Nos mintieron. Prometieron una nueva liga, hasta un nombre "moderno" le pusieron (Liga MX). Nos dijeron que habría más espectáculo, goles, competencia, estadios llenos, rating televisivo, pero nos tomaron el pelo.
Cambiaron unos cuantos criterios, se sacaron de la manga un absurdo formato de torneo de Copa, se inventaron un logo y promovieron el juego limpio, pero nos dieron más de lo mismo.
Los directivos de la Federación Mexicana de Futbol nos mintieron. La Liga MX es lo mismo de antes, una promotora de la especulación y mediocridad; el futbol es lo de menos y el negocio, lo de más.
Hoy, las Chivas, tan criticadas durante 17 jornadas, están en la pelea por el título del futbol mexicano, mientras el campeón brilla por su ausencia.
Santos Laguna, que de guerreros tuvieron poco, merece estar fuera. Pero también el Rebaño Sagrado y Monterrey, equipos que entraron a la rifa sin siquiera comprar boleto.
El engaño de la liga está claro; al igual que en los torneos anteriores, sólo tres o cuatro equipos mostraron regularidad a la alza durante todo el campeonato.
El descaro vino a media semana, cuando el presidente de la Federación, Justino Compeán, dijo en entrevista que si el futbol mexicano funcionaba así, "¿para qué moverle?". Es decir, aceptó que cambiar de nombre a la liga y "separarla" de la FMF fue nomás de dientes para afuera y las entrañas son las mismas.
Por su parte, el técnico de Santos, Benjamín Galindo, reparte responsabilidades tras la derrota en Morelia. Explica que los jugadores de experiencia no dieron lo que de ellos se esperaba.
Comenta que Édgar Lugo nunca se acomodó a su nuevo equipo. Les da las gracias a sus más cercanos colaboradores, Héctor Adomaitis y Héctor López, justo el día en que termina el torneo regular.
Pero asegura que no se moverá de donde está, un campeón que entregó su corona a las primeras de cambio en una liga tan "X" como su nombre lo dice.
Ahora se abre la época de rumores, de especulación fuera de la cancha para los que ya no están. Mientras tanto, "El Ruso" espera su oportunidad para dirigir ahora como "entrenador en jefe", y no veo lejano el día que lo haga en el Santos.
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