El poeta, académico, crítico de arte y dibujante mexicano Rubén Bonifaz Nuño nació el 12 de noviembre de 1923, en la ciudad de Córdoba, Veracruz (México), pero a principios de los años 30 viajó a la capital del país para comenzar sus estudios.
Asistió a la Escuela Nacional Preparatoria, se licenció en Leyes por Escuela Nacional de Jurisprudencia, hoy Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y se doctoró en Letras clásicas, según la biografía que de él publica El Colegio Nacional.
Fue catedrático e investigador en la Facultad de Filosofía y Letras, donde enseñó latín; también perteneció a la Asociación Internacional de Hispanistas, la Academia Mexicana de la Lengua, Latinitati Fovendae de Roma, y de El Colegio Nacional, desde el 20 de julio de 1972, cita la página web “rubenbonifaz.humanidades.unam.mx”.
Realizó la mayor parte de su trabajo humanístico en la UNAM, como miembro de la Comisión de Planes de Estudio del Colegio de Letras Clásicas; jefe de redacción de la Dirección General de Información, fundador y director del Instituto de Investigaciones Filológicas y de la Bibliotheca Scriptorum Graecorum et Romanorum Mexicana.
Como traductor transcribió numerosos clásicos grecolatinos, incluidas obras de Homero, Eurípides, Virgilio y Horacio, asimismo escribió ocho obras de interpretación crítica acerca de la cosmogonía prehispánica, a partir del estudio de su escultura.
En sus textos tomó expresiones de la cultura popular para interpretarlas de una manera limpia, sincera y sin caídas, además, demostró la grandeza del pasado mexicano, en su forma de ser y de expresarse artísticamente, indican sus biógrafos.
A lo largo de su trayectoria académica recibió diversas distinciones y reconocimientos, entre ellas, fue nombrado Investigador Emérito de la UNAM (1989), Investigador Nacional Emérito (1992), recibió el Doctorado Honoris Causa de varias universidades (1984, 1985 y 1992) y el Premio Universidad Nacional en Investigación en Humanidades (1990).
Su obra le valió además galardones como el Premio Nacional de Ciencias, Letras y Artes (1974), el Premio Latinoamericano de Letras "Rafael Heliodoro Valle" (1981), el Internacional “Alfonso Reyes” (1985), el “Jorge Cuesta” (1986) y el Iberoamericano de Poesía “Ramón López Velarde” (2000).
Falleció el 31 de enero de 2013, dejando obras destacadas como “El manto y la corona” (1958), uno de las piezas más importantes de la poesía mexicana; “Fuego de pobres” (1961), “La flama en el espejo” (1971), “As de oros” (1981), “Albur de amor” (1987), “Del templo de su cuerpo” (1992) y “Calacas” (2003).