La princesa Carolina de Mónaco, quien forma parte de la familia real más destacada por la prensa, cumple 56 años este miércoles, en medio de la controversia sobre un filme biográfico que no cuenta con la aprobación de los Grimaldi. ARCHIVO
Hija del príncipe Rainiero y de la princesa Grace Kelly, Carolina nació el 23 de enero de 1957 en Montecarlo, Mónaco, y realizó estudios en Filosofía y Ciencias Políticas.
De acuerdo con datos biográficos disponibles, su vida ha sido una larga cascada de incidentes, pues a finales de los 70 se marchó a París para hacer estudios universitarios, ambiente en el que conoció al "playboy" francés Phillipe Junot, con quien se casó el 29 de junio de 1978. Dos años más tarde terminó el matrimonio.
A comienzos de la década de los 80 tuvo varias relaciones, entre otras con Roberto Rossellini, hijo del director de cine italiano Roberto Rossellini y de la actriz sueca Ingrid Bergman, y con el tenista argentino Guillermo Vilas.
En este lapso sufrió una terrible pérdida. El 13 de septiembre de 1982 el automóvil en el que viajaba su hermana Estefanía y su madre Grace se accidentó, lo que provocó la muerte de su progenitora.
Desde entonces se convirtió en primera dama, asumiendo todas las obligaciones. La joven puso todo de su parte para reanimar a su padre el rey Rainero, quien se encontraba sumido en la depresión por la muerte de su esposa.
A partir de ese momento se ha encargado de realizar eventos como "El baile de la rosa", una importante fiesta de gala en la vida social burguesa de Mónaco. Carolina supo ver que a pesar de la tragedia, la vida continuaba.
El 29 de diciembre de 1983 se casó con el multimillonario italiano Stefano Casiraghi, con quien el año anterior había tenido un tórrido romance. Tiene tres hijos: Andrés Alberto (8 de junio de 1984), Carlota (3 de agosto de 1986) y Pierre (5 de septiembre de 1987).
Sin embargo, esa felicidad se vio truncada el 3 de octubre de 1990, fecha en que Stefano luchaba en la mar de Montecarlo en su catamarán para ser el mejor en el campeonato mundial de off-shore, pero un desafortunado accidente con una ola rápida le quitó la vida.
La princesa quedó viuda, y más tarde se fue dos años junto a sus tres hijos a la Provenza francesa, y de esta forma se retiró de la vida social. Andrés, el mayor de sus hijos, quedó tan impresionado por el deceso de su padre que tuvo que ser tratado psicológicamente.
En 1996 Carolina de Mónaco intentó rehacer su vida y comenzó a verse a solas con Ernesto Hannover, quien posee los títulos nobiliarios de príncipe de Hannover, duque de Brunswick y Lünenburg, y es uno de los grandes amigos de toda la vida de la princesa.
Sin embargo, Ernesto estaba casado con Chantal Hochuli. El aristócrata se divorció de su esposa, y en 1999 se casó con Carolina de Mónaco, quien estaba embarazada. Ese mismo año dio a luz a una niña, Alejandra de Hannover Grimaldi.
Tras unos años de estabilidad, en 2005 volvió la tragedia a la vida de Carolina. Su padre, el rey Rainiero III, falleció por algunas complicaciones en su estado de salud desde siempre precario, en tanto que su esposo Ernesto sufrió una pancreatitis aguda, aunque no murió.
Carolina, quien ejerce el papel de primera dama del principado, sufriría en los años posteriores una perdida más y una nueva separación. La primogénita puso fin a su matrimonio con Ernesto de Hannover en 2009 aunque no emitieron ningún comunicado oficial sobre esta separación, a pesar de que el Príncipe de Hannover abandono el hogar conyugal.
En 2010, Carolina de Mónaco se despidió de uno de sus grandes seres queridos, su tía, la princesa Antoinette, debido a su fallecimiento.
Dos años más tarde, la princesa de Mónaco informó que su hijo Andrea Casiraghi y su novia Tatiana Santo Domingo se casarían.
