Uno de los principales autores de la llamada Edad de Oro de la ciencia ficción es el canadiense Alfred Elton van Vogt, de quien se conmemora hoy su décimo tercer aniversario luctuoso y cuyos relatos se caracterizan por ser de ritmo rápido y con tramas complejos.
Originario de Winnipeg, ciudad de la provincia de Manitoba, Canadá, el escritor nació el 26 de abril 1912 y algunos de sus títulos son: “The Weapon Makers” (1943), “The World of Null-A” (1945), “The Players of Null-A” (1948) y “The Voyage of the Space Beagle” (1950).
De acuerdo con sus biógrafos, Van Vogt asistió a la Universidad de Ottawa y comenzó su carrera de escritor en la década de 1930.
Luego de escribir una serie de piezas radiofónicas, se dedicó a la ciencia ficción y su primer cuento publicado dentro del género fue "Destructor Negro", que apareció en la revista Astounding Science Fiction. Dicha publicación es considerada el punto de partida de la llamada Edad de Oro de la ciencia ficción.
Se convirtió en un colaborador habitual de la publicación, al igual que Isaac Asimov y Robert Heinlein. Este trío representó a la "edad de oro" de la ciencia ficción, de acuerdo con la biografía de Alfred Elton van Vogtl, publicada en el portal de Internet de la Enciclopedia Británica.
Su primera novela, “Slan” (1946), narra la historia de mutantes con poderes sobrehumanos. Sin embargo, uno de sus clásicos es “The Weapon Makers” (1943) y consiguió el reconocimiento internacional con el título “The World of Null-A” (1945), una misteriosa historia sobre un superhéroe en desarrollo.
En la década de 1950 dejó de escribir, para ayudar a desarrollar la “Dianética”, una forma de psicoterapia que se incorporó en la Cienciología.
Su carrera como escritor la retomó en la década de 1960, pero no pudo alcanzar su nivel anterior de éxito. En esa etapa escribió novelas como: “The Silkie” (1969) y “The Cosmic Encounter” (1980).
Según información del portal “ciencia-ficcion.com”, Alfred Elton van Vogt, fallecido el 26 de enero del año 2000, fue un escritor de ideas liberales, que no dudó en utilizar el subgénero “space opera” para poner sus ideas en acción. Ello, no permitió que descuidara el la técnica “hard” en sus novelas.