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¡YA SE DESCOMPUSO!

EL FILÓSOFO DE GÜÉMEZ

RAMÓN DURÓN RUIZ

 L A siguiente historia me encanta: "Un hombre de edad madura quería cumplir el sueño de su vida: conquistar la montaña nevada más alta de su país. Durante largos meses se preparó física y mentalmente para ello. Llegado el día, al salir de su casa para ir en pos de su anhelo, su hijo al verlo le dijo: -Papá, sé a dónde vas, con amor he visto cómo te preparas, ¡quiero ir contigo a escalar! Al hombre -como buen padre-, le pareció excelente que su hijo lo acompañara en su excursión.

Llegaron al pie de la montaña y la persona de edad madura inició lleno de afán la conquista de su ilusión. Era tal su entusiasmo y preparación, que cada obstáculo en lugar de desanimarlo, lo catapultaba emocionalmente a seguir avanzando; rápidamente dejó atrás a su hijo. Después de horas de esfuerzo llegó a la cima, fue entonces cuando se percató que su hijo no había llegado con él, inmediatamente desando el camino y al poco rato lo encontró exhausto y tirado sobre la nieve. Con la preocupación de padre se abalanzó hacia él y abrazándolo le dijo: -Hijo, regresé a toda carrera y preocupado porque pensé que habías perdido el camino.

El hijo miró a su padre a los ojos y le respondió: - No tengo problemas papá... ¡Que voy siguiendo tu huella!"

Cuando los hijos son capaces de seguir la huella de sus padres, invariablemente irán por el camino del encuentro con su grandeza. Dice una sabia frase: "Los frutos siempre están cerca del árbol" y eternamente encontraremos hijos triunfadores... de padres amorosos.

Comento lo anterior debido a que en mi tierra, hay un puñado de estirpes que cumplen con ese acometido, una de ellas es la familia Guajardo Maldonado; sus padres, el prestigiado Maestro Ernesto Guajardo Salinas (Q.E.P.D.) y la Sra. Rosita Maldonado Castillo, quienes supieron forjar una familia donde sus seis hijos son triunfadores. Ahora los hijos de sus hijos siguen su camino.

Soy un hombre que me regocijo con el éxito ajeno. Tal es el caso de los jóvenes ingenieros Jorge René y Julio César Guajardo Rincón, a quienes conocí desde niños, sus amorosos padres Jorge René y Amelia, patrocinaban equipos infantiles de futbol "Chivas" cuando eran campeones, los llevaban a Guadalajara a conocer a los jugadores del equipo profesional.

Pues estos dos jóvenes, que me cautivan por su talento y entusiasmo, se incorporaron a la empresa familiar, que en 2008 desarrolló 100 viviendas ecológicas para trabajadores de bajos recursos. Jorge René y Julio César, comprometidos con la conservación del medio ambiente y la mejora de la calidad de vida de sus compradores, tuvieron la sensibilidad de traer a nuestra región la ecotecnología. Instalaron en las viviendas, calentadores solares y de gas de alta eficiencia de agua, focos ahorradores de energía eléctrica, equipos ahorradores de agua, recubrimiento térmico en la vivienda y separadores de basura orgánica e inorgánica.

Cuando el fraccionamiento fue inaugurado, el director del Infonavit Víctor Manuel Borrás Setién, -con esa generosidad que los hombres llenos de oficio de vida tienen- los alentó para que continuaran promoviendo la vivienda ecológica y pleno del ingenio del mexicano, comentó haber escuchado la plática de dos vecinos que al recibir sus viviendas y ver los calentadores solares sobre el techo de sus casas, uno le dijo al otro: - "Mire compadre... estos del Infonavit están poniendo los asadores de carne en los techos pa' nuestras fiestas."

Con este formidable impulso Jorge y Julio, buenos jóvenes emprendedores y empeñados en lograr productos de más calidad, diseñaron sus propios equipos: calentador de paso de alta eficiencia para agua Gaxeco, focos ahorradores Ecofix y el filtro de agua Vitapurex, todos diseñados y patentados por ellos mismos, que han sido certificados por normas de calidad y cumplen con la norma oficial mexicana, además de generar un buen número de empleos, tan necesarios en esta época de crisis.

Como esta historia de éxito hay muchas en el país, sobre jóvenes con una actitud perseverante y emprendedora, que saben que la vida tiene un lugar especial para los que van al encuentro con su grandeza. A propósito de innovaciones, Manolo el gallego avecinado en Güémez, viaja a China y se compra unos lentes de "última" tecnología, que hacía ver desnudas a las personas. Manolo se pone los anteojos para probarlos y emocionado empieza a ver desnudas a todas las mujeres. Se pone los lentes... desnudas. Se los quita... vestidas. Se pone los lentes... desnudas. Se los quita... vestidas. Y exclama: - Joder macho, ¡que esto es una maravilla!

En el vuelo de regreso a Güémez se la pasa de atónito viendo a las mujeres totalmente desnudas. Cuando llega a su casa, se coloca los lentes para inmediatamente ver desnuda a La Pilarica, su mujer. Abre la puerta y la ve, pero también ve al Chimpas, el panadero del pueblo, los dos están totalmente desnudos sobre el sofá. Se quita los lentes... desnudos. Se los pone... desnudos. Se los quita...desnudos. Se los pone...desnudos.

Entonces exclama: - ¡Jolines, que esta chingadera ya se descompuso!

Filosofo2006@prodigy.net.mx/Facebook: filosofoguemez/Twitter: @filosofoguemez

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