La celebración anual de la Jornada mundial del enfermo tiene, por tanto, como objetivo manifiesto sensibilizar al pueblo de Dios y, por consiguiente, a las varias instituciones sanitarias católicas y a la misma sociedad civil, ante la necesidad de asegurar la mejor asistencia posible a los enfermos. ARCHIVO
En el mundo existen millones de personas que padecen de alguna enfermedad y que, por tanto, están en condiciones de vulnerabilidad o de necesidad, por lo que la Iglesia Católica decidió instituir un día para solidarizarse con ellos.
El 13 de mayo de 1992, el entonces papa Juan Pablo II promulgó la Jornada Mundial del Enfermo, la cual se ha venido llevando a cabo cada 11 de febrero desde el año 1993.
"He decidido instituir la Jornada mundial del enfermo, que se celebrará el 11 de febrero de cada año, memoria litúrgica de la Virgen de Lourdes... La celebración anual de la Jornada mundial del enfermo tiene, por tanto, como objetivo manifiesto sensibilizar al pueblo de Dios y, por consiguiente, a las varias instituciones sanitarias católicas y a la misma sociedad civil, ante la necesidad de asegurar la mejor asistencia posible a los enfermos...", dijo en aquella ocasión el también Jefe de Estado del Vaticano.
En su mensaje de este año, con motivo de la jornada, el papa Benedicto XVI recuerda que la ocasión "representa para todos los enfermos, agentes sanitarios, fieles cristianos y para todas la personas de buena voluntad, 'un momento fuerte de oración, participación y ofrecimiento del sufrimiento para el bien de la Iglesia, así como de invitación a todos para que reconozcan en el rostro del hermano enfermo el santo rostro de Cristo que, sufriendo, muriendo y resucitando, realizó la salvación de la humanidad'.
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