A Manuel Tolsá se le recuerda hoy, a 197 años de su deceso, ocurrido el 24 de diciembre de 1816.
Considerado el escultor más notable de la Nueva España, Tolsá nació el 4 de mayo de 1757, en Enguera, un municipio valenciano de España.
Antes de su llegada a la Nueva España, donde dejó la mayor parte de su obra, afinó su talento como escultor en Valencia donde, como refiere información del Palacio de Minería, fue discípulo de José Puchol Rubio (1743-1797).
La misma fuente señala a que, a pesar de estar relacionado con la Academia de San Carlos en Valencia, no se conocen documentos de su paso por tal escuela.
Antes de llegar a lo que hoy es México, hacia 1780 se trasladó a Madrid, la capital española, donde fue estudioso de variadas disciplinas artísticas dentro de la Academia de San Fernando.
Casi una década más tarde se le otorgó el título de académico emérito en la academia madrileña.
Su travesía hacia nuevo mundo inició en febrero de 1791, para desembarcar en Veracruz cinco meses después de su salida.
De sus obras en México resalta el Palacio de Minería, situado en la calle de Tacuba, en la Ciudad de México, y del cual se le reconoce el diseño a este escultor.
Otro de los proyectos que se le atribuyen son: el Antiguo Palacio del Conde de Buenavista, sede actual del Museo Nacional de San Carlos, y el retablo principal de la Iglesia de Santo Domingo, también en la Ciudad de México.
De acuerdo con información del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, la conclusión de las obras de la Catedral Metropolitana fue gracias a su trabajo, y es ahí donde yacen las esculturas “Fe”, “Esperanza” y “Caridad”, también de su producción.
Quizá su obra más conocida sea la estatua ecuestre de Carlos IV, mejor conocida como “El caballito”, situada en la Plaza que lleva el nombre de este escultor, y que este año fue objeto de controversia, luego de que fuera dañada su patina a consecuencia de trabajos de restauración.