Esta modelo aglutina belleza, juventud, personalidad y suerte, que resultaron ser los atributos idóneos que le ayudaron a triunfar en todos sus trabajos. ARCHIVO
Katherine Moss nació el 16 de enero de 1974 en Surrey, Inglaterra. Su carrera comenzó en 1988 cuando fue descubierta en el aeropuerto JFK de Nueva York, Estados Unidos, por Sarah Doukas, fundadora de la agencia Storm.
A partir de entonces, emprendió una carrera meteórica en las pasarelas. Después de varias sesiones en revistas para adolescentes, fue la publicación "Harper"s bazar" la que la lanzó a la fama.
De manera paradójica, Moss se convirtió en la "anti-supermodelo" de los 90. Sin embargo, fue seducida por la industria de la moda y trabajó para firmas como Gucci, Dolce & Gabbana, Versace, Chanel, Missioni y David Yurman, entre otras.
También apareció en las portadas de las revistas de moda más importantes a nivel internacional; además, fue la musa de la prestigiosa firma Calvin Klein, y protagonizó las campañas publicitarias para Burberry, Cerruti 1881, Loewe, D&G, YSL y Christian Dior, por nombrar algunas.
Asimismo, desfiló en pasarelas para Gianni Versace, Coco Chanel y Versus. También protagonizó videos musicales y algunas películas como "Inferno" (1992) y "Blackadder back & forth (1999).
Esta modelo aglutina belleza, juventud, personalidad y suerte, que resultaron ser los atributos idóneos que le ayudaron a triunfar en todos sus trabajos.
Hoy en día es una de las modelos más cotizadas y su fortuna se estima en unos 21.84 millones de dólares, producto de las pasarelas, campañas y demás proyectos que ha hecho. Su rostro refleja a veces un interior tormentoso marcado por las drogas y el alcohol, que unido a su personalidad, la alzan como la "top model rebelde".
En 1998 ingresó en una clínica privada de Londres por agotamiento y reapareció varios meses más tarde. Fue en esa época cuando hizo unas explosivas declaraciones a la revista "The Face", en las que aseguró que salía borracha a las pasarelas.
En septiembre del 2002, Moss dio a luz a una niña llamada Lila Grace, en el hospital Saint John and Elizabeth en Londres. Incapaz de sentar cabeza, Moss también ha salido con un sinfín de personas, conocidas y desconocidas.
En febrero del 2005, un retrato elaborado por Lucian Freud, en el que la modelo aparecía desnuda y embarazada de Lila, fue vendido en 3.93 millones de dólares. Ella planeó dicha imagen y posó para ella cuando aún esperaba la llegada de su hija.
Sin embargo, continuó su trabajo en sesiones fotográficas para las portadas de publicaciones como "Vogue" y "W". Después de más de una década de estar en el mundo de la moda, fue nombrada por la revista "Forbes" como una de las celebridades más ricas e influyentes del mundo.
Para entonces, ya había colaborado para agencias como Women, Marilyn y Storm. En el mundo de la publicidad, las campañas que hizo para De Beers Simple Diamond, Dolce & Gabbana, Versace, L"Oreal, Yves Saint Laurent y, sobretodo, Calvin Klein, ayudaron a mantener e incluso aumentar su fama.
Kate Moss ha tenido apariciones en televisión, en series de comedia y uno que otro documental sobre modelos. En el terreno sentimental, mantuvo una relación de cuatro años con el actor Johnny Depp.
Su vida también ha tenido muchos escándalos, pues varios tabloides británicos, particularmente el "Daily Mirror", la acusaron durante mucho tiempo de abuso de cocaína; por esto y tras una demanda de la modelo, el periódico tuvo que retractarse y pagar por daños.
Sin embargo, en 2005 la misma publicación mostró en primera plana y en páginas interiores fotos de Moss, en las que inhalaba varias líneas de cocaína en una sesión de grabación del grupo Babyshambles.
Tras dicho escándalo, la marca de moda sueca H&M anunció que la sacaría de su campaña publicitaria de otoño; el contrato que tenía con dicha firma ascendía a cerca de cuatro millones de dólares por año.
Chanel también informó que no renovaría los servicios de Moss, cuyo acuerdo laboral concluía en octubre del mismo año; aunque la compañía dijo que la decisión no tenía nada que ver con lo publicado.
Además, la manufacturera británica de cosméticos Rimmel reveló su insatisfacción con las acusaciones contra la modelo y declaró que repasarían los términos del contrato con ella; finalmente, la empresa pospuso el trabajo.
La única compañía con la que aún tenía contrato publicitario y que parecía mostrarle apoyo fue la joyería brasileña H. Stern, la que afirmó que la habían contratado por su belleza y no por sus hábitos; sin embargo, cancelaron el contrato.
Posteriormente, se anunció en televisión que Chanel y Burberry, las cuales le generaban a la modelo aproximadamente siete millones de dólares al año, también terminaban su relación laboral con ella.
A pesar de ello, Moss apareció en las campañas de Dior en las revistas "W" y "Vogue"; la primera de éstas anunció que continuaría con planes para resaltar a Moss en más de sus ediciones.
Tiempo después abandonó la vida turbulenta, básicamente el consumo de drogas y alcohol. Además, llegó a decir en forma pública que ingresó en una clínica de desintoxicación por voluntad propia, pues se dio cuenta de que no podía seguir así.
El pasado 13 enero, tanto ella como la actriz Lindsay Lohan sorprendieron a los asistentes de un club nocturno de Nueva York, cuando protagonizaron un espectáculo erótico y lésbico.
Precisamente, Moss fue la primera que, al calor de las copas, se subió a bailar eróticamente simulando un `striptease"; minutos después, Lohan se unió al “espectáculo" y ambas empezaron a bailar, acariciarse y besarse, ante la locura de sus amigos y demás presentes.