En el nombre lleva su destino. El lagunero Oribe Peralta (cuyo nombre significa "artífice que trabaja en oro", según la Real Academia Española) condujo a la Selección Mexicana a donde nunca antes había llegado. Hoy los jóvenes ponen el ejemplo. Corona, Mier, Reyes, Enríquez, Herrera, Salcido, Fabián, son hombres que reescriben la historia en el deporte de un país acostumbrado a perder (de ahí que el "sí se puede" sea el grito de batalla en busca de las grandes hazañas). Pero la sangre revolucionada no cree en maldiciones; tiene hambre de triunfo.
La juventud ya no quiere derrotas predecibles. El día en que miles celebran la gloria olímpica, otros tantos siguen en su lucha para no aceptar "gobiernos impuestos". En Londres, es el oro. En México, son marchas contra la "imposición". El país despierta a una nueva realidad. Está cansado de segundos lugares, de la impunidad, del "ya merito", de la injusticia, del "jugamos como nunca y perdimos como siempre", de la inseguridad.
Hoy, Oribe está de moda. Lo quieren para presidente porque, a diferencia de los políticos, Peralta sí cumple. Prometió medalla y trabajó para traerse el oro. El de La Partida juega futbol, hizo lo suyo. Y los demás mexicanos, ¿a qué jugamos? ¿Vamos a esperar otros cuatro años para volver a sonreír?
Es paradójico que el futbol ponga el ejemplo. Se ganó en equipo. Si eso hicieron poco más de 20 personas, ¿qué pasaría si nos unimos los otros millones que vivimos en esta tierra?
Mesurado, el director del equipo campeón sabe que hay temas más delicados en la agenda de una nación. "Esto no va a arreglar los problemas del país, pero una alegría no le viene mal a nadie", dijo Luis Fernando Tena, técnico del Tri que ganó el oro en los Juegos Olímpicos.
Este triunfo habrá que digerirlo. Dimensionarlo. Valorarlo. Disfrutarlo. Gozarlo. Compartirlo. Presumirlo. Habrá que direccionarlo. Apuntar siempre a lo más alto a partir de ahora. Que los triunfos se vean en la vida diaria y no sólo por televisión.
Habrá que preguntarle a Oribe cómo le hizo para ser campeón. Y él tendría que quedarse en Europa.
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