Lo que más disfruto de un partido de futbol es la victoria. Escogemos un equipo porque nos gusta ganar. Una vez con los colores puestos, ya no hay regreso. No importa cuánto tiempo tenga que pasar para sonreír de nuevo, la esperanza se mantiene. Tigres esperó casi 30 años para volver a ser campeón; Atlas, más de 50 para saber lo que es tener algo que celebrar; lejos de un título que seguramente no volverán a ver, los Rojinegros festejaron su permanencia.
En Inglaterra, el modesto y sotanero Wolverhampton (con más de un siglo de vida) celebra como una final vencer al líder de la Liga Premier, Manchester United, mientras en España, el impronunciable Alcorcón (de Tercera) elimina con goleada de 4-0 al poderoso Real Madrid en la Copa del Rey. Esas historias, en distintos escenarios y momentos, sólo tienen algo en común: el incomparable sabor de la victoria.
Desde la temporada 2007-2008, Real Madrid no vencía al Barcelona en el Camp Nou. José Mourinho, técnico merengue, no había vencido a los azulgranas en 10 intentos en ese campo. Eso quedó atrás. Madrid llegó como víctima a la casa del vigente campeón de España y del mundo. Tras haber tenido una ventaja de 10 puntos en la liga, parecía que después del sábado la distancia se reduciría a uno y el mejor equipo del planeta recuperaría su Liga. Pero Madrid salió inspirado y ya sólo una tragedia le quitaría el título.
De este lado, los Guerreros asoman la cabeza. Ni están muertos ni andaban de parranda. Tras una mala noche que hizo perder el estilo a más de uno, Santos se levanta en casa, donde alguna vez fueron invencibles, para vencer al campeón, tomar la cima y de paso mandarle un mensaje a su siguiente rival: las hazañas son posibles.
Lo que más me gusta del futbol es ver el desenlace de una buena historia. Ver los rostros de la victoria inesperada, desde los héroes desconocidos de Tercera División hasta el de las máximas figuras, como Cristiano Ronaldo.
Ahora, Santos sabe que las historias de triunfo se escriben en 90 minutos, justo el tiempo que le queda a su primera final internacional.
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