Soy un votante independiente. No milito en partido político alguno, ni lo haría, aunque simpatizo con un sector de la izquierda progresista. En 1994 voté por Zedillo, del PRI; en 2000 por Fox, del PAN; en 2006, por López Obrador, del PRD. Esta es la primera vez en la que a estas alturas, aún no sé por quién votar. Cada semana me confundo más y acabo de ampliar mis opciones. Al inicio de la contienda sólo me debatía entre votar por AMLO o por Vázquez Mota, por distintas razones, pero la semana pasada decidí incluir a Peña Nieto entre mis opciones.
Tengo que explicarme. Hay muchos temas que me importan en esta elección. Las preguntas que formula un grupo de intelectuales y de personajes públicos a l@s candidatos a la presidencia me parecen fundamentales, pero ya hay gente ocupada con esos temas "que importan" y pocas preocupadas por "temas menores" como la diversidad sexual.
Me considero dentro del sector de votantes sin partido que se informa para decidir su voto. Leí y reseñé en este espacio las propuestas formuladas por los tres principales candidatos en sus libros. Encontré pocas diferencias entre las del PAN y las del PRI. Las propuestas más diferentes, aunque algunas no comparto, están en el candidato de las izquierdas.
Confieso que López Obrador fue mi primera y única opción en 2006. Su campaña en ese momento me emocionó desde el principio. La campaña negativa desatada por Fox me indignó, las acusaciones de "peligro para México" y el intento de desafuero me hicieron pensar que Fox traicionaba la alternancia. Hoy su campaña no me emociona y mucho menos porque pese a ser el candidato del partido que ha impulsado temas que me importan, como el matrimonio entre parejas del mismo sexo, AMLO tiene una postura conservadora en este tema. El encuentro de la semana pasada con la Conferencia del Episcopado me lo confirmó: AMLO sigue prometiendo mandar a consulta pública "temas polémicos" como el "matrimonio gay" y el aborto, además de que el PRD cerró candidaturas a la diversidad sexual y al legislador que impulsó el matrimonio gay.
Confieso que me identifico como feminista, que seguí el proceso interno del PAN y que me emocionó ver que Vázquez Mota ganara la elección. Confieso también que creo que medios y electores han sido mucho más duros con los errores cometidos por la candidata, tal vez por el hecho de que sea mujer. Sin embargo, Josefina me ha decepcionado también porque en un desayuno con académicos, activistas y defensores de los derechos de la diversidad sexual, ella dijo estar a favor del "matrimonio gay" y frente al Episcopado dijo lo contrario. En ese desayuno, la candidata pidió incluso un taller sobre diversidad sexual, pero a la fecha no ha ocurrido, pese a que se le enviaron recordatorios con 4 personas distintas de su campaña. Al Episcopado, Vázquez Mota ofreció una respuesta de convicción personal: "vengo de un matrimonio formado por un hombre y una mujer, por un padre y una madre y es el único que conozco y que defenderé", según reportaron varios medios.
Confieso que me decepciona la campaña de Peña Nieto. Su negativa al debate, la evidencia de que no lee, su indefinición respecto a qué es "el nuevo PRI", su espaldarazo a los abusos de Moreira, su propuesta de gobiernos de mayoría me parece una regresión, pero más allá de todo esto reconozco que la apuesta por la imagen del candidato del PRI le está funcionando. Creo que la de Peña Nieto es una campaña para el país que no hemos podido cambiar: un país poco educado, poco informado, desmemoriado, un país en el que un joven me acaba de decir que votará por Peña Nieto porque "es el más guapo". Sin embargo, el priista fue el único candidato que al Episcopado no le respondió ignorando que los derechos no deben ser sometidos a consultas ni tampoco desde una postura personal: Peña Nieto le recordó al clero que la decisión del matrimonio compete a los estados y dijo que respetaría la decisión que ellos tomen en la materia. Su respuesta fue institucional y esto me hizo incluirlo como opción de voto.
Respecto al aborto, Peña Nieto y Vázquez Mota contestaron lo mismo: estar a favor de la vida, pero en contra de que se criminalice a las mujeres. Sus partidos impulsaron las reformas en 18 estados que criminalizan a las mujeres, pero ambos ya dijeron abiertamente estar en contra de esto.
Cada semana me siento un incoherente, un elector bipolar. Gabriel Quadri es el candidato más liberal de todos, pero jamás le daría un voto al partido de Elba Esther Gordillo. Esta elección es un desastre para los derechos sexuales y reproductivos y para la diversidad sexual. Si al final de la elección voto por Peña Nieto, será más como voto de castigo a AMLO y a Vázquez Mota por sus posturas frente a la diversidad sexual que porque el priista me haya convencido por sus propuestas frente a todos los temas "que importan".
Politólogo e Internacionalista
Twitter @genarolozano