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Ya no te quiero…

Addenda

GERMáN FROTO Y MADARIAGA

Nosotros aprendimos en la escuela de Derecho, que para contraer matrimonio se requería la voluntad de dos personas, así como que, para disolverlo, era necesario que existiera una causa suficiente y probada para ello o la voluntad de ambos.

De igual forma nos enseñaron que la familia era la base de la sociedad.

Pero resulta que ahora, en nuestro estado, estos conceptos están a punto de cambiar radicalmente, en razón de una propuesta legislativa que se analiza en el Congreso Local, a la que se ha denominado: "Divorcio incausado (es decir: sin causa) o divorcio exprés.

Vayamos por partes: Para contraer matrimonio, los consortes deben manifestarse mutuamente su deseo de contraerlo y para divorciarse, actualmente, se exige el mismo requisito. A partir de la entrada en vigor de esta reforma, bastará sólo la voluntad de uno de ellos para poder disolver el matrimonio y sin necesidad de revelar la causa que lleva a esa determinación.

Bastará entonces un simple: "Ya no te quiero", para que se decrete el divorcio.

Esta institución que ya está vigente en un par de entidades de la república, fue ya analizada, desde el punto de vista constitucional, por la Suprema Corte y ésta ha dicho que es constitucional.

¿Qué es lo que protege esta nueva institución? La libertad del individuo en su búsqueda de la felicidad o dicho en otros términos, la libertad de elección respecto de la persona con quien se desea hacer la vida en común.

¿Cómo podrá tramitarse esta forma de divorcio?: Se realizará frente a un juez de lo familiar y se inicia con una simple solicitud de los dos o sólo uno de los contrayentes, a la que se acompañará un convenio respecto de los bienes y los hijos. Pero si hay oposición a ese convenio, el juzgador separará esas diferencias del juicio de divorcio, dejando a salvo los derechos del cónyuge opositor para que los haga valer en un juicio aparte y dictará la sentencia de divorcio. Esto es, cualquier diferencia por bienes o hijos correrá aparte, pero en el procedimiento exprés se dicta el divorcio, porque se dicta.

Nadie está obligado a permanecer unido en matrimonio y más cuando ya no hay amor, y en algunos casos, hasta se ha perdido el respeto y no hay interés por otorgarse asistencia mutua. Pero de ahí a poner las cosas tan fáciles para lograr la disolución del vínculo, creo que hay una gran diferencia.

De por sí que ahora los jóvenes se casan convencidos de que si no les gusta el matrimonio o les va mal se divorcian y santo remedio, con esta nueva forma más fácilmente se afianzarán en esas creencias.

Debo reconocer que las estadísticas nos indican que del ciento por ciento de los divorcios, sólo el 3.3 por ciento se promueve por mutuo consentimiento, es decir, de forma civilizada.

El resto es de procedimientos de mucho desgaste personal, largos procesos y costos elevados. Pero a mí sigue sin convencerme esta nueva forma, porque creo que en vez de producir personas felices, va a generar frustración y desapego en la pareja.

Debo aquí hacer una pausa, para escuchar la opinión de un sacerdote, pero no de cualquier cura, sino de uno de todas mis confianzas como lo es mi amigo Jorge Silva. Continuaré una vez que haya escuchado ese punto de vista, para poder comentarlo aquí.

Y en efecto, el jueves me reuní a desayunar con Jorge, en el mejor lugar que puede haber para hacerlo, con nuestro amigo Juan José, mejor conocido como "El Cuate". Ya bien abastecidos, puse el tema sobre la mesa y como siempre que hago eso con Jorge, me encontré una respuesta inteligente y sabia, como es mi amigo. Entre otras cosas importantes me dijo:

"Creo que una institución así puede dar al traste con algo que es fundamental en toda sociedad; y es el compromiso que debe existir frente al grupo social. En este caso, destruye el compromiso primigenio que debe haber cuando se celebra un matrimonio.

"Si no hay compromiso, no hay nada. Y ese compromiso debe existir en todo: En el trabajo, en la pareja, en la iglesia, en la sociedad, en la familia, con los amigos, etc., etc.

"Comprometerse debe implicar entregarse por entero a una causa o a una persona. Y el saber que puedo romper un compromiso con sólo decir: 'Ya no quiero', acabará definitivamente con ese lazo fundamental que debe existir en la relación entre pareja. Debe haber entonces, compromiso que se traduce en voluntad, entrega e integridad.

"Si nos acostumbran a que en nuestras relaciones no haya compromiso, la sociedad se desmorona, como una masa informe."

Esa fue su respuesta y aquí dejo constancia de ella, para que cada cual, tomando en cuenta, también, la argumentación jurídica, saque sus conclusiones.

Por lo demás: "Hasta que nos volvamos a encontrar, que Dios te guarde en la palma de Su mano".

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