconoce como una seguidora activa de PETA (Personas por el trato ético de los animales). En el medio la clasifican entre los diseñadores éticos.
"En mi familia siempre hemos sido vegetarianos, vivíamos en una granja en la que aprendí a respetar la naturaleza. El pensamiento ético, por lo tanto, fue algo con lo que crecí y aplicarlo en mi trabajo, en todos mis diseños, fue sólo una consecuencia natural".
Al cobijo del grupo Gucci, Stella logró posicionar su marca, que lleva su apellido. Y con Tom Ford, el creativo de ese emporio, trazó las líneas de su vestido matrimonial, recordando el utilizado por su madre Linda Eastman, en 1969.
Su unión, bendecida por el rito católico en Escocia durante 2003, coronó su sueño de familia. Junto con un editor británico, de nombre Alasdhair Willis, ha procreado tres hijos, Miller, Bailey y Beckett.
Fuera de su lado personal, crear el vestuario del tour Re-Invention, de Madonna, y trabajar por años con Adidas han consolidado el puesto en la moda de Stella McCartney. Su nombre suena, mezclado entre telas, en una modernidad que se reconoce con identidad propia.
Como una diseñadora ética, por su respeto a la naturaleza, se ha ganado un lugar en la moda.