El obispo Felipe Arizmendi Esquivel señaló que la visita del Papa Benedicto XVI plantea al episcopado mexicano retos que implican un mayor compromiso en su trabajo evangelizador, para formar una sociedad justa.
Ponderó la actitud de los fieles que no se dejan impresionar por quienes hacen de su profesión sistemática descalificar al Papa y a la jerarquía católica, pues “les mueve salir a las calles, gritar, aplaudir, peregrinar, esperar, sacrificarse, orar y confiar en la Iglesia”.
Vía electrónica, el prelado recordó que el Papa “viene a compartir las alegrías y esperanzas de este gran país, también ante las dificultades que vive, y eso nos reta a los pastores a compartir de cerca la vida del pueblo, animarle, escucharle, acompañarle, para que su fe se exprese en un compromiso por el bien social”.
Agregó que Benedicto XVI se refirió al “grave problema del narcotráfico y de la violencia”; al respecto, planteó que “es un reto no sólo para los obispos, sino para todos cuantos somos esta Iglesia: padres de familia, educadores, comunicadores, políticos, líderes y muchos de los mismos narcotraficantes y violentos”.
Algo que llamó la atención de los obispos, continuó, es una muy preocupante afirmación del Vicario de Cristo acerca de que “tal vez hay en muchos católicos una cierta esquizofrenia entre la moral individual y la moral pública”.
“Personalmente en la esfera individual, son creyentes, católicos, pero en la vida pública siguen otros caminos que no responden a los grandes valores del Evangelio que son necesarios para establecer una sociedad justa”, abundó al referir las palabras del Papa.
