Con diez días de iniciadas las campañas para la renovación de las alcaldías en Coahuila, éstas ya están dando nota que comentar. En Durango, la ley electoral local da un plazo más largo para los municipios con mayor población, así que en esa entidad las campañas iniciaron con un par de semanas de antelación, pero para efectos de que éstas permeen en la población, se puede decir que todas se encuentran justo a la mitad del camino, donde pueden definir ya su rumbo definitivo o puede ser el punto de inflexión de las mismas: para el caso de Gómez Palacio ver si Augusto es capaz de reponerse de la distancia que le adelantaba en las encuestas José Campillo, o si de plano la inercia es irreversible y el PRI retiene la presidencia municipal.
En Torreón, como ya se anticipaba, la competencia está de inicio más reñida. Partiendo primero que en esta ciudad los ciudadanos saben ya de la alternancia, lo que hace más factible que el partido en el poder pueda perderlo y no se cause tanta sorpresa. Además, a diferencia de Gómez Palacio, tanto priistas como panistas tienen por candidatos a políticos mucho más experimentados. Miguel Riquelme ha sido diputado local y federal, además de Secretario de Desarrollo Regional (inexistente por cierto esa dependencia ahora) e incluso, por un breve tiempo, Secretario General de Gobierno. Jesús de León también ha sido legislador federal y local, delegado de la Secretaria de Comunicaciones y Transportes en Coahuila, y en los albores de su carrera, fue síndico en la administración de Jorge Zermeño Infante.
Gómez Palacio ha postulado por su parte a dos hijos predilectos de la compacta sociedad gomezpalatina. Pepe Campillo se hizo de la candidatura luego de pasar 5 años al frente del Sideapa (organismo suministrador de agua potable y saneamiento en ese municipio) como gerente. Fue nombrado por Ricardo Rebollo, sostenido por Mario Calderón y ratificado por la actual alcaldesa Rocío Rebollo y nada más. En su vida privada, Campillo tiene una destacada trayectoria empresarial junto a su familia en el sector primario, pero eso es alejado del trabajo político. Augusto Ávalos sólo tiene experiencia política en las cámaras empresariales, aunque esta es la tercera ocasión que intenta ser presidente municipal.
Hace seis años, un grupo de amigos se fracturó porque dos de ellos quisieron lo mismo: la presidencia. Hoy ese grupo de amigos está por designar su tercer presidente (primero Ricardo, que fue quien peleó con Augusto, siguió Mario y ahora parece que será Pepe, quien tomaría la estafeta que dejará Rocío) mientras Augusto, que dejó la amistad por irse al PAN tiene como currículo un respetable papel como empresario, pero tampoco cuenta con experiencia en la administración pública.
Es muy difícil predecir con exactitud lo que realmente está sucediendo, por lo que todo es mera especulación al respecto y en ese campo, aparentemente la cómoda ventaja del PRI ya no lo es tal. Puede ser producto de que su candidato no es precisamente un duchado en arte de comunicarse con las masas y la retórica tampoco es su fuerte, así como una posibilidad velada que la cuota electoral de la familia Herrera no responda como ha sido costumbre y entonces los números se compliquen. Porque tampoco la campaña de Ávalos ha sido avasalladora ni mucho menos.
Lo cierto es que antier se convocó a un encuentro entre candidatos en Gómez Palacio y el priista Campillo no fue, sabedor quizá de que no vale la pena exponer su ventaja o bien, el comando central de las campañas, en Durango capital, no le tienen confianza para participar en un debate. Campillo y Ávalos están siendo invitados a un debate en El Siglo de Torreón, pero el primero ha respondido que tiene que consultarlo con Durango ¿Cómo andará la cosa?
En Torreón la cosa es distinta por muchas razones. Una de ellas, es que en la palestra está un tercer contendiente de peso, Raúl Sifuentes, que aunque no tiene posibilidades reales de ganar sí es un candidato con capacidad electoral y política. Y no deja de ser una molestia más para el PRI, que uno de sus cuadros más pulidos, con todo y sus mañas, opere ahora en contra de ellos.
Tal es así que el debate celebrado en la Ibero, Sifuentes descargó todas sus energías en atacar al candidato oficial Miguel Riquelme, que hasta eso se vio hábil para medianamente neutralizar la andanada de acusaciones del otrora poderoso Secretario de Gobierno en tiempos del gobernador Enrique Martínez y Martínez.
En el mismo encuentro, hubo espacio para que Jesús de León cargara contra el mismo Riquelme, que por cierto salió respondón y propició que al menos el ejercicio tuviese el sabor que merece un debate por la presidencia de Torreón.
También Jesús de León y Miguel Riquelme han sido invitados a El Siglo de Torreón a sostener un encuentro y han aceptado, aunque con algunas salvedades solicitadas por Riquelme, que no tuvo que consultar a Saltillo (por lo menos no lo dice) como Campillo, pero no quiere a nadie más que a Chuy ¿ Por qué será?
Así las cosas marchan en estos breves, pero importantes tiempos de campañas, que terminarán en los comicios del próximo 7 de julio, con la elección quizá de que se condene a La Laguna a continuar por esta espiral de decadencia o se elija a las personas que puedan representar a los laguneros azorados por tantas calamidades, entre ellas, sus últimos gobiernos.
