A quién no le gusta colgarse una medallita por un triunfo, aunque sea ajeno. Así cuando dos chicas mexicanas ganan el oro y la plata en los Olímpicos, todo el país se siente ganador. Sin embargo, los errores y los derrotas son terreno de la culpa personal. A nadie le gusta reconocer sus errores y cuando algo falla, los señalamientos individuales florecen. Los triunfos parecen saborearse mejor colectivamente, las derrotas se aguantan y se tragan en lo individual.
La derrota electoral en la elección presidencial ha desatado un proceso de "encuentre a su culpable favorito" en el PAN. De forma pública, y también a modo de mensaje encriptado, la excandidata Josefina Vázquez Mota es quien ha recibido el golpeteo post electoral.
Después de haber reconocido el triunfo de Peña Nieto, Vázquez Mota sostuvo un encuentro con Calderón y la cúpula panista y se aseguró un trabajo como "coordinadora de acción política" del PAN, puesto que Madero al parecer se sacó de la manga sólo para asegurarse el apoyo de la excandidata para seguir al frente de su partido hasta marzo de 2013.
Tras la elección, Josefina anunció que formaría "un movimiento que impulse la transparencia, la educación y la reconstrucción de la paz" y que se apoyaría en el trabajo de Ola Civil, un esfuerzo de acercamiento a la sociedad civil que encabeza Rogelio Hermosillo. Con ese anuncio, la excandidata se fue a descansar casi un mes.
Aprovechando esa ausencia, Ernesto Cordero señalaba en el suplemento Enfoque que "Josefina no ganó más que el voto duro del PAN, ni un voto más ni uno menos", minimizando el hecho de que en la elección interna ella consiguió el respaldo de la mayoría de los panistas. Minimizando el trabajo de acercamiento a la sociedad civil del equipo de Josefina ya durante la elección presidencial.
El mensaje de Cordero parecía ser: la culpa es sólo de Josefina, ignorando los problemas internos que ella tuvo que enfrentar, la falta de apoyos por parte de liderazgos panistas, la intromisión de Calderón y de su equipo desde el arranque de la campaña hasta el día del cierre, cuando el presidente "invitó" a Josefina a que lo anunciara como su procurador, según me contaron varios integrantes del equipo de campaña.
Josefina y su equipo cometieron varios errores, como el hecho de no haberse querido distanciar del presidente, permitiendo que éste tomara decisiones como el nombramiento de Roberto Gil, con quien la excandidata hoy ya no habla, según dicen vari@s panistas. Josefina quiso complacer a todos los grupos en disputa en el PAN: a Madero, pero también a Calderón; a Corral y Creel, pero también a Cecilia Romero y al Yunque. Josefina prefirió la ambigüedad en lugar de las definiciones y la selección de sus propias batallas.
Al margen de los errores, Josefina, quien ya regresa a México, hoy enfrenta un nuevo reto: cómo hacerse relevante en los próximos tres años cuando una grupo importante de su partido no sólo la culpa a ella de la derrota, sino que además empezó a planear el futuro del partido sin ella.
Sin Josefina, o al margen de ella, los expresidentes del PAN circulan una carta en la que hablan de "refundación" y se aprestan para el 11 de agosto, cuando el Consejo Nacional está llamado a una sesión, de la que sólo parece que se ratificará a Madero como presidente hasta 2013 y se anunciarán las coordinaciones de los grupos parlamentarios en el Congreso. No habrá asamblea en noviembre, como quiere Calderón.
Vázquez Mota ganó la candidatura presidencial de su partido sin el apoyo de la cúpula. De los 381 consejeros del PAN, los más de 160 controlados por Calderón hubieran preferido a Cordero. Por ello, la única fortaleza de Josefina hoy parece ser el que ella le habla a la militancia del PAN mucho mejor que otras figuras que también definirán el futuro de su partido, como Javier Corral o Santiago Creel.
Si Josefina lidera un movimiento que junte el apoyo de los sectores más liberales del PAN y si suma las agendas de personajes como Corral y Creel, este partido podría crear un grupo nuevo y necesario que sepa hablarle a los jóvenes, como el mismo Madero señala en su índice de puntos de reflexión y como la misma Josefina repitió una y otra vez a lo largo de la campaña, incluso a los integrantes del #Yosoy132.
Así, la excandidata podría liderar un movimiento que escuche a quienes siguen pensando en que el PAN es un partido necesario y que necesita transformarse, abanderando la defensa de las libertades, como piensa la misma Josefina. Para ello sólo tienen que ver el desastre de las gestiones de Mariana Gómez del Campo y Obdulio Ávila en el PANDF.
El problema de Josefina es la misma Josefina y los compromisos que sigue cargando con los grupos en pugna en el PAN. ¿Querrá acaso desempacar maletas para enfrentarse con Calderón con todo y el nombramiento de su amigo y colaborador Daniel Hernández al frente del programa Oportunidades? Si no lo hace, tendrá que seguir aguantando la derrota como algo personal y esperar al 2013, a ver si puede regresar al Congreso.
Politólogo e Internacionalista
Twitter @genarolozano