En enero de 1997, Rayados vino al viejo Corona y venció 2-1 a los Guerreros. En ese entonces, Luis Miguel Salvador (hoy directivo de los regios) jugaba con Monterrey. Era un día fresco y los visitantes vestían unas mallas (o algo parecido) debajo del short. Parecían bailarinas de ballet y la "carrilla" desde la tribuna hizo su singular aparición. Y no, amigo, no está usted leyendo Recuerdos del Ayer (de nuestro estimado compañero el Profesor Rosas).
El viejo Corona, primer estadio de Primera División que conocí, no se llenó en esa ocasión; lejos estaba ese partido de ser considerado un "clásico". Hoy, más de quince años después, las cosas han cambiado.
Desde la semifinal del Clausura 2008, cuando Santos echó a Monterrey con un 3-3 global para luego coronarse ante Cruz Azul, comenzaba a forjarse una gesta entre dos grandes de nuestro futbol (grandes en tiempo presente).
Luego vinieron dos títulos de Rayados a costillas de los Guerreros (Apertura 2010 y Concachampions 2012) y un mes después, se logró la venganza lagunera con la consecución del Clausura 2012.
El sábado volvieron a enfrentarse. El campeón defensor vestía su albiverde tradicional, ante el característico albiazul de los regios.
Previo al partido, pude sentir reservas y hasta resignación anticipada de varios aficionados laguneros (y jugadores) que no veían cómo su equipo pudiera volver a casa con un triunfo que los reanimara en la tabla. Y tenían razón. Rayados se impuso con claridad (pese a lo apretado del marcador) ante un equipo que se desdibuja y que cada vez da menos argumentos para defenderlo.
En los últimos minutos, Santos le puso drama. Con cuatro minutos en la compensación y un Hérculez revolucionado, se podía pensar en una de esas heroicas proezas de los laguneros, pero la realidad es que no siempre se pueden dejar las cosas para al último;
Hoy, Santos está fuera de la zona de liguilla, con 6 puntos por disputarse, pero ya no depende de sí; el juego ante Rayados era clave. Y es que parece que algunos santistas adelantaron sus vacaciones.
Porque se puede faltar a la liguilla, pero no se le puede fallar al futbol, ni mucho menos a la afición. Síganme los buenos: @Foko_54.
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