Lo que pasó ayer en la NFL es difícil de explicar. Titanes, Jefes, Jaguares, Cardenales y Vikingos le dieron "en la torre" a la quiniela (al menos a la mía), y a la forma en que Delfines de Miami "rechazó" en repetidas ocasiones la oportunidad de ganar a un rival de división tampoco le hallo lógica.
Tras los desastrosos resultados, dejaré el futbol americano de lado y hasta después de la semana 5, cuando las aguas retomen su cauce, volveré a tocar el tema.
La buena noticia (porque también existen las buenas noticias) es que comenzó la UEFA Champions League. El martes, Real Madrid y Manchester City (los actuales campeones de la Liga española y la Premier, respectivamente) dieron un partido de alarido. Al día siguiente, la Juventus de Italia alcanzó un empate en la casa del actual monarca continental, el Chelsea inglés.
El brasileño Oscar había adelantado a los "Blues" con sendos golazos a los minutos 31 y 33. A esas alturas del encuentro, las burlas a un servidor (hincha del equipo "bianconeri") se hacían presentes por las redes sociales. Pero con la fe inquebrantable que le tengo al campeón italiano (título conseguido sin una sola derrota en la temporada pasada) y actual líder de la Serie A, respondí a las mofas: "calma, que aún hay tiempo".
Pareciera que fue una frase de cajón, de esas que se usan para salir al paso de una situación incómoda. Pero no. Al minuto 38 apareció el chileno Vidal para acercar a la "Juve" y al 80, el insaciable goleador Fabio Quagliarella pondría el 2-2 definitivo. Y como dijo un amigo: "ni a los italianos ni a los alemanes hay que darlos por muertos".
La constelación de estrellas que figuran en la jornadas de Champions es impresionante. A la misma hora de la hombrada en Londres, Bayern Munich vencía al Valencia, Barcelona al Spartak de Moscú y Manchester United al Galatasaray de Turquía. Lo lamentable vendría después.
Tras disfrutar del mejor futbol del mundo a media semana, las tardes se tiñeron de mediocridad para dar paso a la Copa "MuyX". Al Real Madrid-City le siguió el Neza-Altamira. Y así, avanzaba el reloj y seguían partidos irrelevantes de un torneo mugroso en donde no juegan los mejores equipos de los últimos torneos (Santos, Monterrey y Tigres) y ni así, los "grandes" (América, Cruz Azul y Pumas) aprovechan para ganar algo y sólo arrastran su ya cuestionada grandeza.
Que alguien ponga orden en la NFL y por piedad, eliminen esa aberración de Copa en México.
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